¿Sabías que tu almohada podría ser tóxica? Esto es lo que tienes que saber sobre los tipos de almohadas

La almohada es uno de los elementos más importantes para garantizar un buen descanso y una correcta postura cervical.

Sin embargo, no todas las almohadas son iguales ni adecuadas para cada persona. Además, algunas almohadas pueden contener sustancias químicas que pueden afectar a nuestra salud y al medio ambiente.

En este artículo te explicamos los diferentes tipos de almohadas que existen y cómo elegir la más adecuada para ti.

Tipos de almohadas según el material

Los materiales más comunes para rellenar las almohadas son:

Plumas o plumón

Son las almohadas más tradicionales y suaves. Se adaptan bien a la forma de la cabeza y el cuello, pero pueden provocar alergias a algunas personas. Además, requieren un cuidado especial para evitar la acumulación de ácaros y humedad.

Fibra sintética

Son las almohadas más económicas y fáciles de lavar. Sin embargo, suelen perder firmeza y volumen con el tiempo y pueden generar calor. Algunas fibras sintéticas pueden contener sustancias tóxicas como el formaldehído o el ftalato, que pueden causar irritación, asma o cáncer.

Látex

Son las almohadas más elásticas y resistentes. Se adaptan bien a la forma de la cabeza y el cuello, pero pueden resultar demasiado firmes para algunas personas. El látex natural es hipoalergénico y ecológico, pero el látex sintético puede contener aditivos químicos que pueden ser nocivos.

Viscoelástica

Son las almohadas más populares en la actualidad por su capacidad de adaptarse a la presión y la temperatura. Ofrecen un buen soporte cervical y alivian los puntos de tensión.

Sin embargo, también pueden generar calor y desprender un olor desagradable al principio. Algunas espumas viscoelásticas pueden contener compuestos orgánicos volátiles (COV) que pueden afectar al sistema nervioso o al respiratorio.

Otros materiales

Existen otros tipos de almohadas menos comunes pero que pueden ofrecer beneficios específicos. Por ejemplo, las almohadas de cereales (trigo sarraceno, mijo, espelta) son naturales, transpirables y regulan la temperatura. Las almohadas de gel son frescas y suaves. Las almohadas de bambú son antibacterianas y ecológicas.

Cómo elegir la mejor almohada para ti

A la hora de elegir una almohada, debes tener en cuenta varios factores:

  • Tu postura al dormir: si duermes boca arriba, necesitas una almohada baja o media que mantenga tu columna alineada. Si duermes de lado, necesitas una almohada alta o media que rellene el espacio entre tu cabeza y el hombro. Si duermes boca abajo, necesitas una almohada muy baja o ninguna para evitar forzar tu cuello.
  • Tu peso y altura: si eres una persona grande o alta, necesitas una almohada más grande y firme que te proporcione un buen soporte. Si eres una persona pequeña o delgada, necesitas una almohada más pequeña y suave que se adapte a tu anatomía.
  • Tus preferencias personales: además de los aspectos anteriores, debes elegir una almohada que te resulte cómoda y agradable al tacto. Puedes probar diferentes tipos de almohadas antes de comprar una o consultar con un especialista en descanso.
  • La calidad del material: es importante que elijas una almohada que esté fabricada con materiales de calidad, que no contengan sustancias tóxicas ni alergénicas, que sean transpirables y duraderos. También debes fijarte en el tipo de funda que tiene la almohada, que debe ser lavable y resistente.

Cómo cuidar tu almohada

Para mantener tu almohada en buen estado y evitar problemas de salud, debes seguir estos consejos:

  • Ventila tu almohada cada día, sacudiéndola y exponiéndola al aire libre.
  • Lava tu almohada cada tres o seis meses, siguiendo las instrucciones del fabricante. Usa un detergente suave y evita el uso de lejía o suavizante.
  • Cambia tu funda de almohada cada semana, usando una de algodón o de otro material natural.
  • Cambia tu almohada cada dos o tres años, o cuando notes que ha perdido su forma o su firmeza.

Como ves, elegir y cuidar tu almohada es muy importante para tu salud y tu bienestar. Esperamos que este artículo te haya ayudado a conocer mejor los tipos de almohadas que existen y cómo elegir la más adecuada para ti. Recuerda que una buena almohada puede marcar la diferencia entre dormir bien o mal. ¡Dulces sueños!