Los poros dilatados en la piel no presentan riesgos para la salud, pero pueden molestar por el aspecto y el aumento de la oleosidad de la cara. Para entender mejor por qué los poros se dilatan, cómo evitar y tratar el problema, a continuación te presentamos algunos de los consejos más importantes al respecto:
¿Qué provoca la dilatación de los poros y cuáles son sus principales efectos sobre la piel?
Los poros se dilatan debido al aumento de la producción de sebo por las glándulas sebáceas. La acumulación de residuos en la superficie de la piel – como la contaminación y una mala o inadecuada alimentación – también llevan a la dilatación del poro. Por lo tanto, los efectos de los poros dilatados en la piel son el aspecto más grasoso y menos uniforme de la cara.
¿Sólo las pieles grasientas tienen los poros dilatados?
Los poros dilatados son pequeñas aberturas en la piel que pueden afectar a hombres y mujeres. Sin embargo, normalmente son más comunes en las personas con piel grasosa y en las zonas que producen más sebo y pelo fino, como la zona T – frente, nariz y barbilla.
Cuáles son los principales cuidados para prevenir los poros dilatados
Se recomienda la limpieza de la piel con productos seborreguladores, la aplicación de hidratante oil-free y el uso diario del protector solar específico.
Es importante recordar que no se debe lavar la cara en exceso para no provocar el efecto rebote, en la que el cuerpo interpreta que la piel está sin hidratación suficiente y acaba produciendo más grasa para reequilibrar, desmejorando el aspecto de los poros dilatados.
Lo ideal, a su vez, es mantener una dieta donde se eviten las grasas saturadas, y se incorporen alimentos ricos en grasas buenas, como las grasas poliinsaturadas, presentes generalmente en pescados, vegetales como el aguacate o las semillas.
Tratamientos adecuados para suavizar los poros dilatados.
Para quien ya tiene los poros dilatados, la recomendación médica es la visita regular al dermatólogo, que va a poder proporcionar los mejores tratamientos para cada caso, como el uso de ácidos, como alfa-hidraxiácidos, ácido glicólico y derivados del ácido retinoico, así como la vitamina A (retinol) y retinaldehído.