Las enfermedades cardiovasculares afectan a un gran número de personas a nivel mundial, siendo incluso la primera causa de mortalidad.
Según cifras de la Organización mundial para la salud (OMS) se estima que las enfermedades cardiovasculares son responsables del 31 % de todas las muertes registradas a nivel mundial.
Exactamente ¿a qué nos referimos al hablar de enfermedad cardiovascular?
La enfermedad cardiovascular es la manifestación de varios trastornos que son capaces de afectar al sistema cardiovascular. Todos ellos tienen en común la lesión tanto de corazón como de las arterias.
De acuerdo con la estructura lesionada, se puede hablar de varios tipos de enfermedad cardiovascular. Así nos encontramos condiciones como la angina, los infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardíaca, arritmias, hipertensión arterial, cardiopatías e incluso la muerte súbita.
¿Cómo se origina la enfermedad cardiovascular?
Los vasos sanguíneos y el músculo del corazón son estructuras vulnerables a varias condiciones, principalmente al depósito de grasa en la pared de las arterias.
Las arterias son estructuras que forman un circuito cerrado por donde circula la sangre. A diferencia de las venas, estas llevan sangre cargada de oxígeno desde los pulmones a todos los órganos y sistemas. Cuando las arterias se encuentran obstruidas, disminuye el diámetro efectivo por el que puede circular la sangre, lo que lleva al compromiso en el aporte de oxígeno a los tejidos.
En condiciones como el reposo una obstrucción arterial pudiera no ocasionar mayores problemas, pero cuando ocurre un aumento en la demanda de oxígeno como sucede ante el estrés o situaciones que producen aumento en la frecuencia de los latidos del corazón, la arteria no es capaz de suministrarlo, lo que lleva a que ocurra una falla en el aporte del mismo que se conoce como isquemia. Esta es la causa de las anginas e infartos cardiacos.
¿Por qué ocurre la obstrucción de las arterias?
Las arterias están recubiertas en su interior por una capa llamada endotelio. Este es más que un simple revestimiento, el endotelio es todo un órgano ya que en el ocurren diversos procesos metabólicos que llevan a la producción de sustancias como el óxido nítrico, que son capaces de regular el diámetro de las arterias y favorecer su dilatación o aumento de calibre.
En el endotelio ocurre además un fenómeno que constituye la base de la enfermedad cardiovascular, conocido arterioesclerosis. Esta consiste en el depósito de placas de colesterol en la pared arterial, lo que lleva a la disminución del diámetro interno de la arteria, comprometiendo su capacidad de permitir el paso de la sangre.
Existen varios factores relacionados con el desarrollo de arteriosclerosis, estos incluyen:
- Alteraciones en los niveles sanguíneos de colesterol, en especial del llamado colesterol malo o LDL (Low-density lipoproteins: Lipoproteínas de baja densidad).
- Elevación de los triglicéridos.
- Resistencia a la insulina o diabetes mellitus.
- Hábito de fumar cigarrillos.
- Factores genéticos.
Manifestaciones de la enfermedad cardiovascular
Estos trastornos suelen acompañarse de una serie de molestias muy características. Estas incluyen:
- Sensación de opresión dolorosa en el pecho, que puede abarcar también la mandíbula, el hombro e incluso el brazo izquierdo. Esta ocurre principalmente al llevar a cabo algún tipo de actividad física o frente a situaciones que produzcan emociones como angustia, rabia o ira. Es posible que ocurran también cuando la persona se encuentra en reposo.
- Dolor opresivo y adormecimiento en alguna parte del cuerpo como las manos, las piernas o los pies.
- Dificultad para respirar.
- Palpitaciones, en especial si son percibidas como irregulares
- En ocasiones estas molestias son de baja intensidad y ceden espontáneamente por lo que no se les suele prestar atención.
Muchas veces las personas con enfermedad cardiovascular descubren su afección tras sufrir un evento grave como un infarto cardiaco o un accidente cerebrovascular.
¿Es posible prevenir la enfermedad cardiovascular?
Este trastorno puede prevenirse implementado una serie de medidas que se basan en cambios en el estilo de vida.
Para ello hay que cambiar algunos hábitos que son poco saludables, como es el caso de la mala alimentación basada en exceso de grasas y azucares refinados, el hábito de fumar cigarrillos, el sedentarismo y la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas.
Adoptar hábitos como realizar actividad física aeróbica regularmente (al menos 30 minutos al día), mantener un peso corporal adecuado, disminuir el consumo de azúcares refinados, mantener valores de colesterol, triglicéridos y glicemia dentro de límites normales, así como vigilar los niveles de presión arterial, son medidas eficaces para prevenir la aparición o el progreso de la enfermedad cardiovascular.
