Cómo es el proceso de convertirnos en quienes somos

quienes somos

La ética es uno de los conceptos más difíciles de definir en nuestra sociedad. Se asume que consiste en la aceptación de unos valores comunes que todas las personas consideramos importantes cuando vivimos en sociedad.

No obstante, la ética no se desarrolla de igual forma en todas las personas, habiendo cambios muy diferentes dependiendo de características personales, experiencias pasadas y el tipo de educación en el que creció la persona. Pasados los años cada persona tiene mayor poder de decisión sobre su forma de entender la ética, pudiendo quedarse atrasado aposta por parecerle a él ya una forma suficiente y correcta de entender las cosas en el mundo.

La teoría más defendida en este caso es la que establece que todos pasamos por una serie de etapas en la ética a medida que nos desarrollamos. Son tres estapas, divididas cada una en 2 estadios, y hay muchas personas que se quedan ancladas en algunas mientras otras siguen desarrollándose:

1º Etapa, cuando somos niños: Este estadio se da entre los 4 y los 7 años de edad. Aquí los niños son muy concretos en sus afirmaciones, centrándose en especificar lo que es bueno y lo que es malo con los castigos de forma contundente. Si hay una ley, una regla o una norma es para cumplirla sin posibilidad alguna de justificar que no la cumplamos. Para ellos todo el mundo piensa de la misma forma, sin asumir que puede haber distintas interpretaciones o puntos de vista.

De los 7 a los 10 años, aquí los niños cambian completamente su forma de entender la ética, buscando el beneficio propio ante todo. Cuando ayudan a alguien es porque esperan recibir algo a cambio, en un pensamiento egoísta que no tienen por qué decir. Su idea principal es actuar como esperan que actúen los demás, ya que piensan que todo el mundo se mueve por el interés personal de cada uno.

2º etapa, la adolescencia: Se da entre los 10 y los 13 años la primera partte. Esta vez el cambio, a pesar de ser muy grande, es más difícil de ver ya que hacen lo que les gustaría que les hicieran a ellos. Se tiene muy en cuenta la relación con la otra persona, poniendo por delante los sentimientos y lo que piensan los demás a lo que ellos mismos piensan, a pesar de estar en contra. La mayor motivación es la de una relación de confianza mutua.

De los 13 a los 16 años avanza un poco más, y es donde muchas personas se quedan sin avanzar a la última etapa. Hay unas normas sociales que son compartidas por todos, y poder mantener la sociedad es fundamental. Nuestros intereses individuales se mantienen dentro de la sociedad pero solo si no van en contra de ella de una forma exagerada. Estos intereses se vuelven válidos cuando mantenemos el sistema, sabiendo perfectamente cuándo nos estamos portando mal y aceptándolo porque nos beneficia.

3º etapa: A partir de los 16, sin una edad máxima al ser una etapa que no alcanza todo el mundo. Se busca crear una sociedad mejor a partir de una serie de derechos universales. Ya no se tiene en cuenta principalmente nuestra forma de pensar para valorar a los demás, en esta ocasión buscamos que haya una serie de leyes que aseguren una sociedad ideal y no solo un sistema que funcione.

La idea de sociedad no se tiene en cuenta, prefiriendo pensar que todos los seres humanos formamos parte de algo mayor; cada uno funciona de forma independiente y debe ser tratado como tal. Un mundo perfecto donde todos se respetan que muy pocos alcanzan realmente en su desarrollo, sin quedar claro del todo hasta qué punto se puede llegar a luchar por esta idea.

Aún así debemos tener en cuenta que no son etapas fijas, pudiendo haber personas que no avancen más allá de la segunda u otras que alcanzan una determinada cuando crecen más de la edad habitual. Es una teoría para dejarnos guiar, comprendiendo cómo evolucionamos en algo tan difícil de definir.

Redacción: Equipo de Vida Lúcida