¿Sufres de dolor de estómago frecuente? Si es así, no debes ignorar este síntoma, ya que podría indicar una condición más grave que requiere atención médica.
En este artículo, te explicaremos por qué no deberías ignorar estos 3 tipos de dolor de estómago y qué hacer al respecto.
1. Dolor de estómago tipo ardor
Este tipo de dolor se siente como una sensación de quemazón en la parte superior del abdomen y puede extenderse hacia el pecho o la garganta.
Es un síntoma común del reflujo gastroesofágico, una condición en la que el ácido del estómago sube hacia el esófago y causa irritación e inflamación.
El reflujo puede ser causado por factores como comer en exceso, acostarse después de comer, fumar, tomar alcohol o ciertos medicamentos.
Si el reflujo no se trata, puede provocar complicaciones como úlceras, esofagitis o cáncer de esófago.
¿Qué medidas puedes tomar?
Es importante evitar los alimentos y bebidas que empeoran el reflujo, como los cítricos, el chocolate, el café, las comidas picantes o grasosas.
Además, debes comer porciones pequeñas y frecuentes, no acostarte hasta 3 horas después de comer y elevar la cabecera de la cama.
Si el dolor persiste o se acompaña de otros síntomas como dificultad para tragar, pérdida de peso o vómitos con sangre, debes consultar a un médico.
2. Dolor de estómago tipo cólico
Este tipo de dolor se siente como un espasmo o contracción en el abdomen y suele ser muy intenso y repentino. Es un síntoma común de los cálculos renales o biliares, unas masas duras que se forman en los riñones o en la vesícula biliar y que pueden obstruir el paso de la orina o la bilis.
Los cálculos pueden ser causados por factores como la deshidratación, la dieta, la genética o ciertas enfermedades. Si los cálculos no se eliminan, pueden provocar complicaciones como infecciones, daño renal o pancreatitis.
¿Qué puedes hacer?
Para aliviar el dolor de estómago tipo cólico, puedes tomar analgésicos de venta libre o medicamentos antiespasmódicos, como buscapina o hioscina.
También es importante beber mucha agua para facilitar la expulsión de los cálculos y evitar los alimentos y bebidas que favorecen su formación, como los lácteos, las carnes rojas, el té o el café.
Además, debes acudir al médico si el dolor es muy fuerte o se acompaña de otros síntomas como fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos o sangre en la orina.
3. Dolor de estómago localizado
Este tipo de dolor se siente en una zona específica del abdomen y suele ser constante y moderado. Es un síntoma común de la apendicitis, una inflamación del apéndice, un órgano pequeño situado en la parte inferior derecha del abdomen.
La apendicitis puede ser causada por una obstrucción del apéndice por heces, parásitos o tumores. Si la apendicitis no se trata, puede provocar complicaciones como peritonitis, abscesos o sepsis.
¿Cómo actuar al respecto?
Para aliviar el dolor de estómago localizado, puedes tomar analgésicos de venta libre o medicamentos antiinflamatorios, como ibuprofeno o naproxeno.
Sin embargo, lo más importante es acudir al médico lo antes posible para confirmar el diagnóstico y recibir el tratamiento adecuado, que suele ser la extirpación quirúrgica del apéndice.
No debes aplicar calor ni tomar laxantes o antibióticos sin prescripción médica, ya que pueden empeorar la situación.
Como puedes ver, el dolor de estómago puede tener diversas causas y consecuencias, por lo que no debes ignorarlo ni automedicarte.
Si el dolor es frecuente, intenso o se acompaña de otros síntomas, debes consultar a un médico para recibir un diagnóstico correcto y un tratamiento oportuno. Recuerda que tu salud es lo más importante y que prevenir es mejor que curar.