«Hasta que uno no ha amado a un animal, una parte del alma permanece sin despertar», escribió Anatole France. Aquellos que han tenido, y realmente aman a una mascota, reconocen que hacerlo forma un vínculo completamente diferente a cualquier otro. Nuestras mascotas nos aman de una manera sencilla e incondicional.
Nos dan calidez y propósito. Dependen de nosotros. Nos animan a ver el mundo con un conjunto de ojos menos cínicos. Como resultado, también pueden ayudarnos a hacer frente a una enfermedad mental grave.
Mascotas son fuente de bienestar para personas con esquizofrenia
Un estudio publicado en BMC Psychiatry, descubrió que las personas que padecen esquizofrenia y trastorno bipolar a menudo citan a las mascotas como una fuente importante de bienestar psicológico durante los momentos en que tuvieron más problemas con su enfermedad mental.
Cuando se incorporaron a una rutina de autocuidado psicológico, se comprobó que las mascotas disminuían los síntomas y alentaban a los participantes a manejar su enfermedad de manera saludable. También se demostró que proporcionan una compañía sin prejuicios en momentos en que la interacción humana se vuelve difícil.
«Cuando me siento muy mal, son maravillosos porque no se van a ir de mi lado durante dos días», dijo un participante del estudio de sus dos perros y dos gatos. «Simplemente se quedan conmigo hasta que esté listo para salir de eso».
Esto puede sonar simple, pero sería difícil encontrar ese nivel de devoción y cuidado de un compañero humano.
Mascotas dan sentido de propósito a las personas
Helen Brooks, investigadora de salud mental en la Universidad de Manchester en el Reino Unido y autora principal del estudio, confirmó que «muchos sintieron profundas conexiones emocionales con sus mascotas que no estaban disponibles entre amigos y familiares». También enfatizó la importancia del sentido de propósito que una mascota puede proporcionar. «La rutina que proporcionan estas mascotas es realmente importante para las personas. Levantarse por la mañana para alimentarlos, prepararlos y caminar, dándoles estructura y un sentido de propósito que de otra manera no tendrían «.
Para una persona que padece una enfermedad mental, o incluso para una que no la tiene, tener un ser querido dependiendo de ellos puede ser una poderosa fuerza de autoestima. La diferencia que hacemos en la vida de nuestras mascotas puede ayudarnos a pensar en nosotros mismos de una manera más positiva.
Mascotas son apoyo emocional para personas con problemas mentales
Al llegar a estos resultados, los investigadores entrevistaron a más de cincuenta personas que padecían enfermedades mentales crónicas y graves. Se les pidió que completaran diagramas explicando su sistema de apoyo social, definido como aquellos que proporcionaron a los participantes apoyo emocional, compañía y consejo.
Cada diagrama se construyó con el participante en el centro. Alrededor de ellos, tres círculos irradiaban hacia fuera para reflejar los diferentes niveles de cercanía de sus compañeros. Casi la mitad de los participantes tenían mascotas que consideraban ser parte de su sistema de apoyo social.
De estos participantes, el sesenta por ciento colocó a sus mascotas en el nivel central de su círculo social, junto con sus amigos más cercanos y miembros de la familia. Otro veinte por ciento los colocó justo afuera, en el segundo círculo.
Brooks espera que estos hallazgos alienten a más trabajadores de la salud a considerar la incorporación de mascotas en los planes de atención para personas con enfermedades mentales.
Como Dean Koontz explicó: «No importa cuán cerca estamos de otra persona, pocas relaciones humanas están tan libres de conflictos, desacuerdos y frustración como la relación que tienes con un buen perro. Pocos seres humanos se entregan a otros como lo hace un perro por sí mismo. «¿Quién no se beneficiaría de tal compañero?
