La epidemia de la desconfianza en la sociedad moderna

En el mundo hay muchas enfermedades y epidemias que reducen sustancialmente la población de la humanidad. Pero además de todo tipo de epidemias relacionadas con la salud física, hay una epidemia de carácter psicológico: la desconfianza en la sociedad moderna. ¿Qué se puede hacer con este tipo de epidemia? ¿Existe algún tipo de medicamento? Y ¿cuáles pueden ser las consecuencias?

Este tema atrapa a cada persona viva, ya que cada uno se enfrentó con ella en su experiencia personal. La epidemia de la desconfianza se fue esparciendo a través de las diferentes capas de la sociedad. Su principal daño fue crear problemas psicológicos y poner en peligro la integridad de la persona humana. La desconfianza penetra no sólo en los aspectos políticos de la vida de la persona, sino también en sus relaciones interpersonales.

Este problema es grave y generalizado de la naturaleza y se debe resolver. El problema de la sociedad actual consiste en que cada persona está dispuesta a atacar a otro, con un sentido de satisfacción. Ahora es posible encontrar una gran cantidad de libros sobre el tema de la manipulación de la conciencia. Existen muchas herramientas para poder dejar como unos tontos a los demás. Por tanto, el método de engaño promovido en todas partes y aceptado en todas partes.

La desconfianza y sus efectos en la sociedad

La verdadera confianza que una persona podría sentir es cuando se encuentra en el círculo de amigos y familiares. Pero, a menudo, los seres queridos pueden no justificar nuestras esperanzas y hacernos saber eso en el momento más inesperado.

Las personas que son incapaces de confiar en los demás a su alrededor, difuminan la línea entre el bien y el mal, dejan de creer en las buenas personas. Ellos confían sólo en sí mismos, por lo tanto, se alienan de la sociedad. Se convierten en sombras. Tales personas están a menudo del lado del mal porque les resulta muy útil.

Niño triste por no poder confiar en los demás

La confianza tiene un rasgo peligroso: es la credulidad. Las personas que tienen miedo de ser engañadas suelen restringir sus emociones, para no convertirse en seres de sentimientos vulnerables. Y así la base de la sociedad se está desmoronando en partes.

También es importante crear una alianza duradera entre las personas. Pero hay personas que no pueden llevarse bien y son incapaces de confiar unas en otras. Si las opiniones de la gente sobre la vida son completamente diferentes, entonces son difícilmente capaces de establecer simbiosis.

Cómo cultivar la confianza en la sociedad

Es muy importante que una persona desde la niñez se crie en una atmósfera positiva. Un ambiente donde el lugar principal está ocupado por la bondad, el amor y la comprensión mutua. Entonces tal persona crecerá completamente y no será lisiada en el futuro por complejos y defectos.

Pero debido al hecho de que los propios padres no pueden alcanzar la comprensión mutua, suelen criar a un niño en medio de la desconfianza y los reproches. Tal niño crece incrédulo, y siempre le resultará difícil abrirse a alguien. En el futuro será un problema para él crear una familia fuerte, ya que es incapaz de liberar sus emociones.

La desconfianza termina aislando a la persona

A menudo los políticos inculcan desconfianza en la sociedad. Por lo tanto, la gente se acostumbra a no creer en la sociedad y el estado que los rodea. Nadie quiere apoyar por vocación, la gente se vuelve mercantil y anhela obtener ganancias a costa de los demás. Esto se convierte en un problema enorme, puesto que tal situación ocurre en cada país y estado. La gente deja de ser un sistema común y cada uno compite por sí mismo. Así se pierde la fuerza de la gente en su comunidad.

Este problema de desconfianza en la sociedad puede llamarse con seguridad una epidemia, ya que crece a una velocidad increíble y consume a todos. No hay medicina para esta infección. Sólo aprendiendo a confiar en los demás, con tu ejemplo personal, puedes demostrar que es válido confiar. Pero basta con un solo caso para derrumbar las esperanzas, ya que ante un instrumento vacilante la confianza se derrumbará. Y será imposible restaurarlo. Este es el problema. Las personas esperan la ayuda de otros, pero no buscan ayudar a otros, incluso si realmente lo necesitan. Y la falta de asistencia mutua conduce a la muerte.