El síndrome del túnel carpiano es una expresión de la lesión producida por el atrapamiento o compresión del nervio mediano (uno de los nervios que va hasta la mano).
Al daño del nervio se le conoce como neuropatía periférica y, es una molestia que afecta a un 3% de la población general y hasta un 15% en población económicamente activa.
La población trabajadora está expuesta a factores de riesgo ocupacionales que empeoran los síntomas del síndrome del túnel carpiano, pudiendo causar una significativa discapacidad que repercute sobre la efectividad y la producción en el trabajo diario en distintos sectores de la economía (Palencia – Sánchez, 2018).
El túnel carpiano es un canal o corredera a nivel de la cara anterior de la muñeca, entre los huesos de la articulación y el ligamento anular del Carpo, por el cual pasan los tendones flexores de los dedos de la mano y el nervio mediano.
Cualquier proceso que genere inflamación crónica a nivel de la muñeca, puede producir compresión del nervio y por consiguiente, desencadenar los síntomas del síndrome del túnel carpiano.
Las profesiones que desarrollan con mayor frecuencia este tipo de patología son las que desarrollan un trabajo manual, como trabajadores del área de alimentación (carniceros, charcuteros, agricultores), carpintería, peluquería, industria textil, confección de calzado, electrónica, trabajo de oficina, cajas de cobranza, informática, incluso en ramas de la salud, como odontología y algunas especialidades quirúrgicas.
Factores de riesgo para desarrollar síndrome del túnel carpiano
Los factores que aumentan la probabilidad de padecer de síndrome del túnel carpiano son:
- Género femenino y edad.
- Familiares que padezcan síndrome del túnel carpiano.
- Patologías endocrinas asociadas como Diabetes Mellitus, hipotiroidismo, síndrome metabólico y obesidad.
- Artritis reumatoide.
- Factores anatómicos, como fracturas o dislocaciones.
- Menopausia.
- Talla baja.
- Tabaquismo.
- Uso de anticonceptivos orales (Newington et al. 2015).
Síntomas del síndrome del túnel carpiano
Si bien es cierto que, los síntomas suelen aparecer en personas que tengan un ejercicio laboral que incluya la realización de movimientos repetitivos de la muñeca, también puede aparecer en personas con fracturas y tumores que compriman la muñeca.
Una de las características de esta enfermedad, es que los síntomas clínicos aumentan con la actividad de la muñeca afectada y suelen remitir sacudiendo o masajeando la articulación o elevando el antebrazo afectado, puesto que con estos movimientos mejora el retorno sanguíneo y permite la descompresión parcial y momentánea de la muñeca.
Los síntomas del síndrome del túnel carpiano se manifiestan con distintas sensaciones como calor, calambres, hormigueos o entumecimiento en la palma y los dedos de la mano, especialmente, del pulgar y de los dedos medio e índice.
Los síntomas suelen comenzar de manera gradual o progresiva y a menudo, aparecen de manera nocturna en una o ambas manos, con una sensación de entumecimiento y hormigueo en las puntas de los dedos, que se origina por dormir con las muñecas dobladas.
A medida que los síntomas progresan, los pacientes comienzan a sentir los síntomas de adormecimiento y calambres en las horas del día. Se puede dificultar cerrar el puño, agarrar objetos pequeños o realizar otras tareas manuales.
En casos crónicos que no reciben tratamiento adecuado, los músculos de la base del pulgar pueden debilitarse o atrofiarse. También puede experimentarse la pérdida de discernimiento entre sensaciones frías o calientes en áreas localizadas de la mano. En otras ocasiones, puede presentarse dolor intenso y/o entumecimiento en la muñeca y la parte superior de la mano.
Tratamiento del síndrome del túnel carpiano
Existen varios tratamientos conservadores capaces de mejorar los síntomas y restablecer la función previa en los pacientes con síndrome del túnel carpiano leve a moderado, sin embargo, en los casos graves el tratamiento suele ser quirúrgico.
Las medidas conservadoras que han sido consideradas para el tratamiento inicial de esta patología son los esteroides locales y sistémicos y, los antiinflamatorios no esteroideos.
También se incluyen el uso de inmovilizaciones como férulas, infiltraciones locales de analgésicos y relajantes musculares, técnicas de electroterapia, terapias manuales y ejercicios de deslizamiento neural, así como la combinación de varias de estas opciones (Jiménez, 2016).
En el caso de la cirugía, los resultados de algunos estudios en términos de mejoría de los síntomas y capacidad funcional muestran evidencias alentadoras que la justifica en personas mayores, pero los resultados en pacientes jóvenes son más controversiales.
Por todo esto, todo paciente debe ser estudiado con cuidado por el médico traumatólogo o cirujano de la mano, que determine en conjunto con el paciente, las distintas opciones terapéuticas que se ajusten a cada persona de acuerdo a diversos factores a evaluar, como la edad y ocupación, principalmente.
[mks_toggle title=»Bibliografía:» state=»close «]
- Jiménez del Barrio, S.; Bueno Gracia, E.; Hidalgo García C. (2016). Tratamiento conservador en pacientes con síndrome del túnel carpiano con intensidad leve o moderada.Revisión sistemática. Neurología. 2016.
- Newington, l.; Harris, E.C.; Walker-bone, K. (2015). Carpal tunnel syndrome and work. Best Practice & Research Clinical Rheumatology, 29(3):440-453.
- Palencia-Sánchez, F.; García-Vega, O.; Riaño-Casallas, M. (2018). Costo-efectividad del tratamiento quirúrgico vs corticoides locales en el síndrome del túnel del carpo. Revista U.D.C.A Actualidad & Divulgación Científica, 21 (1): 5 – 14
[/mks_toggle]
