Expertos señalan qué decisiones de las que tomamos a la hora de usar el aire acondicionado provocan que el consumo de energía se dispare.
Muchas veces, de hecho, cometer estos errores no merece la pena porque no genera el frío que creemos (y queremos). Su uso ineficiente no solo afecta al bolsillo, sino que también tiene un impacto ambiental significativo.
Las altas temperaturas de estos meses hacen que el aire acondicionado se vuelva indispensable en muchos hogares. Sin embargo, su uso excesivo puede disparar el recibo de la luz, así que conviene tener en cuenta algunos consejos prácticos para evitar que la economía doméstica se vea afectada.
Las temperaturas y el uso correcto del aire acondicionado
“Cuando se hace uso del aire acondicionado, lo primero es evitar las temperaturas extremas. Es preferible poner el equipo durante más tiempo a 23 o 24º que ponerlo a 18º solo un rato, ya que el consumo de energía se dispara y el rendimiento tampoco mejora tanto”, asegura Roberto Gómez-Calvet, profesor del área de Economía y Empresa de la Universidad Europea de Valencia.
Mantenimientos básicos periódicos
Además, aconseja ser constantes a la hora de realizar un mantenimiento básico. “Ni siquiera es preciso recurrir a un técnico si sabemos cómo desmontar y limpiar los filtros. Hacerlo de forma regular mejora la eficiencia y prolonga la vida del aparato. E igualmente, es fundamental revisar la unidad exterior para asegurarnos de que no existen obstrucciones”.
Teniendo en cuenta que cada grado que reducimos el termostato, la factura de la luz sube hasta un 8%, el experto recomienda usar el aire acondicionado con moderación este verano.
“La mayor parte de los equipos que tenemos instalados en nuestras viviendas enfrían el aire recirculándolo por un intercambiador de calor que se conoce como ‘evaporador’, pero tienen un efecto secundario que conviene tener en cuenta: reducen drásticamente la humedad ambiente, lo que no es en absoluto saludable”.
La importancia de aislar muy bien el hogar
Además de ajustar la temperatura y hacer un mantenimiento regular del equipo, el profesor Gómez-Calvet recuerda que también ahorraremos dinero si nos aseguramos de que nuestra casa está bien aislada y si aprovechamos las horas más frescas del día para ventilar.
De esa manera, reduciremos la necesidad de encender el aire acondicionado. “Y una vez que lo hemos hecho, también dan buen resultado los ventiladores de techo, que ayudan a distribuir el aire frío de manera uniforme y nos permite elevar unos grados el aparato del aire acondicionado sin perder confort”.
Adoptar hábitos responsables, en definitiva, es fundamental para cuidar tanto del bolsillo como del planeta. Se puede disfrutar de un hogar fresco sin necesidad de aumentar significativamente la factura de la luz y sin perjudicar al medio ambiente.