Actualmente existe el mito popular que la grasa en los alimentos y en el organismo, no es saludable y no se necesita. Esta afirmación no es cierta en parte; los seres humanos necesitan la grasa, ya que cumple múltiples funciones en el cuerpo, pero se debe consumir con moderación y seleccionando su origen porque, en exceso y si es de mala calidad, puede provocar enfermedades como obesidad, diabetes y trastornos cardiovasculares, además de malestar en la persona por cuestiones estéticas, pesadez, retención líquido, etc.
Funciones de la grasa en el organismo:
- Transporta vitaminas liposolubles (vitaminas A, D, E y K)
- Forma parte de la composición química de hormonas (por ejemplo las hormonas esteroideas de ovario y testículos) y de sales biliares.
- Previene al cuerpo de lesiones y golpes protegiendo los órganos.
- Ayuda a la regulación de la temperatura corporal.
- Forma parte de las membranas celulares de todas las células del cuerpo.
- Retrasan el vaciado del estómago dando mayor sensación de saciedad.
- Son fuente de energía para el organismo, tanto a corto plazo como a largo plazo, almacenándose en el cuerpo.
Tipos de grasa:
La masa grasa en el cuerpo se localiza en diferentes zonas y puede ser de tres tipos diferentes:
- Grasa visceral: es la que está alrededor de los órganos, protegiéndolos de los golpes externos y los sostienen; pero en exceso puede traer complicaciones.
- Grasa subcutánea (o blanda): es la que se acumula bajo la piel y la que se pierde con mayor facilidad cuando se hace ejercicio. Estéticamente es la menos deseable y se acumula mayormente en caderas y muslos en las mujeres y en abdomen y torso en los hombres.
- Grasa intramuscular: es la de menor porcentaje en el cuerpo y está entre las fibras de los músculos.
Efecto de las sustancias tóxicas en el cuerpo:
Cuando nos alimentamos, además de los nutrientes y el agua que tienen los alimentos, se ingieren compuestos indeseables, estos son sustancias tóxicas que vienen en los alimentos como pesticidas, dioxinas y residuos de otros químicos que quedan luego del tratamiento de los alimentos con estas sustancias; también ingresan otras sustancias tóxicas a través del sistema respiratorio por la contaminación propia del aire.
La grasa corporal también actúa como depósito de estas sustancias que provienen de los alimentos y del aire y las almacena quedando allí para que no alcancen los órganos y los dañen. Esta acumulación de toxinas en el tejido graso hace que el metabolismo de las grasas sea más lento formando la famosa grasa localizada y haciéndola más difícil de eliminar.
Todo este proceso, sumado a una mala alimentación, estrés y malos hábitos de vida (como falta de ejercicio, tabaco, consumo de bebidas alcohólicas, etc.) favorecen aún mas que no se pueda eliminar esta grasa “tóxica”. El cuerpo para protegerse segrega grandes cantidades de ácido araquidónico (ácido graso) que protege las membranas celulares de los radicales libres filtrando las sustancias tóxicas.
Esta gran cantidad de ácido araquidónico produce un desequilibrio en el metabolismo y combustión de las grasas trayendo como consecuencia que se queme menos grasa y la poca que se combustiona lo hace más lentamente.
¿Qué se puede hacer para solucionar este problema?
- Actividad física: es la mejor forma de acelerar el metabolismo, quemar calorías y utilizar la grasa en exceso como fuente de energía. Esta debe ser regular y adaptada a cada persona.
- Alimentación: parte fundamental también para lograr bajar la masa grasa. Se deben evitar los alimentos calóricos, con exceso de azúcar y grasa, además de los aditivos, como colorantes, saborizantes, etc.; que favorecen la acumulación de grasa en el cuerpo. Además ingerir buena cantidad de agua para eliminar las toxinas.