Quienes realizan actividades artísticas son más longevos

Según una investigación del University College London, las personas que participan en actividades artísticas al menos un par de veces al mes tienen una tasa de mortalidad un 31% más baja.

Mujer pintando un cuadro y realizando una obra de arte

El vínculo entre el arte y la salud

Que el arte y la salud tengan un vínculo fuerte, casi mágico, ciertamente no es noticia de última hora. ¿Recuerdas, por ejemplo, el caso del paciente que tocaba el violín mientras era operado del cerebro? Está comprobado por muchos estudios confiables que la música puede ser de gran ayuda en el manejo de los niveles de estrés y ansiedad, o en el cuidado de pacientes con demencia.

A veces el vínculo entre el arte y la mente humana puede ser más profundo, incluso más oscuro, como bien sabe cualquiera que haya experimentado el síndrome de Stendhal, una enfermedad que provoca taquicardia, mareos, confusión y alucinaciones en las personas que están en presencia de obras de arte de extraordinaria belleza.

Sin embargo, aparentemente este vínculo abarca casos mucho más generales que los muy específicos examinados hasta ahora. Una nueva investigación realizada por el University College London y publicada en el prestigioso British Medical Journal parece mostrar una fuerte correlación entre la asistencia a museos, teatros, conciertos y galerías de arte y la esperanza de vida.

Los resultados de la investigación

Según esta investigación, realizada durante un seguimiento promedio de 12 años, asistir al menos una vez al mes a uno de estos lugares reduce el riesgo de morir hasta en un 31%. Incluso aquellos que solo podían disfrutar de estas actividades culturales una o dos veces al año vieron una reducción del 14% en el riesgo de muerte. Y esto era independiente del estado civil, la ocupación, la riqueza, la educación y los grupos de amistad.

Para llevar a cabo el estudio, investigadores del University College London pidieron a 6,710 personas, mayores de 50 años, que enumeraran con qué frecuencia asistían a eventos artísticos en cualquier ámbito. La edad media de los encuestados era de 66 años y el grupo estaba formado por un 54% de mujeres.

El arte es un beneficio que no todos pueden tener

Los autores del estudio señalan que otros factores pueden haber jugado un papel disruptivo en la investigación: el mero hecho de ir al teatro o al museo, por ejemplo, podría demostrar una mejor salud mental, o la ausencia de problemas de movilidad que dificultaran o imposibilitaran utilizar espacios artísticos que pueden afectar el estado de salud de otras maneras. Sin embargo, los resultados parecen ser los mismos, incluso si se eliminan estas incidencias externas y se ajustan estos factores en el estudio.

Por otro lado, la parte más triste de este estudio es que los que más se beneficiarían de esta “arteterapia” (personas deprimidas o en gran soledad) son los que, lo quieran o no, la practican menos. Asimismo, el 40% del grupo menos acomodado reportó nunca haber tenido acceso a actividades culturales.

“Es necesario que en nuestra concepción de la Salud se dé un nuevo espacio a los factores sociales determinantes -concluyen los investigadores del Colegio Universitario- y que se empiece a trabajar para que los beneficios para la salud de estas actividades sean accesibles a quienes más se beneficiarían”.