¿Sabías que todos tenemos un sistema inmunológico psicológico?

El sistema inmune nos protege contra todo tipo de agentes infecciosos que se encuentran en el medio ambiente. De hecho, no podemos controlar nuestra exposición a virus, bacterias y otros patógenos, pero si tenemos un sistema inmunológico fuerte y saludable, nuestras posibilidades de enfermarnos se reducen considerablemente.

sistena inmunologico psicologico que nos protege

Sin embargo, los psicólogos como Dan Gilbert de la Universidad de Harvard, creen que también tenemos un sistema inmunológico psicológico. Y las personas que lo refuerzan pueden lidiar mejor con la adversidad y los problemas, sin que éstos generen demasiada ansiedad, depresión o desesperación.

De acuerdo con esta teoría, de la misma manera hay personas que son prácticamente inmunes a los virus y raramente se enferman, también hay quienes pueden enfrentar las peores tragedias con mayor fortaleza, mientras que otros se desmoronan, se ponen tristes o estresados ​​frente a la problemas más pequeños.

Pero la verdad es que todos tenemos un sistema inmunológico psicológico. Los estudios indican que alrededor del 75% de las personas encuentran un nuevo equilibrio que les permite estar felices unos dos años después de sufrir una gran tragedia.

El sistema inmunológico psicológico está a cargo de construir una red de seguridad para protegernos de los efectos del estrés crónico y nos da la fuerza para soportar los eventos más terribles. Mientras que el sistema inmunológico biológico nos mantiene vivos protegiéndonos de las enfermedades, el sistema inmunológico psicológico mitiga el impacto del choque emocional y nos permite avanzar.

Sobreestimarnos es una estrategia para proteger la autoestima

El sistema inmunológico psicológico ha utilizado varias estrategias para protegernos, una de ellas consiste en prevenir que nos odiemos por nuestros fracasos. Por esta razón, tendemos a atribuir los problemas (poner la culpa) a factores externos, como el gobierno, un empleado incompetente o simplemente mala suerte.

De esta manera preservamos nuestra autoestima y nos sentimos menos deprimidos, frustrados o desesperanzados. De hecho, un estudio realizado en Virginia Commonwealth University encontró que las personas propensas a la depresión en realidad tienen una visión más objetiva del mundo y son a menudo más lógicos y reflexivos. Por el contrario, aquellos que tienen una actitud más optimista están poniendo en práctica algunos comportamientos que les ayudan a lidiar mejor con la realidad.

Por lo tanto, no es sorprendente que si nos comparamos con los demás pensemos que son más inteligentes, tienen menos prejuicios, son más correctos y por lo tanto vivirán más tiempo.

Esto no es algo negativo. De hecho, los psicólogos de la Universidad de California afirman que los estados mentales de autoafirmación positiva, incluidas las ilusiones positivas, ayudan a reducir el estrés. Estos investigadores descubrieron que las enfermedades incurables progresaban más lentamente en personas que albergaron ilusiones optimistas, aunque éstas no eran realistas, ya que tenían un efecto protector.

Desde el punto de vista biológico, esto se debe a la acción del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, que regula desde la digestión y la temperatura corporal hasta el estado de ánimo, la energía física y el sistema inmunológico biológico. Este eje también modula nuestra respuesta al estrés, por lo que se vio que las personas con una percepción positiva de sí mismos tienen un eje hipotálamo-hipofisario-adrenal más saludable respecto a aquellos con una percepción más negativa de sí mismos.

Sólo tenemos que asegurarnos de que no perdamos mucho contacto con la realidad y que estas ilusiones no son tan poco realistas que nos causan sufrimiento.

Nuestra mente automáticamente piensa positivo

Aprende a pensar en positivo

Varios estudios sugieren que las personas tienen un miedo infundado de eventos negativos. Todos tendemos a imaginar siempre las peores consecuencias y asumimos que vamos a reaccionar muy mal, pero en realidad, al enfrentar estos problemas tendemos a responder mejor de lo que pensábamos. Esto es porque usualmente subestimamos nuestra resistencia. En consecuencia, ni los acontecimientos positivos ni los negativos cambian nuestras vidas tanto como pensábamos.

De hecho, cuando se trata de enfrentar la adversidad, lo mejor es dejar que nuestro inconsciente tome las riendas. Un estudio realizado en la Universidad Estatal de Florida encontró que cuando de repente vienen a nuestra mente pensamientos acerca de la muerte, tanto la nuestra como la de nuestros seres queridos, nuestro cerebro permanece paralizado en la negatividad o el miedo durante mucho tiempo, antes de comenzar a cambiar a pensamientos más positivos.

En el experimento los psicólogos prepararon a más de 100 personas para pensar en su propia muerte. A otro grupo se le pidió que imaginara un evento desagradable, como ir al dentista. Posteriormente se les mostró algunas sílabas de palabras para completar, como «en», o «dis» de donde podían obtener términos como «entidad» o «disfrutar». De esta manera los investigadores evaluaron su estado emocional inconsciente.

De esta manera encontraron que quienes pensaban en la muerte tendían a elegir palabras más positivas, como «disfrutar». Este mecanismo que funciona a un nivel subconsciente es el sistema inmunológico psicológico en acción, tratando de mitigar los efectos del dolor y el sufrimiento, ayudándonos a ver el lado positivo de la vida, incluso cuando estamos viviendo los eventos más devastadores.

¿Cómo fortalecer el sistema inmunológico psicológico?

El sistema inmunológico psicológico se compone de dos elementos esenciales: la resiliencia, que significa enfrentar la adversidad sin desmoronarse y salir más fuerte, y eudaimonia, que afirma que la felicidad sostenible no proviene del placer, sino del sentido de la vida. Por lo tanto, para mejorar tu sistema inmunológico psicológico deberías realizar algunas de las siguientes acciones o tener estas actitudes:

Encontrar el significado de tu vida. Las personas que saben «su razón de vivir», son capaces de establecer «cómo vivir», incluso en las situaciones más difíciles. Si tenemos una buena razón para vivir, seremos golpeados por adversidades de todos modos pero saldremos fortalecidos.

Aprender a centrarse en lo que es positivo. Las personas resistentes son aquellas que, incluso en la adversidad, no se desmoronan y son capaces de encontrar el lado positivo incluso en las situaciones más complicadas. Cada situación, no importa lo mala que pueda parecer, siempre contiene una lección que se convierte en una oportunidad para crecer.

Practicar el desapego. Significa mirar la vida como el flujo de un río, donde todo va y viene. De esta manera, podremos elegir si aceptamos las cosas buenas como las malas, sabiendo que no son eternas y que, tarde o temprano, el dolor y el sufrimiento desaparecerán.

Dominar la atención. David Kessler, especialista en duelo y sufrimiento, cree que la mayoría de las enfermedades mentales son causadas por algo que capta obsesivamente nuestra atención. Así que si somos capaces de dominar nuestra atención, vamos a desarrollar un sistema inmunológico psicológico más eficaz.