Ducharse puede ser lo primero que hagas todas las mañanas o lo último que hagas todas las noches. Es un hábito básico diario, que probablemente no te imagines que puedas estar haciendo mal.
Con la ducha y el baño eliminamos las células muertas de la piel, así como los aceites, la suciedad, el sudor y las bacterias. Los aceites de la piel son un alimento para las bacterias, por lo que cuando nos duchamos, también reducimos el riesgo de infecciones de la piel. Por otro lado, una ducha demasiado frecuente puede contribuir a la sequedad y picazón de la piel.
Como puedes ver, ducharse adecuadamente no es algo tan obvio. Y a medida que la pandemia de COVID-19 continúa asolando al mundo, muchos tienen preguntas sobre cómo y con qué frecuencia debemos ducharnos: desde la temperatura del agua hasta qué productos usar y cuándo.
La ducha y los posibles daños a la piel
Estas son algunas formas en que puedes cometer errores en la ducha sin darte cuenta:
1. No te duchas a la temperatura adecuada
Una ducha muy fría puede despertarte, pero probablemente no te ayudará a relajarte. Por otro lado, una ducha caliente tampoco es una solución. El agua demasiado caliente hace que tu cuerpo pierda sus aceites naturales, dejando la piel seca y con picazón. El agua tibia es la temperatura correcta.
2. Tus duchas son demasiado largas
Sentarte durante horas bajo agua caliente puede hacer que te sientas bien en ese momento, pero es perjudicial para tu piel. Al igual que ocurre con el agua muy caliente, una ducha prolongada hace que la piel pierda más grasa y, en consecuencia, humedad. Si notas que tienes problemas de piel seca, reduce la duración de la ducha, limitándola a 5 a 10 minutos.
3. Te lavas el cuerpo con una esponja
Las esponjas son una excelente manera de reducir la cantidad de jabón que usas para tu cuerpo. Sin embargo, también pueden actuar como un «reservorio» de bacterias y también pueden irritar la piel sensible o seca. Es mejor aplicar el jabón con las manos.
4. Usas jabones muy fuertes
En este momento, en medio de la pandemia de COVID-19, parece que estamos demasiado preocupados por cómo limpiamos y desinfectamos todo, incluso a nosotros mismos. Sin embargo, recuerda que un simple jabón y agua son suficientes para matar el virus que causa COVID-19. No hay razón para aplicar limpiadores más fuertes en la piel.
5. Asegúrate de enjuagar tu cabello al mismo tiempo que el cuerpo
Para prevenir el acné y la irritación de la piel, primero lávate con champú, enjuaga tu cabello, luego aplica acondicionador, lávate el cuerpo con jabón y finalmente enjuaga el acondicionador para el cabello y el jabón al mismo tiempo. Seguir este orden en la ducha ayudará a que el lavado elimine por completo el emoliente y el champú de la piel.
En cuanto al afeitado, si lo dejas para el último minuto de la ducha, los pelos quedarán más suaves gracias al calor, el agua y el vapor y serán más fáciles de quitar.
6. Te duchas (solamente) por la mañana
No existe el momento perfecto para ducharse. Depende de tu horario y de tus preferencias personales. La ducha matutina te ayudará a sentirte más despierto. Sin embargo, no ignores los posibles beneficios de una ducha nocturna.
Una ducha de agua caliente de 10 minutos una o dos horas antes de acostarse te ayuda a conciliar el sueño más rápido. A medida que tu cuerpo se enfría después del calor de la ducha, esto estimula al cuerpo a prepararse para ir a la cama. Otra ventaja de la ducha nocturna: si eres alérgico, una ducha antes de acostarse enjuagará el polen de tu cabello y piel.
7. Te duchas con demasiada regularidad
No es necesario ducharse con champú y jabón a diario. Puedes cambiar tus hábitos, especialmente en los meses más fríos del invierno, cuando probablemente no sudes tanto y tu piel tiende a estar más seca.
De hecho, puede que lo único que necesites sea ducharte unas cuantas veces a la semana. Si haces ejercicio o tienes un trabajo que te llena de suciedad y sientes que necesitas ducharte dos veces al día, pruebe con un enjuague rápido con agua solo una vez y toma una ducha completa la segunda vez.
