La piel protege tu cuerpo, pero eso no es todo lo que hace. Es el rostro que le presentas al mundo. Cuando estás sano, es una fuente de belleza. Las decisiones que tomas todos los días como lo que comes, a dónde vas, y cómo te sientes, afectan la apariencia de tu piel. A continuación, te ofrecemos una guía para que tomes las decisiones que mantendrán tu piel joven, saludable y sin arrugas.
Nuestra alimentación se refleja en nuestro rostro
¿Quieres gozar de una piel agradable a la vista? Cuida tu dieta. Tener una mayor ingesta de vitamina C y una menor ingesta de grasas y carbohidratos se asocian con una mejor apariencia a medida que la piel envejece. Cambiar tu dieta ayudará a mantener tu apariencia.
Los alimentos ricos en antioxidantes como el pescado, frutas y verduras ayudan a proteger la piel. Algunas investigaciones sugieren que para evitar erupciones en la piel, consumas carbohidratos complejos (como cereales integrales y pasta) y proteínas saludables. Por otro lado, los productos lácteos podrían estar relacionados con los brotes de acné, así que sería mejor evitarlos.
Asegúrate de recibir las vitaminas que necesitas
Para llevar un cuidado antienvejecimiento son necesarias las vitaminas C o E. Consumir alimentos ricos en estas vitaminas, así como en mineral selenio, puede ayudar a proteger tu piel del daño solar. Incluso pueden ayudar a revertir los signos del envejecimiento, como las arrugas y la decoloración de la piel.
Ejercítate para huir del envejecimiento
El ejercicio beneficia a todas las partes de tu cuerpo, incluido tu órgano más grande, la piel. El ejercicio mejora la circulación sanguínea lo que a su vez promueve la nutrición de la piel. Mejorar el flujo sanguíneo aporta más oxígeno y nutrientes y puede ayudar a la piel a producir colágeno, lo que evita la aparición de arrugas.
No te preocupes por la sudoración, el ejercicio no obstruirá tus poros. Lávate la cara inmediatamente después de haber entrenado y evita llevar vestimenta deportiva ajustada que pueda atrapar el sudor e irritar tu piel.
No te olvides de dormir bien
Si omites una buena rutina de sueño durante varias noches, podrás verlo reflejado en tu rostro: círculos oscuros debajo de los ojos, piel pálida y ojos hinchados. Dormir de 7 a 8 horas al día mantendrá tu cuerpo y tu piel en plena forma.
La forma en que duermes también es importante: si mantienes la cara sobre la almohada en la misma posición durante muchos años, desarrollarás arrugas donde la piel se presiona contra la almohada. Dormir boca abajo agravará las bolsas debajo de los ojos. ¿La solución? Duerme boca arriba.
El embarazo cambia la piel
Estrías: el 90% de las mujeres embarazadas las tienen. Pueden desaparecer después del parto. Los humectantes pueden mejorar ligeramente la apariencia de las estrías. Las cremas de vitamina A recetadas o la terapia con láser también pueden ayudar, pero no deben usarse durante el embarazo.
EL acné es otro problema común de la piel causado por el exceso de hormonas en el cuerpo. Para evitar los brotes, lo mejor es lavarse la cara dos veces al día y usar una crema hidratante sin aceite. Consulta a tu médico antes de usar cualquier producto para el acné.
Cómo evitar la pigmentación
A algunas mujeres les aparecen manchas oscuras en la cara cuando están embarazadas o toman píldoras anticonceptivas. Un aumento de la melanina, la sustancia que da color a la piel, es la responsable de estas manchas oscuras. Las manchas suelen desaparecer después del parto o cuando se deja de tomar las píldoras. Evita esta pigmentación en exceso usando constantemente protector solar y evitando el sol.
Las manchas también se pueden tratar con peelings químicos o productos que contengan retinoides, ácido azelaico, niacinamida, ácido kójico o hidroxiácidos que aclaran las imperfecciones. Pero la exposición a la luz solar debe evitarse estrictamente.
Cuídate de los rayos solares dañinos
Tanto si disfrutas de tomar el sol como si no, lo más probable es que este dañe tu piel mediante la exposición prolongada. Aproximadamente el 90% de todos los daños en la piel se deben al sol. A medida que pasas tiempo bajo el sol, aumenta el riesgo de que desarrolles cáncer de piel. Protege tu piel usando siempre un protector solar de amplio espectro.
Busca productos que contengan óxido de zinc, dióxido de titanio o avobenzona. Los protectores solares con un SPF de 30 o más tienen mayor efectividad. Usa sombreros de ala ancha y mangas largas, y evita el sol de 10 am a 2 pm.
Cuidados para una piel envejecida
La piel cambia con la edad. A medida que envejeces tu cuerpo ya no produce tanto colágeno y elastina. Además, el metabolismo celular cambia. Para retrasar el envejecimiento de la piel, haz exfoliaciones constantemente para eliminar la piel muerta, usa un jabón que no seque e hidrata tu piel con frecuencia. Usa productos retinoides para reducir las líneas finas o pide a tu médico una versión recetada. Y lo más importante, mantente alejado del sol.
¿Bebes café?
La cafeína en el café y el té deshidrata, por eso podrían resecarte la piel. Por otro lado, investigaciones han demostrado que cuando se aplica tópicamente en la piel, la cafeína puede ayudar a revertir el daño solar y reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer de piel.
Deja los malos hábitos que podrían estar dañando tu piel
Beber demasiado alcohol es malo para la piel y el cuerpo. El alcohol es un diurético; hace que el cuerpo pierda agua. Esto puede contribuir a tener la piel seca. También dilata los vasos sanguíneos. Ésta es la razón por la que los borrachos a menudo se sonrojan.
Con el tiempo, estos vasos sanguíneos pueden dañarse permanentemente, por lo que la piel permanece enrojecida de forma permanente. El alcohol, especialmente el vino tinto, también puede provocar brotes de rosácea.
Fumar es malo para la piel: el tabaco causa arrugas prematuras y piel seca. De hecho, bajo un microscopio, podrían observarse arrugas incluso en fumadores menores de 20 años. Fumar reduce el flujo sanguíneo a la piel y promueve la descomposición del colágeno. Menos colágeno significa más arrugas. No puedes reparar el daño causado por fumar, pero puede detenerlo dejando de fumar.
Cuídate de los contaminantes a los que te expones día con día
Todos los días, tu piel entra en contacto con la contaminación: humo de cigarrillo, gases de escape de automóviles o aire lleno de humo. Haz que ti piel esté sana manteniéndola limpia.
Dependiendo de las necesidades de tu piel, puedes lavar tu rostro con un jabón suave o exfoliarlo cada noche con exfoliantes y tónicos suaves para eliminar las células muertas de la piel, luego aplicar una crema retinoide y humectante. (Incluso la piel grasa necesita un humectante, así que busca productos sin aceite).
El invierno puede ser duro contra la piel
El clima frío y el viento pueden causar piel seca y escamosa y pueden empeorar el eccema y la rosácea. No es solo el clima exterior, el aire seco de los dispositivos de calefacción en la habitación también afecta la piel. Combate esto usando un humidificador en casa, bebiendo mucha agua y aplicando crema hidratante durante todo el día. Recuerda usar protector solar cuando salgas.