7 lecciones de vida que podemos aprender de nuestros perros

De seguro al menos una vez has mirado a tu perro… y has pensado en lo agradable que sería tener esa vida que ellos tienen. Tal vez hasta te hayas puesto un poco envidioso. En pocas palabras tienen una vida de lujo. Solo corren de un lado a otro, comen, y duermen… sin preocupaciones. Sin embargo, nuestros queridos compañeros caninos también pueden enseñarnos increíbles lecciones de vida.

Lecciones de vida que podemos aprender de los perros

Podemos aprender lecciones de vida junto a nuestras mascotas

Los perros siempre son positivos y están entusiasmados con la vida. Aman incondicionalmente y saben cómo vivir verdaderamente en el momento.

Experimentan el mundo de una manera tan diferente a la nuestra, algunos incluso podrían decir que de una manera mejor. Pero no es su vida diaria relajada y libre de responsabilidades lo que los hace de esta manera.

Estas son características de un perro sin importar cuál sea su circunstancia. Está en su naturaleza. Como seres humanos, tendemos a cambiar nuestras características debido a nuestras circunstancias.

Los momentos dolorosos del pasado nos amargan o nos hacen incapaces de confiar. Los estilos de vida repetitivos nos hacen quejarnos y aburrirnos fácilmente. Pero, ¿qué pasa si aprendemos a mantenernos positivos, leales y felices a pesar de las cosas buenas o malas que suceden a nuestro alrededor?

¿Y si aprendiéramos a ser más como un perro? Feliz, contento, perdonador, leal y siempre hambriento.

Hay muchas lecciones de vida que podemos aprender de nuestros amigos caninos, pero a continuación te mostramos 7 por las que puedes empezar:

1. Tienen un gran corazón

No hay amor como el de un perro. Ellos nunca te juzgan ni se quejan de ti con los otros perros de la manada. Te aman más de lo que te imaginas y siempre te serán leales.

Incluso si cometes un error, un perro siempre te perdonará. Son muy grandes admiradores del perdón, una lección que muchos de nosotros podemos aprender de ellos.

Puedes gritar y llamar la atención a tu cachorro por haberse orinado sobre tu alfombra nueva, y al minuto siguiente estarán saltando de emoción sobre ti dándote besos en la cara por todos lados

2. Son buenos para hacer nuevos amigos y conocer extraños

¡A los perros les encanta conocer gente nueva y también a otros cachorros! No les importa cómo se ve el otro perro, quiénes son sus amigos o en qué tipo de casa vive. Ellos saben desde el momento en que te conocen si serán amigos, o si simplemente no les gusta tu energía.

¡Qué refrescante es esa honestidad!

Cuando los perros se conocen, se olisquean un poco, juegan un rato y después, o seguirán jugando durante las próximas 2 horas, o se alejarán el uno del otro sin herir sus sentimientos. Tampoco tienen problemas para acercarse a un completo extraño, sea humano o perro, y simplemente decir ¡hola!

Nunca se ponen a pensar cosas como: «¿Me veré mal?» o «Espero no decir algo estúpido». Simplemente se acercan y ven qué pasa. Así de sencillo.

3. «Suciedad» es su segundo nombre

Los perros no se preocupan por su higiene y no tienen miedo de meter sus patas en el barro. Nunca los detendrá el que tengan que ducharse, lavar la ropa o maquillarse.

¡Saltan de cabeza a un charco y no les importa lo que digan los demás!

No tienen en consideración las consecuencias porque esas vienen después. Lo único importante es el momento, y en ese momento, lanzarse a ese charco se veía sumamente divertido.

4. La hora de la siesta es fundamental

Una de las mejores lecciones de vida. Los perros conocen muy bien el valor de tomar una buena siesta. Corren en el patio, comen croquetas y finalmente toman una siesta. Luego se levantan, corren un poco más y vuelven a dormir la siesta.

A diferencia de los humanos, los perros comprenden que para tener energía para todas las cosas que queremos hacer, debemos tomarnos el tiempo para relajarnos y reunir esa energía.

Los humanos nos movemos por nuestro día como zombies, tratando de cumplir con nuestras responsabilidades diarias. Y cuando finalmente nos damos un momento para nosotros, lo utilizamos para divertirnos y desahogarnos de nuestro día agotador.

Sin embargo, con tal de tener la energía para realizar todas estas actividades, tenemos que darnos cuenta de que nuestros cuerpos necesitan descansar lo suficiente. Ya que no solo estamos desplazándonos sin rumbo por nuestro día, ¡sino que estamos viviendo esos momentos!

5. La comida es esencial

Para un perro, que le den comida es lo mejor que le puede pasar. Para ellos a la hora de la cena es cuando los cielos se abren y sus cuencos vacíos se llenan de croquetas deliciosas.

Un perro comerá casi cualquier cosa que le des, independientemente de su precio. No les importa de dónde viene o si no tiene gluten. Solo que es de ellos y va a estar delicioso sin importar lo que sea.

Imagina cómo sería si nosotros comiéramos cada comida con ese entusiasmo, agradecimiento y satisfacción.

6. Nunca piensan demasiado en las cosas

Los caninos no se avergüenzan o desconciertan por las cosas incómodas que les suceden a diario, como caerse del sofá o chocar de cabeza contra una pared.

¡Un perro simplemente lo hace a un lado y sigue adelante!

Viven en el momento y no les importa lo que otros piensen de ellos. Quizás si todos intentáramos ser un poco más como ellos, podríamos encontrar el coraje para ser nosotros mismos y perseguir las cosas que más nos asustan.

Porque incluso si fallamos o si a alguien no le agradamos, podemos hacerlo a un lado y seguir adelante.

7. Nunca se rinden

Los perros son muy persistentes. La razón por la que los perros son tan buenos para aprender nuevos trucos no es solo porque son extremadamente inteligentes, sino también porque lo intentarán una y otra vez hasta que se acaben las golosinas.

No importa la edad de un perro, siempre lo verás tratando de correr y jugar con otros perros porque no le importa la edad que tenga. No lo ve como un obstáculo. Quiere jugar y hará todo lo posible por hacerlo.

Cuando a un perro se le mete en la cabeza que hay golosinas debajo de la puerta del armario, arañará esa puerta durante horas hasta que obtenga lo que está buscando.

Si tan solo pudiéramos aprender a afrontar la vida con tanto coraje y determinación. Las posibilidades de nuestro éxito serían infinitas.