El mal aliento, también conocido como halitosis, es un problema común que puede afectar la calidad de vida de una persona y sus relaciones sociales. A menudo, se asocia el mal aliento con problemas dentales o la higiene oral deficiente.

Sin embargo, una causa menos conocida, pero importante del mal aliento, son las piedras en las amígdalas, conocidas médicamente como cálculos amigdalinos o tonsilolitos.
Descubramos juntos qué son las piedras en las amígdalas, cómo se forman, cuáles son sus síntomas y cómo tratarlas para eliminar el mal aliento.
¿Qué son las piedras en las amígdalas?
Las amígdalas son dos masas de tejido en la parte posterior de la garganta, y forman parte del sistema inmunológico del cuerpo.
Las piedras en las amígdalas son pequeñas acumulaciones de material, como restos de comida, células muertas y bacterias, que se acumulan en las criptas o cavidades de las amígdalas. Estos depósitos pueden endurecerse con el tiempo y convertirse en cálculos amigdalinos.
¿Cómo se forman las piedras en las amígdalas?
La formación de piedras en las amígdalas está relacionada con varios factores, que incluyen:
- Restos de comida: Los fragmentos de alimentos pueden quedar atrapados en las criptas de las amígdalas y servir como sustrato para el crecimiento de bacterias.
- Bacterias: Las bacterias que se encuentran de manera natural en la boca pueden descomponer los restos de comida y liberar compuestos sulfurosos volátiles, que son responsables del mal aliento.
- Células muertas: Las células muertas de la mucosa bucal y las amígdalas también pueden contribuir a la formación de cálculos amigdalinos.
- Mucosidad: La producción excesiva de mucosidad en la garganta puede atrapar partículas y contribuir a la formación de piedras.
Síntomas de las piedras en las amígdalas
Las piedras en las amígdalas pueden no causar síntomas en algunas personas y pueden ser descubiertas de manera incidental durante una exploración dental o médica. Sin embargo, en otros casos, pueden provocar los siguientes síntomas:
- Mal aliento persistente: Este es el síntoma más común y evidente. El mal aliento suele ser de tipo fétido y no suele mejorar con el cepillado dental o el uso de enjuagues bucales.
- Dolor de garganta: Algunas personas experimentan molestias o dolor de garganta, especialmente al tragar alimentos o líquidos.
- Dificultad para tragar: En casos más graves, las piedras en las amígdalas pueden dificultar la deglución y causar molestias al tragar.
- Inflamación de las amígdalas: Las amígdalas pueden inflamarse e irritarse debido a la presencia de cálculos amigdalinos.
Tratamiento de las piedras en las amígdalas
El tratamiento de las piedras en las amígdalas depende de la gravedad de los síntomas y la frecuencia con la que ocurren. Algunas opciones de tratamiento incluyen:
- Enjuagues bucales: Los enjuagues bucales con agua salada tibia pueden ayudar a aliviar el dolor de garganta y reducir la inflamación.
- Lavado de amígdalas: En algunos casos, un profesional de la salud puede realizar un lavado de las criptas amigdalinas para eliminar los cálculos.
- Extracción de las amígdalas: En casos graves y recurrentes, un médico puede recomendar la extracción de las amígdalas, un procedimiento conocido como amigdalectomía.
- Prevención: Mantener una buena higiene bucal, que incluya el cepillado dental regular, el uso de hilo dental y enjuagues bucales, puede ayudar a prevenir la formación de cálculos amigdalinos.
Cuándo consultar a un profesional de la salud
Si experimentas mal aliento persistente o cualquier otro síntoma relacionado con las piedras en las amígdalas, es importante que consultes a un profesional de la salud.
Un dentista o un médico especializado en oído, nariz y garganta (otorrinolaringólogo) puede evaluar tus síntomas, determinar si tienes cálculos amigdalinos y recomendarte el tratamiento adecuado.
En resumen, las piedras en las amígdalas pueden ser una causa subyacente del mal aliento persistente.
Si experimentas mal aliento crónico o síntomas como dolor de garganta, es importante buscar atención médica para una evaluación adecuada y el tratamiento necesario. Con el cuidado adecuado, es posible aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.