A continuación queremos informarte de cuáles son los ingredientes habituales de los refrescos, la función que desempeñan en la bebida y qué efectos reales (positivos y negativos) pueden provocar en nuestro organismo, teniendo en cuenta la cantidad ingerida en el refresco.
La legislación en materia alimentaria de la Unión Europea establece que para que una bebida se pueda considerar un refresco debe estar preparada a base de agua y contener menos de un 0.5% de alcohol, además de otros ingredientes como gasificantes, edulcorantes, aromas, colorantes, saborizantes o conservantes.
Esta misma legislación establece los límites de concentración máximos permitidos para que la bebida que llega al consumidor no represente un riesgo para la salud siempre que se consuma de forma moderada y responsable.
Los ingredientes que contienen los refrescos
Estos son los ingredientes que se emplean con mayor frecuencia en los refrescos
Agua
El ingrediente principal y mayoritario de cualquier refresco es el agua. En los refrescos con burbujas el agua está carbonatada, esto quiere decir que contiene ácido carbónico disuelto que libera dióxido de carbono (CO2) y forma burbujas. El agua carbonatada también influye en el sabor aportando acidez.
Azúcar
Todas las bebidas refrescantes contienen edulcorantes para darles un sabor dulce. Los edulcorantes pueden ser azúcares naturales, como la sacarosa o la fructosa; o bien tratarse de edulcorantes artificiales, como el aspartamo (E-951) o el ciclamato (E-952).
Además de estos se pueden emplear edulcorantes que no aportan índice glucémico pero sí tienen sabor dulce, como los glucósidos naturales. El contenido en azúcar de los refrescos varía en los diferentes productos existentes en el mercado, desde los refrescos sin azúcar (0% de azúcar) hasta refrescos que contienen un 13% de azúcar.
Frecuentemente, los refrescos con menor contenido en azúcar son los que contienen más edulcorantes artificiales. El consumo excesivo de refrescos con una cantidad elevada de azúcar, puede favorecer la aparición de enfermedades como diabetes o hipertensión.
Acidulantes
Los refrescos contienen acidulantes para modular el sabor. La correcta proporción entre dulzor (aportada por los edulcorantes) y acidez es lo que proporciona a los refrescos un sabor agradable, además de los aromas que pueda contener.
Los acidulantes más empleados son el ácido carbónico (en refrescos con burbujas), el ácido cítrico y el ácido fosfórico. El ácido cítrico puede obtenerse de forma natural a partir de frutas cítricas como el limón o la naranja y añadirse al refresco en forma de zumo.
Aunque generalmente, tanto el ácido cítrico como el ácido fosfórico se obtienen de manera artificial ya que es el proceso más económico. Que sean de origen artificial no indica que sean menos saludables.
El ácido cítrico sigue siendo ácido cítrico provenga de una fruta o de un proceso de síntesis artificial. En cantidades moderadas, estos acidulantes no representan ningún riesgo e incluso son beneficiosos para el metabolismo, pero si se consumen en exceso pueden producir daños en el esmalte dental o dificultar la absorción de calcio en los huesos.
Aromatizantes
Los aromas y saborizantes ayudan a proporcionar al refresco el sabor deseado. Pueden ser naturales o artificiales y con frecuencia proceden de extractos vegetales. El que mayor interés despierta es la cafeína.
Cafeina
La cafeína es un aroma natural procedente del café que tiene propiedades antioxidantes y estimulantes. Su consumo excesivo puede provocar insomnio, taquicardia, fatiga, ansiedad o hiperactividad. El contenido de cafeína en los refrescos varía desde los que no contienen cafeína (0 mg/litro) hasta las bebidas energéticas cuyo contenido es mayor (hasta 400 mg/litro).
Frecuentemente, una lata de refresco de cola de 33 cl. contiene entre 30 y 40 mg de cafeína (el equivalente a unos 110 mg/litro). Para hacerse una idea, una taza de café espresso (0.5 cl.) contiene aproximadamente 100 mg de cafeína (el equivalente a 2000 mg/litro).
Colorantes
Su función es dar color al refresco para hacerlo más atractivo. Pueden emplearse colorantes naturales, como los presentes en los zumos de frutas, azúcar tostado para dar color oscuro o emplear colorantes artificiales. Se emplean en cantidades reducidas, lo suficiente para dar color sin alterar el sabor y su consumo en los refrescos no representa riesgo para la salud. – Zumo de frutas.
Algunos refrescos contienen zumo procedente de frutas, principalmente de naranja o limón, aunque cada vez se introducen refrescos con nuevos sabores como fresa, piña o manzana. El zumo contenido en el refresco puede ser zumo natural exprimido o estar constituido a base de zumo concentrado.
En cualquier caso, la presencia de zumo es un pequeño aporte de vitaminas, color y sabor natural. El contenido habitual de zumo en los refrescos varía desde el 0% (en refrescos que no contienen zumo) hasta el 25% en bebidas a base de zumo de frutas, en ocasiones mezcladas con leche.
Después de conocer los principales ingredientes de los refrescos podemos hacernos la idea de que su consumo moderado y responsable no es perjudicial para la salud. Nunca deben emplearse los refrescos para sustituir el agua o el consumo de fruta. Beber agua es la mejor opción para hidratarse y comer fruta es la mejor opción para obtener vitaminas.