Las 7 hormonas que influyen en la pérdida o ganancia de peso

El cuerpo humano es una máquina compleja y sofisticada, y su funcionamiento está regulado por una serie de sustancias químicas llamadas hormonas.

Estas moléculas, producidas por diferentes glándulas del sistema endocrino, desempeñan un papel crucial en una variedad de funciones corporales, desde el crecimiento y desarrollo hasta la reproducción y, por supuesto, la regulación del metabolismo y el peso corporal.

En este artículo, exploraremos siete hormonas fundamentales que tienen un impacto directo en nuestra capacidad para ganar o perder peso.

1. Insulina: La hormona reguladora del azúcar

La insulina, producida por el páncreas, es responsable de regular los niveles de azúcar en sangre. Facilita la entrada de glucosa en las células, donde se utiliza para producir energía.

Un desequilibrio en los niveles de insulina, como en la diabetes tipo 2, puede llevar a la resistencia a la insulina, donde las células no responden adecuadamente, resultando en un almacenamiento excesivo de grasa y ganancia de peso.

2. Leptina: El supresor del apetito

Producida por las células adiposas, la leptina es conocida como la «hormona del apetito». Señala al cerebro que el cuerpo tiene suficiente energía almacenada en las células grasas y, por lo tanto, suprime el apetito.

Sin embargo, en personas obesas, la función de la leptina puede verse comprometida, resultando en una incapacidad para detectar adecuadamente la saciedad, lo que lleva a un consumo excesivo de alimentos.

3. Ghrelina: La hormona del hambre

A menudo descrita como la contraparte de la leptina, la ghrelina es producida en el estómago y es conocida como la «hormona del hambre». Sus niveles aumentan antes de las comidas y disminuyen después, señalando al cerebro que es hora de comer.

Un desequilibrio en la ghrelina puede resultar en un aumento del apetito y, por ende, en un aumento de peso.

4. Cortisol: La hormona del estrés

El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés. Si bien es esencial para una serie de funciones, como la regulación de la presión arterial y la función inmunológica, niveles elevados de cortisol durante períodos prolongados pueden llevar al almacenamiento de grasa abdominal, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.

5. Tiroxina: Reguladora del metabolismo

La tiroxina, también conocida como T4, es una de las principales hormonas producidas por la glándula tiroides, ubicada en la parte frontal del cuello. Esta hormona juega un papel fundamental en la regulación del metabolismo, el proceso mediante el cual nuestro cuerpo convierte los alimentos que ingerimos en energía. La energía producida es esencial para mantener las funciones vitales, como la temperatura corporal y la función cardíaca.

Cuando hay un exceso de tiroxina en el sistema, una condición conocida como hipertiroidismo, el metabolismo se acelera. Esto puede llevar a síntomas como aumento de la frecuencia cardíaca, intolerancia al calor, nerviosismo, irritabilidad, pérdida de peso inexplicada y fatiga.

Por el contrario, una deficiencia de tiroxina, conocida como hipotiroidismo, puede ralentizar el metabolismo. Esto puede resultar en síntomas como fatiga, intolerancia al frío, aumento de peso, depresión y sequedad de la piel.

6. Estrógeno: La hormona sexual femenina

El estrógeno es una de las principales hormonas sexuales femeninas y juega un papel crucial en el desarrollo sexual y reproductivo. Además de su papel en el ciclo menstrual y la reproducción, el estrógeno también influye en la distribución de grasa en el cuerpo.

En las mujeres, una proporción significativa de grasa se almacena en las caderas y muslos. Sin embargo, con la llegada de la menopausia y la disminución de los niveles de estrógeno, la distribución de grasa puede cambiar, llevando a un aumento en el almacenamiento de grasa en el área abdominal.

Esto no solo tiene implicaciones estéticas, sino también de salud. La grasa abdominal, también conocida como grasa visceral, se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y otros problemas metabólicos.

7. Testosterona: La hormona sexual masculina

La testosterona, aunque predominante en los hombres, también está presente en las mujeres en menores cantidades. En los hombres, esta hormona juega un papel esencial en el desarrollo de características masculinas durante la pubertad, como el engrosamiento de la voz, el crecimiento del vello facial y corporal y el aumento de la masa muscular.

La masa muscular tiene un metabolismo más alto que la grasa, lo que significa que quema más calorías en reposo. Por lo tanto, niveles adecuados de testosterona son esenciales para mantener la masa muscular y un metabolismo saludable.

Sin embargo, con la edad, los niveles de testosterona tienden a disminuir, lo que puede llevar a una pérdida de masa muscular y, en consecuencia, a un metabolismo más lento. Esta disminución en el metabolismo puede promover el almacenamiento de grasa, especialmente en el área abdominal, y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.

Conclusión

El cuerpo humano es un sistema interconectado donde cada componente tiene un papel específico. Las hormonas, en particular, desempeñan un papel crucial en la regulación del peso.

Comprender cómo funcionan y cómo pueden influir en nuestra fisiología es esencial para abordar adecuadamente los problemas de peso. Es imperativo consultar a un endocrinólogo o especialista en salud para recibir orientación y tratamiento adecuado si se sospecha un desequilibrio hormonal.