La tartamudez es un trastorno tanto físico como psicológico, tan antiguo como la humanidad. Existen un sinfín de hipótesis y abordajes en base a este tema, además de una gran cantidad de estudios que han intentado dar una explicación a esta anomalía. Sin embargo, este fenómeno sigue siendo un misterio.
Lo que más trabajo ha llevado es el tratamiento para este “mal”. Técnicas, aparatos y estrategias psicológicas fueron puestas a prueba y concluidas como exitosas, sin embargo, con el transcurrir del tiempo caduca su efectividad al no tener los resultados óptimos en temporalidad.
Qué es la tartamudez
Cuando nos preguntamos ¿Qué es la tartamudez? La repuesta suele ser la más común, la deficiencia del habla en el momento que una persona repite determinadas sílabas entre cada pronunciación de palabras, es decir, la falta de fluidez al momento de hablar.
Desde el punto de vista social, el proceso de adaptación social depende en un 50% de la manera en que nos comunicamos con otros individuos. Este trastorno del habla desafortunadamente afecta los procesos comunicativos, ocasionando interrupciones involuntarias al momento de intercambiar palabras tanto en privado como en conjunto con otros individuos. Dichas interrupciones vienen de la mano con las tensiones musculares en el rostro y la región inferior del cuello, estrés, miedos e irritabilidad, son parte del conjunto de factores orgánicos, psicológicos y sociales que encaminan a un individuo a un correcto desenvolvimiento con pensares y sentires propios, que en el caso de los tartamudos, se ve afectada por esta anomalía del habla.
Cómo tratar la tartamudez
Entre los tratamientos psicológicos de la tartamudez, lo mejor es tratarla desde la niñez, por lo que hay que tener en cuenta ciertas consideraciones:
Lo principal es no terminar las frases de los niños, esto los impulsara y obligara a enfrentarse a la dificultad del habla. En segundo lugar, no se debe tomar una actitud hostil porque se presente este problema, el individuo afectado no controla esta deficiencia por lo que una actitud negativa podría acrecentar las dificultades del habla y más cuando se encuentran en el proceso de crecimiento, la niñez. En tercer lugar, no se debe interrumpir a una persona tartamuda, indistintamente si es niño o adulto, se les debe permitir acabar cada frase, alentándolos con una sonrisa o un gesto agradable.
Entre otras formas para tratar la tartamudez están las grabaciones, permitir al individuo escucharse en los momentos que pude hablar con la mayor fluidez que permite su cuerpo y en los que se le dificulta más, le permitirá identificar las palabras y oraciones a las que debe prestar mayor cuidado. También es importante aprender a desarrollar la respiración diafragmática, al aprender a tener una respiración controlada, le ayudará al afectado a tener mayor poder en sus palabras, controlando la potencia y tonalidad de la misma.
Se pude ayudar haciendo ejercicios de completación, es decir, comenzar una palabra y permitir al tartamudo completarla, despacio y con la respiración correcta.
Por otro lado los procesos de miedo, estrés y ansiedad son factores que afectan y acrecientan a la tartamudez, hacer ejercicios de relajación, y enseñar a los afectados a mantener un estado controlado ante sus emociones que, a largo plazo, le permitirán superar su problema con eficacia.
Los ya mencionados son técnicas probadas por especialista para superar la tartamudez, sin embargo, aun no existe una técnica completamente eficaz para superar la tartamudez. Gracias a los últimos avances en la investigación de esta rara afección han permitido influir directamente en los procesos cognitivos que conllevan a la tartamudez, recordando que más que un problema congénito, es psicológico.
En conclusión, la relación con las experiencias de niño, con los contextos psicológicos determinara si un individuo padecerá de tartamudez en su adultez y puede que sin la ayuda correcta, jamás pueda superarlo.