Las pataletas o berrinches que los niños comienzan a realizar con mayor frecuencia e intensidad alrededor de la edad de 2 años, suele ser una época difícil para todos los padres sobre todo si son primerizos y nunca se habían enfrentado a situaciones como estas, y es que se debe saber cómo actuar frente a tales situaciones para evitar que se salgan de las manos.
Debemos saber que esta etapa es pasajera, no siempre será de esta manera y por lo tanto hay que tener paciencia y manejar las situaciones adecuadamente, también es importante saber que son el resultado de las primeras manifestaciones de independencia de los niños, por lo tanto, son completamente normales, de hecho, si los niños no las hacen, aunque sea un poco, es síntoma de que algo malo puede estar ocurriendo en su personalidad, ya que no es sano ni correcto que se repriman.
Los berrinches y las rabietas suelen ser parte de la infancia. Nosotros, los adultos, que desde hace mucho tiempo hemos aprendido a controlarnos, a menudo nos resulta difícil hacer frente a estos arrebatos emocionales desenfrenados que presentan los niños.
Los berrinches son algo positivo
Como ya lo dijimos, las pataletas de los niños son positivas en el sentido que es el medio mediante el cual ellos manifiestan sus decisiones e intereses, cuando quieren algo o cuando no lo quieren, cuando se siente cómodos en una situación o cuando no quieren estar en la misma, cuando están de acuerdo o en desacuerdo, ellos se comunican de esta manera, ya que aún no saben hacerlo de otra más adecuada.
El bombardeo de emociones que los niños expulsan, rabia, enojo, agresividad, desobediencia, es muy alto y deberás tener un plan de salida y una rutina para actuar adecuadamente.
Consejos para tratar las rabietas
No existe un plan efectivo para todos los padres, cada niño es único y responde diferentes a los estímulos, igualmente el nivel de intensidad de los berrinches varía en cada uno de acuerdo a su personalidad y el ambiente en el cual ha crecido, pero podemos tener algunas estrategias útiles para aplicarlas en esos momentos.
Dialogar antes de que hagan las pataletas es clave, si van a salir o a realizar una actividad que sabes que no le agrada demasiado, debes hablar primero y explicarlo lo que se puede hacer y lo que no, lo que estás dispuesto a ceder y lo que no, es una especie de negociación previa que ayudara a prevenir la pataleta del siglo.
Escucha a tu hijo y trata de negociar cuando él se manifieste, o por lo menos de darle una explicación, no le digas que no simplemente y esperar que haga caso, recuerda que tu hijo está empezando a tomar decisiones y necesita una respuesta clara y una justificación del porqué, desde luego no se trata de decirle que sí, pero sí de dedicarle tiempo para hablar la situación.
Si la pataleta es inevitable y ha comenzado, respira profundo y sigue algunos de estos pasos, aléjalo un momento del lugar donde empezó la pataleta, generalmente están motivadas por el entorno y la situación donde están, alejarse por un momento, si se puede, es una buena manera de ayudar a que se calme.
No discutas con el mientras esta en ese estado, tampoco lo consientas, simplemente déjalo hasta que se canse y se empiece a calmar, cuando se esté calmando puedes darle unas palabras de apoyo y felicitarlo por hacerlo, explicarle que ahora si pueden llegar a un acuerdo y hablar.
Un error que cometen muchos padres es acceder a lo que piden para terminar rápidamente con la situación o porque les da pena con la gente que hay alrededor, esto es un error grave porque estarás reforzando su actitud, y la próxima pataleta puedes estar seguro que será el doble de intensa, nunca accedas a sus peticiones mientras esté haciendo pataleta.
Recuerda mantener la calma en todo momento, y tener claro que esta etapa va a pasar y pronto empezara a crecer.