Logra que florezca el lazo de amor y perfume tu casa

Consigue que tu adorada planta, mala madre, lazo de amor o cinta de novia, pueda florecer y llenar de perfume todo tu hogar, para ello sigue leyendo este artículo.

Planta mala madre sin florecer

La planta mala madre o lazo de amor es una de las que más decoran los hogares de nuestros mayores, y esto es así por un motivo muy importante: es muy, muy fácil de cuidar. Con un poco de agua y luz vive varios años en casa, pudiendo incluso hacerlo al aire libre si el clima no es muy frío.

Sin embargo, lo que muchas personas quieren saber es cómo hacer que florezca esta planta de interior, y en este artículo te explicaremos cómo conseguirlo.

Cómo conseguir que florezca el lazo de amor

Si no tienes mucha experiencia con las plantas o te gustaría empezar con buen pie, la mala planta madre es tu mejor opción, ya que también te vamos a contar todo lo que debes hacer para mantenerla en perfectas condiciones y que esté florecida y perfumando tu casa.

Una vez que produce sus flores blancas, al cabo de un tiempo los pétalos se caen. Cuando esto sucede y cae justo en el suelo, esto hará que se creen nuevas y pequeñas plántulas que serán y se pueden usar para multiplicar la planta más fácilmente.

Principales especies conocidas

Actualmente, hay alrededor de 250 especies diferentes de Chlorophytum, su nombre científico. Pero entre todos ellos, los que más destacan son los siguientes que vamos a mencionar.

  • Chlorophytum comosum: También se le conoce con el nombre de Chlorophytum capense. Es una variación cuyas hojas pueden alcanzar una longitud de hasta 30 cm. Estos suelen desarrollarse en forma de rosetas con hojas, lo que acaba dando la forma característica a la planta.
  • Chlorophytum laxum: Esta especie tiene su origen en dos partes del mundo, la primera de ellas se encuentra en Ghana y la otra en el norte de Nigeria. Es una planta cuyas dimensiones son mucho más pequeñas que cualquier otra variación de esta especie y el color de las hojas tiene una tonalidad verde brillante, aunque aún mantiene ese color blanquecino en los bordes.
  • Chlorophytum undulatum: Esta es una de las variantes que se originó en el sur de África y que ha logrado llegar a más territorio del que se cree en otras partes del mundo. En este caso, se trata de una especie cuyas hojas son más estrechas y duras. Y en cuanto a las flores, estas se desarrollan como si fueran espigas y también mantienen el color blanco como en las demás variaciones, sin embargo, pueden tornarse de un color rojo oscuro en algunas ocasiones.

Consigue que florezcan

Mala madre florecida

Si aún no has podido ver sus flores, quizás debas prestar atención a su cuidado, las siguientes recomendaciones te ayudarán a conseguir que florezcan rápido.

Riégala a menudo… pero sin excederte

La mala planta madre es una de esas plantas que, aunque es necesario regar regularmente para evitar que se seque, no tolera los encharcamientos. De hecho, se suele morir por exceso de agua, ya que además, dado que se suele colocar una placa debajo, las raíces están en contacto directo con el preciado elemento, lo que le hará mucho daño.

Por ello, es necesario regar 3-4 veces por semana durante los meses más cálidos y cada 5 o 6 días el resto del año, y siempre teniendo en cuenta que el agua se retira del plato diez minutos después del riego.

Fertilizarla a medida que crece

Todas las plantas necesitan ‘alimento’ mientras crecen, incluida la planta mala madre. Aunque puede vivir relativamente bien solo con los nutrientes del sustrato, rendirá mucho más y mejor si se abona en primavera y verano.

Por eso es muy recomendable utilizar un compost orgánico que sea de rápida eficacia, como el guano en estado líquido. Siguiendo las instrucciones especificadas en el empaque del producto, podrás tener una planta hermosa y muy saludable que además florezca. Durante los meses de más calor, añade fertilizantes como humus de lombriz, al menos dos veces al mes, lo que acelerará el proceso de floración.

Cámbiala de maceta

Aunque es lo último en lo que solemos estar de acuerdo, es muy importante hacerlo. La mala planta madre es cierto que es pequeña y que no ocupa demasiado espacio, pero con el tiempo su sistema radicular va llenando toda la maceta, gastando así todos los nutrientes que hay en ella hasta que llega un momento en que se detiene el crecimiento.

Para evitarlo, conviene trasplantarla al menos cada 3 primaveras.