No uses estas frases si quieres consolar a un niño

Para consolar a un niño, no uses estas 5 frases comunes: ya que tienen consecuencias negativas

Cómo consolar a un niño

Desarrollar buenos rasgos de carácter en tu hijo nunca es prematuro. A partir de los seis años, los niños ya empiezan a tener juicio propio. Habrás comprendido: no puedes contarle todo a tu hijo y mucho menos tratarlo o consolarlo de manera inapropiada.

“Todo irá bien”, “es solo un raspón”, “estás exagerando”, son todas frases que los padres suelen decirle a su hijo para tranquilizarlo, banalizar su enfermedad y “ayudarlo” a seguir adelante con otra cosa, todo lo cual tiene connotaciones negativas y consecuencias indeseables para su personalidad, autoestima y confianza en sí mismo.

Elias Hull Porte, un psicólogo estadounidense, ha desarrollado un trabajo en la Universidad Estatal de Ohio sobre las actitudes de escucha. Para la experta, es realmente necesario escuchar a los niños para aliviarlos y sobre todo saber escucharlos de forma constructiva.

Lejos del estrés de la vida, si te tomas un poco de tiempo para repensar algunas de tus reacciones con tus hijos, es posible que te des cuenta de que podrían insinuar desprecio, manipulación y control.

Dejemos de lado ser un padre perfecto, pero al menos podemos cambiar ciertas cosas

Lo sabemos, no lo estás haciendo a propósito. Como padre tienes una doble vida y un doble sombrero: escuchar al niño que llevas dentro y sanar sus males por un lado, mientras inspiras en tu hijo el mejor ejemplo inculcándole valores y sentido crítico.

Seamos realistas, ser padre es un trabajo de tiempo completo, una responsabilidad invaluable pero sobre todo un placer después de todo. ¿Sabes por qué? ¡Porque tu hijo también alimenta tu alma y tienes suerte por eso!

Dar a sabiendas una parte de conciencia, de generosidad, de intelectualidad, de inteligencia emocional, de “yo” sobre todo, es lo mejor que le puedes dar a tu hijo, y nunca te lo agradecerá lo suficiente.

Frases que deberías evitar decir al consolar a tu hijo

Consolar a un niño que está llorando

¿Cómo puede la madre tranquilizar a su hijo? Solo evita estas frases:

1. “Todos están sufriendo, ten paciencia”

Un niño debe estar seguro de que tiene derecho a la empatía y al bienestar. Decir estas palabras a tu hijo es una forma de suprimir su derecho a la felicidad y no compartir sus sentimientos.

2. “Los niños/los adultos no lloran”

Esta es la cosa más tonta de la que hay que convencer a un niño. Lo creerá toda su vida y acabará escondiendo sus sentimientos y acumulando energías negativas que carcomerán su alma y su salud mental y física.

3. “Nada de eso pasó”

Un niño que se desengaña, a pesar de su inteligencia, será un adulto que carecerá de confianza en sí mismo. Siempre dudará de sí mismo.

Considerará que su criterio carece de valor, que sus opiniones y su forma de apreciar los hechos no tienen ninguna validez, por lo que seguirá esperando que los demás le indiquen como son las cosas, anulando su capacidad de ser crítico y analítico.

4. “Eres feo con lágrimas en los ojos”

Esta es una forma de decirle que no tiene derecho a sentirse débil o triste, que siempre debe ser hermoso y que la belleza siempre es sinónimo de perfección.

Que incluso debe anteponer su apariencia a su verdadero dolor y sentimientos. Que en definitiva valen mucho más las apreciaciones de los demás que lo que realmente él esté viviendo.

5. “Deja de lloriquear, estás exagerando”

Un niño que no quiere parecer un llorón delante de sus padres, tenderá a reprimir sus sentimientos para ser apreciado. El miedo a no ser amados empuja a los adultos a soportar situaciones muy indignas… ¿De qué sirve infligirles todo este estrés?

Según el psicólogo Elias Hull Porte, hay que escuchar a nuestros hijos sin juzgar y sin dar la solución: el niño la encontrará por sí mismo. Esta es la mejor estrategia para restaurar su confianza en sí mismo.

Queridos padres, la vida les ha dado el mejor regalo que puede existir: un hijo, una bendición. Lo amas incondicionalmente y para siempre. Verás el mundo a través de sus ojos y te alegrarás de verlo crecer con todas las cosas bonitas que le has enseñado. Sobre todo, ¡no trivialices sus sentimientos!