Los abuelos que pasan tiempo con sus nietos tienen menos probabilidades de desarrollar Alzheimer

Nada se compara con la alegría y la energía que los nietos ofrecen a los abuelos. Un estudio reciente revela que los abuelos, que pasan más tiempo junto a sus nietos, tienen menos probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Abuelo con su nieto

Los niños pueden llenar de energía y alegría a quienes están a su lado. Un estudio reciente revela que una cantidad moderada de tiempo con los nietos previene la enfermedad de Alzheimer, aumenta la actividad cerebral y estimula la memoria.

Además de estimular la función cerebral, el cuidado de niños se ha relacionado con tasas reducidas de depresión. Pero, ¿cómo se establece realmente esta relación?

Nietos: La relación que reduce el riesgo de Alzheimer

Abuelos jugando con su nieta

Investigadores del Centro para el Envejecimiento y la Salud de la Mujer en Australia examinaron las funciones cognitivas de 180 mujeres que cuidaban a sus nietos. Los resultados mostraron que las mujeres posmenopáusicas que pasaban un día a la semana con sus nietos tenían un menor riesgo de desarrollar Alzheimer y otros trastornos cognitivos.

Sin embargo, aquellos que pasaban cinco días a la semana o más cuidando a sus nietos tenían un mayor riesgo de desarrollar trastornos neurodegenerativos. Este es el primer estudio que examina el papel de esta relación en las funciones cognitivas. Aunque la razón de esta conexión no está clara, se cree que la interacción social regular puede tener un efecto positivo en la salud mental de las personas mayores y reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

El cuidado de los nietos combate el aislamiento social que puede conducir a la depresión e incluso a la muerte prematura.

Además de prevenir el Alzheimer y evitar el aislamiento social, otra investigación sugiere que el vínculo entre nietos y abuelos tiene beneficios antidepresivos tanto para los ancianos como para los niños. 

Un estudio realizado por el Boston College Aging Institute analizó los hábitos de 376 abuelos y 340 niños durante 19 años completos. Descubrieron que cuanto más cerca estaban el uno del otro, menos probabilidades tenían de desarrollar depresión, y cuanto más comprensivos eran los abuelos, menos síntomas de depresión tenían.