Qué tan normal es olvidar palabras mientras hablamos, ¿cuándo puede ser un problema?

Olvidar palabras durante una conversación es un fenómeno bastante común y, en la mayoría de los casos, es parte normal del proceso de envejecimiento o simplemente un signo de fatiga o distracción.

Todos, en algún momento, experimentamos esos breves lapsos en los que una palabra se nos «escapa» de la mente, aunque sepamos exactamente lo que queremos decir. Estos momentos suelen ocurrir de manera esporádica y no suelen afectar significativamente nuestra capacidad para comunicarnos.

Este fenómeno puede atribuirse a varios factores benignos. Por ejemplo, la fatiga mental o física, el estrés, la falta de sueño o incluso la multitarea pueden afectar temporalmente nuestra capacidad para recordar palabras.

Además, a medida que envejecemos, es natural que experimentemos ciertos cambios en nuestra memoria y habilidades cognitivas, incluida la capacidad para recordar nombres o palabras específicas rápidamente.

Cuándo se convierte en un problema

Sin embargo, hay situaciones en las que olvidar palabras con frecuencia puede ser indicativo de un problema más serio. Por ejemplo, si estos olvidos se vuelven frecuentes o empiezan a interferir en la comunicación diaria, podría ser un signo de alerta.

En particular, si se acompañan de otros cambios en la memoria, el comportamiento o la capacidad para realizar tareas cotidianas, podrían ser indicativos de condiciones como el deterioro cognitivo leve o incluso la demencia.

Además, si olvidar palabras se acompaña de confusión, dificultad para seguir conversaciones, pérdida de la capacidad para seguir instrucciones o cambios en la escritura o el habla, es importante buscar la opinión de un profesional de la salud.

Estos pueden ser síntomas de trastornos neurológicos, como la enfermedad de Alzheimer u otras formas de demencia.

En resumen, mientras que olvidar palabras ocasionalmente es normal y generalmente no es motivo de preocupación, un cambio notable en la capacidad para recordar palabras o en la habilidad para comunicarse puede requerir una evaluación médica para descartar problemas de salud más serios.

Mantener un estilo de vida saludable, incluyendo una dieta equilibrada, ejercicio regular y actividades mentales estimulantes, puede ayudar a mantener la agudeza mental y reducir el riesgo de deterioro cognitivo.