¿Por qué damos segundas oportunidades a personas que sabemos que no cambiarán?

Tal vez nos pasó cuando éramos jóvenes, tal vez nos está pasando de nuevo ahora. A veces elegimos dar una segunda oportunidad a personas que demostraron con sus acciones y palabras que no eran adecuadas para nosotros.

Segundas oportunidades en la pareja

Sin embargo, los perdonamos y decidimos dejarlos entrar de nuevo en nuestras vidas, aunque en el fondo sabemos que esas relaciones no nos llevarán a ninguna parte.

¿Por qué damos segundas oportunidades?

Pero, ¿por qué elegimos conscientemente volver hacia las personas y situaciones que nos lastiman? ¿Es el riesgo de la soledad o el miedo de seguir adelante? 

Estas son las 3 razones principales por las que decidimos perdonar a alguien que no lo merece:

Creemos que esta vez “las cosas serán diferentes”

Ya sea porque nos están cegando, o porque queremos a esta persona en nuestra vida, le damos otra oportunidad porque tenemos la esperanza de que la situación sea diferente. Esperamos que de alguna manera mágica, la persona que nos hizo daño se convierta en alguien «nuevo» y nos pueda dar lo que nos faltó.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, el patrón de la relación simplemente se repite y desafortunadamente termina peor que la primera vez.

Estamos acostumbrados a un determinado modelo de relación

Tal vez no lo sabías, pero el dolor y la pena en una relación pueden convertirse en una especie de adicción. Cuando una persona carece de aceptación y seguridad emocional desde la infancia, elige a las parejas equivocadas en el futuro. Y se queda con ellos porque en este contexto se sienten seguros, ya que esta dinámica es la que siempre conocieron, esto es con lo que crecieron y esta es su propia norma.

¡La perspectiva de una relación sana con intimidad, alegría, aceptación, pero también pequeños conflictos parece algo extraño que asusta!

Nos asusta la idea de soledad

La soledad asusta a la mayoría de las personas y todos necesitan amar y ser amados. Quieren construir relaciones y tener a alguien a quien aferrarse en tiempos de problemas. Sin embargo, es mejor que una persona herida se quede sola por un tiempo para que pueda sanar sus propias heridas y seguir adelante.

Después de todo, el peor tipo de soledad es cuando te sientes solo mientras estás con alguien…