Cómo se reflejan los altos niveles de estrés en el intestino

Una investigación ha relacionado los altos niveles de estrés con enfermedades autoinmunes, enfermedades cardíacas, úlceras, diabetes, desequilibrios hormonales e innumerables otras condiciones crónicas de salud.

altos niveles de estrés

Sin embargo, incluso conociendo esta investigación, tanto los médicos como los pacientes tienden a centrarse más en las causas físicas de la enfermedad que en los estresores físicos y mentales que a menudo afectan la salud.

Cada vez hay más personas con el estrés como la causa principal de sus enfermedades autoinmunes y otras enfermedades crónicas, y no son solo adultos, sino más niños que sufren problemas de salud relacionados con el estrés.

Hay varios factores que causan que el estrés afecte negativamente tu salud. El estrés puede desencadenar o empeorar una enfermedad autoinmune debido a su efecto en tu sistema inmunológico.

Pero, niveles altos de estrés también puede dañar tu intestino, que, como ya sabrás, es uno de los principales responsables la salud, que de no cuidarse puede ocasionar una gran cantidad de problemas. En este artículo, veremos cómo el estrés puede afectar a tu intestino.

De qué manera daña el estrés a tu intestino

El cerebro y el sistema digestivo en realidad comparten una conexión bidireccional, por lo que la salud de tu intestino no solo es capaz de afectar tu estado mental, sino que tu estado mental también afecta cómo funciona tu intestino. Echemos un vistazo más de cerca a cómo funciona esta conexión.

La respuesta de tu cuerpo al estrés

Cuando experimentas cualquier tipo de estrés, ya sea físico (pisar el freno a fondo), emocional (experimentar un desamor) o mental (sobrecarga en el trabajo), tu cuerpo lo procesa de la misma manera a través de las glándulas suprarrenales.

Las glándulas suprarrenales responden creando una avalancha de hormonas del estrés, incluido el cortisol,

afectan tanto tu sistema digestivo como tu sistema inmunológico (del cual el 80% se encuentra en tu intestino).

Nuestra respuesta al estrés evolucionó principalmente como un medio de autopreservación de nuestros antepasados que enfrentaban situaciones inmediatas y potencialmente mortales. Desafortunadamente, esta respuesta no es la más ideal para el tipo de estrés crónico y continuo que enfrentamos hoy en día.

El problema del estrés crónico

Por un lado, el cortisol que producen las glándulas suprarrenales, acelera el sistema inmunológico, lo cual es altamente inflamatorio. Esto sería beneficioso si tuvieras una herida abierta y necesitaras de la inflamación para combatir infecciones.

Pero es menos útil e incluso dañino, si estás solo estás estresado crónicamente porque trabajas 80 horas a la semana o tu matrimonio está en peligro. Mantener un alto nivel de inflamación es peligroso porque te posiciona en el espectro autoinmune y, si continúas así por mucho tiempo, puede desencadenar una enfermedad autoinmune.

Tu cuerpo en realidad reconoce esto, por lo que suprime tu sistema inmunológico después de un pico de cortisol, dejándolo en un 40% y 70% por debajo del valor inicial, para equilibrar toda la inflamación causada inicialmente.

Cuando experimentas un estrés agudo, como durante el ataque de un oso o la gripe, una respuesta inflamatoria natural a corto plazo es exactamente lo que quieres para estimular temporalmente tu sistema inmunológico y darte energías para escapar o las células inmunes para combatir la gripe.

Sin embargo, en el mundo actual, todos experimentamos más el estrés crónico y a largo plazo, al estar siempre disponibles en nuestros aparatos electrónicos, tener largas jornadas de trabajo y comprometernos demasiado.

Nos abstenemos de apagar y desenchufar, en vez de dar a nuestros cuerpos la oportunidad de descansar y recuperarse.

Como resultado, el cuerpo pasa continuamente por períodos de inflamación alta, que pueden dañar el revestimiento intestinal, y debilitar el sistema inmunológico, lo cual deja al intestino vulnerable a los patógenos que podrías estar ingiriendo.

