Problemas renales y gastrointestinales asociados a esta famosa pastilla para adelgazar

La semaglutida es un medicamento que se utiliza para tratar la diabetes tipo 2 y que recientemente ha demostrado ser efectivo para reducir el peso corporal. Sin embargo, su uso también implica riesgos para la salud que no deben ignorarse.

¿Qué es la semaglutida y cómo actúa?

La semaglutida es un análogo del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), una hormona que se libera en el intestino después de comer y que estimula la secreción de insulina por el páncreas.

Además, el GLP-1 tiene efectos sobre el apetito y el gasto energético, lo que lo convierte en un potencial agente para combatir la obesidad.

La semaglutida se administra mediante una inyección subcutánea una vez a la semana y actúa imitando al GLP-1, aumentando la sensación de saciedad y disminuyendo la ingesta de alimentos. Así, se consigue una pérdida de peso sostenida y significativa en las personas que lo toman.

¿Qué beneficios tiene la semaglutida para la salud?

La semaglutida no solo ayuda a bajar de peso, sino que también mejora el control de la glucosa en sangre y reduce el riesgo de complicaciones cardiovasculares en los pacientes con diabetes tipo 2.

Además, se ha observado que puede tener efectos positivos sobre otros factores de riesgo como la presión arterial, el colesterol o los triglicéridos.

La semaglutida también podría ser útil para tratar otras condiciones asociadas al exceso de peso, como el hígado graso no alcohólico, el síndrome de ovario poliquístico o la apnea del sueño.

¿Qué efectos secundarios tiene la semaglutida?

A pesar de sus beneficios, la semaglutida no está exenta de efectos adversos. Los más frecuentes son los gastrointestinales, como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento. Estos síntomas suelen ser leves o moderados y tienden a disminuir con el tiempo. Sin embargo, en algunos casos pueden ser graves y requerir la suspensión del tratamiento.

Otro efecto secundario preocupante es el riesgo de daño renal

La semaglutida puede provocar una disminución del flujo sanguíneo renal y una alteración de la función de los riñones. Esto puede ser especialmente peligroso en las personas que ya tienen una enfermedad renal previa o que toman otros medicamentos que afectan a los riñones, como los antiinflamatorios o los diuréticos.

La semaglutida podría favorecer un «rápido deterioro de la función renal»

En 2021 se publicaron dos artículos de pacientes que experimentaron lesión renal aguda mientras tomaban semaglutida. Ambos pacientes tenían enfermedad renal crónica debido a la diabetes, y «experimentaron un rápido deterioro de la función renal y un aumento de la proteinuria, después de que se les recetó el agonista del receptor GLP-1 semaglutida».

Los investigadores recomendaron «tener cuidado con estos medicamentos en pacientes con enfermedad renal crónica de moderada a grave, debido a la reserva renal limitada en caso de presentarse algún problema renal».

Relación con el cáncer de páncreas y tumores

Es impactante que, en un estudio que investiga los efectos después de dos años de tomar semaglutida, el 96.1 % de los participantes experimentaron un efecto secundario, y el 7.9 % se consideraron graves.

Además de los problemas gastrointestinales y renales, la semaglutida también podría tener una relación con complicaciones de pancreatitis y retinopatía, incluyendo hemorragia y ceguera. Cerca del 5 % de las personas que toman semaglutida, experimentan retinopatía, que es la principal causa de ceguera evitable.

Por último, la semaglutida también puede causar reacciones alérgicas en el lugar de la inyección, como enrojecimiento, hinchazón o dolor. Estas reacciones suelen ser leves y desaparecen en unos días.

¿Qué precauciones se deben tomar al usar la semaglutida?

La semaglutida es un medicamento que requiere una prescripción médica y un seguimiento periódico. Antes de iniciar el tratamiento, se debe evaluar el estado de salud del paciente y descartar posibles contraindicaciones o interacciones con otros fármacos.

Durante el tratamiento, se debe monitorizar la respuesta al medicamento y ajustar la dosis según la tolerancia y los objetivos terapéuticos. Asimismo, se debe vigilar la aparición de efectos secundarios y consultar al médico ante cualquier duda o problema.

La semaglutida no es un sustituto de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Para obtener los mejores resultados, se debe combinar con una alimentación adecuada y una actividad física regular.

La semaglutida es un medicamento prometedor para el tratamiento de la obesidad y sus comorbilidades, pero también implica riesgos que deben ser considerados. Por ello, es importante informarse bien sobre sus beneficios y sus efectos secundarios antes de usarlo.

Referencias:

Acute Kidney Injury Associated With Semaglutide: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590059520302697