Las enfermedades autoinmunes son una de las principales causas de sufrimiento en el mundo, y prácticamente se han convertido en una epidemia. Pero estos son los mejores nutrientes que toda persona con este tipo de enfermedades debería estar considerando. Estas son las razones.
Para poner en perspectiva la naturaleza generalizada de este gran problema de salud, tan sólo en E.U., ahora hay dos veces más personas que padecen enfermedades autoinmunes que enfermedades cardíacas, según la Asociación Estadounidense de Enfermedades Autoinmunes.
La buena noticia es que hay mucho que puedes hacer para tener control de tu salud. Investigaciones sugieren que la genética representa solo alrededor de un tercio de los factores de enfermedades autoinmunes.
Los desencadenantes ambientales, la dieta y el estilo de vida son probablemente los principales responsables de desencadenar y / o empeorar la enfermedad autoinmune.
Esta es una buena noticia para quienes la padecen porque significa que pueden ayudarse a sí mismos a tener el control de su salud amortiguando los ataques inflamatorios e incluso enviando la temida respuesta autoinmune a remisión.
Como dijo alguna vez Hipócrates, el padre de la medicina: «Que la comida sea tu medicina, y la medicina tu comida». Cuando hay una falta de nutrientes en los alimentos que consumes, se puede activar el interruptor genético de la autoinmunidad, pero eso funciona en ambos sentidos.
Los 5 mejores nutrientes para la enfermedad autoinmune
Llenar nuestro cuerpo con los nutrientes que necesita podría apagar este interruptor.
A continuación, enlistamos algunos de los principales y mejores nutrientes y medicamentos alimenticios recomendados para las personas que sufren de enfermedades autoinmunes:
1. Vitamina A para calmar el sistema inmunológico
La vitamina A es esencial para tener un sistema inmune fuerte, y la deficiencia de vitamina A se ha asociado con enfermedades autoinmunes como la diabetes tipo 1 y la artritis reumatoide. Como ves, este es uno de los mejores nutrientes que no deben faltar en tu dieta si sufres de autoinmunidad.
Investigadores sospechan que la razón tiene que ver con nuestras células dendríticas, que envían una «alerta roja» ante el signo de un supuesto invasor, para estimular la inmunidad, o un mensaje de «calma» que atenúa la reactividad inmune excesiva y perjudicial. El mensaje de «calma» necesita de la vitamina A.
Medicina alimentaria: la verdadera vitamina A, llamada retinol, solo se encuentra en productos animales como el pescado, mariscos, aceite de hígado de bacalao fermentado, hígado y grasa de vacas alimentadas con pasto.
Los carotenos vegetales, precursores de la vitamina A, se encuentran en las batatas y las zanahorias, pero la tasa de conversión a retinol utilizable es muy baja. De hecho, investigaciones sugieren que en adultos sanos, solo el 3% del betacaroteno es convertido.
2. Vitamina D para una mejor función inmunológica y menor inflamación
Conocida como la «vitamina del sol», este nutriente es esencial para muchas funciones metabólicas e inmunológicas en el cuerpo, pero específicamente, la vitamina D funciona en conjunto con la vitamina A y se ha demostrado que amortigua sinérgicamente la respuesta inflamatoria de las células Th17 que son células T que producen una serie de sustancias químicas inflamatorias, como la interleucina-17.
Al padecer afecciones autoinmunes como la enfermedad inflamatoria intestinal, la esclerosis múltiple, la psoriasis y la artritis reumatoide, las células Th17 se descontrolan, pero la vitamina D puede ayudar a calmar esta respuesta inapropiada.
Medicina alimentaria: Al igual que con la vitamina A, la vitamina D es más abundante en grasas animales y lácteas, pero la mejor manera de obtenerla es tomando un poco de sol, unos 20 a 60 minutos al día, dependiendo de tu complexión.
Considera hacerte una prueba cada pocos meses para asegurarte de que tus niveles de vitamina D estén dentro de un rango saludable.
3. Vitamina K2 de los mejores nutrientes para la curación del cerebro y la médula espinal
Un estudio en el Journal of Neuroinmunology encontró que la vitamina K2 fue efectiva para inhibir el iNOS (óxido nítrico) proinflamatorio en la médula espinal y el sistema inmunológico del cerebro en ratas que tenían síntomas de esclerosis múltiple.
