Si tienes urticaria puede estar relacionado a estas enfermedades autoinmunes

La urticaria es un tipo de lesión cutánea que aparece con edema (hinchazón) de la dermis, resultante de la vasodilatación y aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y se manifiesta en forma de habón (elevación de la piel, como sucede en las picaduras de insectos), eritema (enrojecimiento), dolor en raros casos y prurito (picor o escozor), que puede interrumpir el sueño, el descanso y las actividades diarias del individuo, repercutiendo sobre la calidad de vida. 

síntomas de la urticaria en el cuerpo

Epidemiología

La urticaria afecta aproximadamente al 1% de la población, de manera crónica, con el doble de casos en proporción a la mujer, siendo más prevalente en edades productivas (30 a 60 años).

A pesar de tener una prevalencia baja, la urticaria puede socavar de manera importante y negativa la salud y estado anímico del paciente, debido a sus diversos efectos psicosociales como la ansiedad, depresión e incomprensión; originada por la falta de diagnóstico y tratamiento efectivo oportuno.

Clasificación

La urticaria se clasifica en aguda o crónica. Su forma aguda es muy frecuente y la puede sufrir cualquier persona, con episodios que suelen ser de corta duración (horas a pocos días). La crónica se define por episodios recurrentes (4 a 5 veces por semana), de lesiones eritematosas (rojizas), habonosas, pruriginosas (que producen picor), de mínimo 6 semanas de duración o mayor tiempo, llegando incluso a durar años en algunos casos. 

En un importante número de casos pueden presentar también angioedema (inflamación de mucosas, como la respiratoria), que en un menor grupo constituye la única manifestación. Las urticarias (agudas como crónicas) se pueden catalogar según su momento de aparición como espontáneas o inducidas que pueden ser generadas por medios físicos como el frío, el calor, por compresión, por vibración, luz solar o por contacto (látex), alimentos (nueces, pescados y crustáceos, entre otros), sustancias químicas (formaldehído, cosméticos, etc.).  

Evolución de la urticaria

La urticaria crónica de inicio espontáneo empieza un día sin saberse bien su origen y después sigue su curso, estando relacionada con enfermedades autoinmunes con factores que pueden empeorarla, como la fiebre o el estrés. Si comparamos la aguda de la crónica espontánea, la manifestación clínica será idéntica, pero la causa y el desarrollo son totalmente distintos.

Causas de la urticaria

Es importante conocer, que aún no se conoce del todo la causa que la produce, ya que no se sabe hasta ahora cómo se inicia, ni por qué se inicia, y lo más llamativo, por qué, en determinado momento, se detiene en la misma forma que se inició.

Algunos especialistas, tratando de determinar el origen etiológico de la urticaria, la desglosan en no inmunológica e inmunológica. La primera se presenta con diversas causas que podrían ser los agentes físicos como medicamentos (penicilina, aspirina, AINES, antidepresivos, antihipertensivos, etc.) o podría ser igualmente producida por alimentos o componentes de estos, como colorantes, clara del huevo, mariscos, etc.

La urticaria cono una manifestación en forma de habón parecidas a las picaduras de insectos

La inmunológica en cambio está mediada por inmunoglobulinas (Ig E) que se unen al mastocito (tipo de glóbulo blanco que actúa en reacciones inflamatorias), induciendo su desgranulación y liberación de histamina, la cual resulta ser un potente mediador de la respuesta pro inflamatoria secundaria a reacciones de hipersensibilidad inmediata y alérgica.

Las causas que pueden llegar a generar este tipo de respuesta inmunológica son múltiples: por alimentos, por infecciones (bien virus, bacterias o parásitos); por picaduras de insectos y, la más importante, en el caso de urticaria autoinmune, la cual representa del 30 al 50% de las urticarias crónicas, que puede asociarse con otras enfermedades autoinmunes, siendo necesario pruebas específicas para su diagnóstico en centros especializados.

La urticaria autoinmune se puede presentar en asociación a otras enfermedades autoinmunes y ser secundaria a ésta, como en el caso de la diabetes tipo 1, tiroiditis o enfermedad de Hashimoto, enfermedad celíaca, lupus eritematoso sistémico, vasculitis, etc., o por la presencia de autoanticuerpos.

Prevención

Luego de definir el diagnóstico, la manera de tratar esta patología consiste inicialmente en medidas generales como evitar el factor desencadenante, toda vez que se haya podido determinar (alérgeno, factor físico, etc.), así como evitar factores agravantes o desencadenantes de la urticaria, como medicamentos, alcohol, cigarrillo, estrés, etc., para continuar tratando la enfermedad de base, en el caso de que la urticaria tenga un carácter secundario, por ejemplo, una tiroiditis.

Tratamiento

El tratamiento farmacológico consistirá, en primera línea, con medicamentos antialérgicos, los que constituyen la base del tratamiento sintomático en la mayoría de los pacientes. Otras opciones, los esteroides orales o endovenosos pueden ser necesarios en pacientes de difícil manejo y, cuando sea la urticaria de origen autoinmune, puede ser necesario complementar con tratamientos más complejos indicados por el médico internista o reumatólogo.