Además, cuando tu respuesta al estrés se activa, tu sistema digestivo se apaga. Si huyes de un depredador, necesitas un flujo sanguíneo concentrado en tus extremidades para huir y en tu cerebro para resolver problemas, no en tu intestino para digerir tu almuerzo.

Cómo esto afecta tu salud

En este estado de vulnerabilidad, cuando el sistema digestivo ha sido suprimido a apagado, y tu sistema inmunológico se debilita, las bacterias dañinas pueden multiplicarse sin control.

El sistema digestivo es temporalmente incapaz de combatir las bacterias malas al producir suficientes bacterias buenas para combatirlas, lo que puede provocar desequilibrios en la flora intestinal.

Además, una escasez de bacterias buenas y un exceso de levadura o bacterias malas puede causar que experimentes más estrés porque más del 95% de tu serotonina (el neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el bienestar y el sueño) se produce en el intestino, y esta producción se ralentiza cuando tienes que lidiar con un crecimiento excesivo de levadura, un parásito u otros problemas intestinales.

Cómo combatir el estrés y tener un intestino sano

En la sociedad actual, abarrotada de interminables fechas límite y demandas y la sensación persistente de que podrías estar haciendo más cosas, puede ser difícil evitar el estrés.

La clave para manejar el estrés y evitar que cause efectos negativos en tu salud es aprender las herramientas para poder superar una situación estresante después de que haya terminado.

Seamos claros en algo: no hay una manera definitiva de relajarse y aliviar el estrés. Todos manejan su estrés de manera diferente, así que no te mortifiques por tratar de seguir la rutina de desestresamiento perfecta.

Lo importante es encontrar algo que funcione para ti personalmente, ya sea hacer yoga, salir a correr, pasar tiempo con tu familia, pasar tiempo solo, trabajar en tu jardín, ir a la iglesia o cualquier otra actividad.

Estos son algunos buenos consejos desestresantes

Sesión de flotación en un tanque de privación sensorial: Los tanques de privación sensorial proporcionan un ambiente sin luz y sin sonido, con una piscina poco profunda de agua que contiene aproximadamente 450 kilos de sal de epsom disuelta.

La alta concentración de sal de epsom te permite flotar sin ningún esfuerzo, y la temperatura es la misma que la de tu piel, por lo que ni siquiera puedes sentir el agua a tu alrededor. El efecto es una sensación ingrávida de flotación en completa oscuridad y silencio, que reduce tus niveles de cortisol, alivia los dolores musculares y te permite pasar 60-90 minutos sin ningún tipo de estimulación.

Terapia de sauna infrarrojo: Pasar tiempo en una sauna infrarrojo tiene muchos beneficios para la salud, incluido el alivio del estrés y la desintoxicación. Puedes conseguir uno para tener en casa, o también puedes recibir tratamientos en spas naturales.

Ir de excursión con tu familia: Pasar tiempo en la naturaleza con tu familia puede ser tanto relajante como reparador, además te permite tener más tiempo de calidad junto a las personas importantes para ti y tener una relación más cercana.

Tomar un baño relajante con sales de baño caseras: Para mimarte y relajarte un poco más, haz tus propias sales de baño Lavender Love, la sal de Epsom es perfecta para los músculos doloridos y rígidos, y el aroma calmante aliviará todo el estrés acumulado de tu día.

Hacer ejercicio: Cuando haces ejercicio, tu cuerpo libera químicos llamados endorfinas. Estas endorfinas interactúan con los receptores en su cerebro que reducen tu percepción del dolor. Las endorfinas también desencadenan una sensación positiva en el cuerpo, similar a la de la morfina, generando bienestar.

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Karl, J. P., Hatch, A. M., Arcidiacono, S. M., Pearce, S. C., Pantoja-Feliciano, I. G., Doherty, L. A., & Soares, J. W. (2018). Effects of Psychological, Environmental and Physical Stressors on the Gut Microbiota. Frontiers in microbiology9, 2013. https://doi.org/10.3389/fmicb.2018.02013

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