Dificultad para respirar (disnea) y sus posibles causas

Disnea es el término médico que se le asigna a la dificultad para respirar, es una sensación molesta de falta de aire, que muchas veces es resultado de la obstrucción de las vías aéreas o de alguna enfermedad que produce que el oxígeno no esté llegando de manera adecuada a los pulmones y otros órganos.

Mujer que presenta dificultades para respirar o disnea

La dificultad para respirar debe ser diferenciada de otras alteraciones respiratorias como la taquipnea (respiración rápida), que se puede producir por causas fisiológicas (como la fiebre, agitación y angustia) o en enfermedades (como la cetoacidosis diabética y la neumonía), sin estar relacionada necesariamente a alguna insuficiencia respiratoria.

¿Cómo se produce la disnea?

La estructura anatómica más pequeña en el pulmón es el alvéolo. En este pequeño espacio se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono que el organismo necesita para vivir. Normalmente, el oxígeno proveniente del aire del ambiente ingresa al organismo y se libera dióxido de carbono (que llega al pulmón desde los vasos sanguíneos pulmonares).

Si existe alguna situación que impida que el oxígeno ingrese desde exterior hacia el alvéolo o si hay alguna condición que genere acumulación de dióxido de carbono o bajas concentraciones de oxígeno dentro del organismo, se habla de que existe una insuficiencia respiratoria.

¿Qué siente el paciente con disnea?

La insuficiencia respiratoria conlleva a que se desencadene una respuesta compensatoria, tanto voluntaria como involuntaria, del organismo.  Involuntariamente, se genera taquicardia (para bombear más sangre rica en oxígeno hacia los pulmones), aumenta la frecuencia de la respiración usando músculos de la caja toráxica (para aumentar las veces en que el alvéolo intercambia dióxido de carbono con oxígeno) y ocurre una redistribución de la sangre del organismo, ya que se dirige hacia los órganos más importantes para llevarles oxígeno (es por ello que las uñas y labios se tornan de color morado, lo que se conoce como cianosis).

La respuesta voluntaria del paciente, ante la disnea, consiste en esforzar aún más los músculos de su tórax para incrementar la vigorosidad de su respiración, igualmente toma más aire por la nariz (aleteo nasal) y por la boca (jadea).

Según la Sociedad Americana del Tórax (Parshall 2012), cuando esta respuesta compensatoria es concientizada por el paciente y genera molestia, e inclusive, sensación de angustia o proximidad de muerte, entonces se llama disnea.

Esto quiere decir, que algunos pacientes pueden presentar cianosis en sus uñas con una respiración rápida además de taquicardia y negar que tengan disnea en algún determinado momento. Por lo que, esta concientización o sensación subjetiva estará determinada por factores ambientales, sociales y psicológicos del paciente.

Dependiendo de la causa de la disnea, estos síntomas pudieran acompañarse de sonidos generados dentro del pulmón, pero fácilmente escuchados a una corta distancia, tales como silbatos o sibilancias, gorgoreo, ronquidos o roncus. Es importante que si tiene alguno de estos síntomas consulte a su médico.

¿Cuáles son las posibles causas de disnea?

Como se dijo la disnea ocurre por falta de oxígeno a nivel de los órganos vitales del organismo o por acumulación de CO2, por lo que es importante aclarar que la dificultad para respirar no sólo es generada por problemas respiratorios, sino que también se puede evidenciar en enfermedades de otros órganos y sistemas. Algunas causas de disnea son:

  • Enfermedades del corazón como la isquemia miocárdica, taponamiento cardíaco o insuficiencia cardíaca: donde no se bombea sangre correctamente al organismo. Igualmente, la compresión de grandes vasos que van hacia el corazón genera disnea, como la presencia de masas mediastinales que producen el Síndrome de Vena Cava Superior.
  • Anemia severa: donde no existen suficientes glóbulos rojos que lleven oxígeno a los órganos vitales.
  • Trastornos neuromusculares: como en enfermedades neurodegenerativas o autoinmunes (miastenia, enfermedad amiotrófica lateral), que en ocasiones afectan los músculos respiratorios impidiendo una correcta inspiración, igualmente pueden generar parálisis de las cuerdas vocales y del diafragma.
  • Obesidad: porque el volumen de la caja toráxica puede comprimir las vías respiratorias (lo que sucede en el Síndrome de Pickwick y apnea obstructiva del sueño).
  • Causas abdominales: que aumenten la presión desde el abdomen hacia el tórax como ascitis, hernias o eventraciones gigantes, el embarazo en etapas avanzadas. 

Problemas respiratorios:

  • Broncoespasmo: en asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, reacciones alérgicas severas y fibrosis pulmonar.
  • Tromboembolismo pulmonar e hipertensión pulmonar: por aumento de presión en la arteria pulmonar y circulación pulmonar.
  • Neumotórax: por colapso del pulmón con la presencia de aire en la cavidad pleural.
  • En infecciones respiratorias como bronquitis y neumonía.
  • Obstrucción de la vía aérea: como en reacciones alérgicas (aumento de la glotis y epiglotis secundario a angioedema), presencia de cuerpos extraños en el interior de la vía aérea, broncoaspiración (inclusión de contenido del tracto digestivo dentro de la vía aérea), presencia de tumores en la vía aérea como tumores laríngeos y el carcinoma broncogénico.
  • Edema pulmonar: por presencia de líquido en los pulmones por patologías pulmonares, cardíacas o metabólicas.

Referencia

  1. Parshall MB, Schwartzstein RM, Adams L, et al. (2012). An official American Thoracic Society statement: update on the mechanisms, assessment, and management of dyspnea. Am J Respir Crit Care Med, 185:435.