Esto sugiere que podría tener el mismo efecto en humanos, pero desafortunadamente, la deficiencia de K2 es una de las deficiencias de nutrientes más comunes en la dieta occidental.
Afortunadamente puedes arreglar esto con la “medicina alimentaria” correcta.
Medicina alimentaria: la vitamina K2 se combina mejor con otras vitaminas liposolubles, A y D, en forma de alimentos integrales como la mantquilla (o manteca) de animal de libre pastoreo o la carne de órganos.
4. Hierro para reponer los déficits
La anemia por deficiencia de hierro (IDA) está relacionada con muchas enfermedades autoinmunes, pero no está claro cuánto de esto es causa y cuánto es efecto. Una razón probable es que la ferritina (hierro almacenado) se absorbe principalmente en los intestinos.
Cuando la absorción se ve comprometida por la inflamación y la autoinmunidad, las reservas de hierro pueden caer demasiado bajas, y como ya sabes, el daño al revestimiento intestinal y el síndrome del intestino permeable se consideran (en la medicina funcional) como condiciones previas para la autoinmunidad.
Medicina alimentaria: Una vez que el intestino se cura, los alimentos ricos en hierro como la carne de res alimentada con pasto, el hígado y las espinacas pueden ser eficaces, así como cocinar con utensilios de cocina de hierro fundido.
5. Micronutrientes para calmar la inflamación y promover una función óptima
Las deficiencias de micronutrientes, especialmente de selenio, magnesio y zinc, están asociadas con varias enfermedades autoinmunes. Es probable que esto se deba principalmente a la inflamación crónica, que disminuye la absorción de estos nutrientes vitales.
Sin embargo, estos micronutrientes son necesarios para la producción y conversión saludables de la hormona tiroidea, y los problemas de tiroides como la enfermedad de Hashimoto son algunas de las afecciones autoinmunes más comunes que las afectan.
La suplementación con estos micronutrientes puede ayudar a que los problemas de tiroides vuelvan a la normalidad a medida que trabajas en la curación del intestino y la disminución de la inflamación para aumentar la absorción de micronutrientes.
Medicina alimentaria: una variedad de nueces y semillas como las nueces de Brasil, así como las ostras, son buenas fuentes de estos nutrientes.
Qué más puedes hacer junto con adquirir los mejores nutrientes
Si tienes problemas con los síntomas de una enfermedad autoinmune, ¿qué más puedes hacer además de aumentar tu ingesta de nutrientes? Aquí hay algunos pasos específicos que debes considerar:
1. Controla tus niveles de nutrientes
Un buen comienzo es hacerte análisis de sangre para verificar cómo se encuentran tus niveles de nutrientes. Esto puede ayudarte a que orientes tu dieta y cualquier suplementación hacia donde lo necesitas.
2. Controla tus problemas de absorción de nutrientes
Puedes estar comiendo todos los alimentos correctos, pero eso no te ayudará si no estás absorbiendo sus nutrientes.
Lo mejor es que te hagas análisis completos para abordar cualquier problema potencial de microbioma inflamatorio, como el síndrome del intestino permeable, que puede estar evitando la absorción óptima de nutrientes.
Trata eso primero para que la medicina alimenticia pueda ayudarte.
3. Evita tus alimentos desencadenantes
La autoinmunidad puede causar una respuesta inmune de prácticamente cualquier alimento. Por ejemplo, los frutos secos pueden ser una gran fuente de micronutrientes en teoría, pero tu cuerpo puede no estar de acuerdo con ellos en particular.
Saber a lo que tu cuerpo reacciona te ayudará a personalizar tu dieta. Pregunta a tu médico acerca de análisis para observar la reactividad de los alimentos, para que puedas descubrir qué alimentos evitar a medida que te recuperas.
4. Lleva un estilo de vida antiinflamatorio
Hay muchas herramientas naturales que puedes usar para ayudar a amortiguar las respuestas inmunes inflamatorias, como evitar el gluten, dormir lo suficiente y controlar el estrés.
5. Considera una evaluación por la medicina funcional
La medicina funcional puede ayudarte a descubrir e implementar estrategias sostenibles para una buena recuperación.