Las 7 enfermedades autoinmunes que afectan drásticamente el peso

Las enfermedades autoinmunes son aquellas en las que el sistema inmunológico ataca por error a las células sanas del propio organismo, causando inflamación, dolor y daño en diferentes órganos y tejidos.

Pérdida de peso debido a enfermedades autoinmunes

Algunas de estas enfermedades pueden tener un impacto significativo en el peso corporal, ya sea provocando un aumento o una disminución del mismo.

Enfermedades autoinmunes que afectan el peso corporal

En este artículo, te explicamos cuáles son las 7 enfermedades autoinmunes que afectan drásticamente el peso y cómo se pueden tratar.

1. Enfermedad de Graves

La enfermedad de Graves es una afección que afecta a la glándula tiroides, la cual produce hormonas que regulan el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo. Cuando se tiene esta enfermedad, la tiroides produce demasiada hormona tiroidea, lo que acelera el metabolismo y provoca una pérdida de peso involuntaria, además de otros síntomas como nerviosismo, temblor, palpitaciones, sudoración, intolerancia al calor y exoftalmos (ojos saltones).

El tratamiento de la enfermedad de Graves puede incluir medicamentos antitiroideos, yodo radiactivo o cirugía para reducir la producción de hormona tiroidea. También se pueden recetar medicamentos para aliviar los síntomas oculares y cardíacos.

2. Diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 es una enfermedad que se caracteriza por la falta de producción de insulina, una hormona que permite que la glucosa (azúcar) entre en las células para ser utilizada como energía.

Sin insulina, la glucosa se acumula en la sangre y provoca hiperglucemia (niveles altos de azúcar en sangre), lo que puede causar daños en diversos órganos y sistemas. Uno de los síntomas de la diabetes tipo 1 es la pérdida de peso inexplicable, debido a que el organismo utiliza las grasas y los músculos como fuente alternativa de energía.

El tratamiento de la diabetes tipo 1 consiste en administrar insulina mediante inyecciones o bombas, así como seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente. También se debe controlar el nivel de glucosa en sangre con frecuencia y ajustar la dosis de insulina según sea necesario.

3. Artritis reumatoide

La artritis reumatoide es una enfermedad que afecta a las articulaciones, causando inflamación, dolor, rigidez y deformidad. También puede afectar a otros órganos como el corazón, los pulmones, los riñones y los ojos.

La artritis reumatoide puede provocar una pérdida de peso debido a varios factores, como la falta de apetito, la mala absorción de nutrientes, el aumento del gasto energético por la inflamación y los efectos secundarios de algunos medicamentos.

El tratamiento de la artritis reumatoide tiene como objetivo reducir la inflamación, aliviar el dolor, mejorar la función articular y prevenir el daño óseo. Para ello, se pueden utilizar fármacos antiinflamatorios, analgésicos, corticoides, antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) y agentes biológicos. También se recomienda hacer fisioterapia, ejercicios suaves y mantener un peso saludable.

4. Enfermedad celíaca

La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno. Cuando una persona con esta enfermedad consume gluten, su sistema inmunológico reacciona dañando las vellosidades del intestino delgado, lo que impide la correcta absorción de los nutrientes. Esto puede causar una pérdida de peso severa, así como otros síntomas como diarrea, dolor abdominal, anemia, fatiga y osteoporosis.

El único tratamiento para la enfermedad celíaca es seguir una dieta estricta sin gluten de por vida. Esto implica eliminar todos los alimentos que contengan o puedan contener gluten, como el pan, la pasta, la pizza, las galletas, los cereales, las salsas, los embutidos y la cerveza. También se debe leer las etiquetas de los productos y evitar la contaminación cruzada con utensilios o superficies que hayan estado en contacto con gluten.

5. Lupus eritematoso sistémico

El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad que puede afectar a cualquier parte del cuerpo, como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón, los pulmones, el cerebro y la sangre.

Se produce cuando el sistema inmunológico ataca a las células y tejidos sanos, causando inflamación, dolor y daño. El lupus eritematoso sistémico puede causar una pérdida de peso debido a la falta de apetito, la mala absorción de nutrientes, el aumento del gasto energético por la inflamación y los efectos secundarios de algunos medicamentos.

El tratamiento del lupus eritematoso sistémico depende de los órganos afectados y de la gravedad de los síntomas. Se pueden utilizar fármacos antiinflamatorios, analgésicos, corticoides, antipalúdicos e inmunosupresores. También se debe evitar la exposición al sol, el estrés y las infecciones.

6. Enfermedad de Addison

La enfermedad de Addison es una afección que afecta a las glándulas suprarrenales, las cuales producen hormonas que regulan el equilibrio de sal y agua en el cuerpo, la respuesta al estrés y el metabolismo.

Cuando se tiene esta enfermedad, las glándulas suprarrenales no producen suficiente cantidad de estas hormonas, lo que provoca una insuficiencia suprarrenal. Esto puede causar una pérdida de peso importante, además de otros síntomas como debilidad, fatiga, hipotensión, hipoglucemia, hiperpigmentación de la piel y crisis suprarrenales.

El tratamiento de la enfermedad de Addison consiste en reemplazar las hormonas que faltan mediante medicamentos orales o inyectables. Estos medicamentos se deben tomar de por vida y ajustar según las necesidades del organismo. También se debe llevar un control médico regular y tener un plan de emergencia en caso de crisis suprarrenal.

7. Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad que afecta al sistema nervioso central, el cual está formado por el cerebro y la médula espinal. Se produce cuando el sistema inmunológico ataca a la mielina, una sustancia que recubre y protege a los nervios, causando inflamación, cicatrices y daño.

Esto interfiere con la transmisión de los impulsos nerviosos y provoca diversos síntomas neurológicos como visión borrosa, debilidad muscular, espasticidad, temblor, problemas de equilibrio, coordinación y memoria.

La esclerosis múltiple puede provocar una pérdida de peso debido a la falta de apetito, la dificultad para tragar, la mala absorción de nutrientes y el aumento del gasto energético por la actividad muscular involuntaria.

El tratamiento de la esclerosis múltiple tiene como objetivo reducir la frecuencia y severidad de los brotes (periodos en los que los síntomas empeoran), retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. Para ello, se pueden utilizar fármacos modificadores de la enfermedad (FME), corticoides, inmunoglobulinas intravenosas y agentes biológicos. También se recomienda hacer rehabilitación neurológica, ejercicios adaptados y mantener un peso adecuado.