Sobreprotección y niños infelices, deja que aprendan de sus errores

Aunque nos pueda parecer que esta es la mejor manera de cuidar a nuestros hijos, la sobrepaternidad o sobreprotección puede volverlos inseguros y muy críticos consigo mismos.

La sobreprotección y los problemas qwue genera en los niños

La hiperparentalidad se define como prestar demasiada atención a la crianza de los hijos. Para algunos esto puede ser un fin en sí mismo, mientras que para otros pone en duda todo nuestro sistema educativo para niños.

¿Cuál es el equilibrio correcto para no caer en la sobreprotección?

¿Cómo no prestar demasiada atención a cómo criar a los niños pequeños? ¿Dónde se traza la línea? Todos los niños necesitan atención y cuidados constantes por parte de sus padres. Pero a veces es importante darse cuenta de cuál es el equilibrio correcto.

La verdad es que hay una línea muy fina entre la crianza excesiva y guiar a nuestros hijos para que puedan crecer personalmente sin caer en la trampa de la toxicidad emocional.

La crianza de los hijos no se trata solo de control y entrenamiento, y no significa asfixiar a los niños o, peor aún, cortarles las alas. Pronto los niños serán adultos, capaces de tomar decisiones por sí mismos y ser responsables de sus propias vidas. Sin embargo, el término «superpaternidad» tiene aún más significados.

Sobrepaternidad y sobreprotección

Lo más extraño de este tipo de comportamiento o enfoque educativo es que los padres se involucran en todos los aspectos de la vida de sus hijos: deportes, escuela, aficiones, comida, amigos…

Un «superpadre» cree que es el mejor padre del mundo y que cría a sus hijos mejor que el resto. Pero en realidad el equilibrio emocional y personal de sus hijos puede estar lejos de reflejar su felicidad.

La frustración es una de las consecuencias de la crianza excesiva

Los padres pueden tener una idea clara de cómo debe ser el niño ideal, al mismo tiempo que se ven a sí mismos como una receta para el éxito o un referente.

Pero a medida que pasa el tiempo, descubren que sus hijos no siempre están a la altura de sus ideales, lo que provoca sentimientos de frustración. Cuando un niño ve la decepción en los ojos de sus padres, puede comenzar a experimentar una sensación de fracaso e inferioridad.

Otras de las consecuencias de la crianza excesiva: preocupación y ansiedad

Un aspecto a considerar es que la sobrepaternidad va de la mano con la «sobreactividad educativa». No es inusual que los padres planifiquen muchas actividades extracurriculares para sus hijos, incluso actividades en las que los propios niños no tienen ningún interés.

Gradualmente, los niños se vuelven ansiosos, y su ansiedad alcanza niveles similares a los de los adultos. A los padres sobreprotectores les resulta difícil tolerar los errores de sus hijos. Hacen todo lo posible por criar niños responsables que sean inmunes a los errores o fracasos, algo imposible.

Las sobreprotección y la incapacidad para fallar

Todos los niños deben tener la experiencia de fallar en algo para que puedan aprender de sus errores. Los niños criados por padres exigentes se convierten en sus propios jueces. Los padres ponen el listón tan alto que cuando los niños se dan cuenta de que no podrán alcanzarlo, se hunden en la depresión y en un comportamiento autodestructivo.

Crianza de los hijos a través de un apego saludable para fomentar la responsabilidad

Según un estudio realizado en la Universidad de Queen en Ontario, Canadá, una de las consecuencias más graves de la sobrepaternidad es que los niños entre 7 y 12 años apenas saben lo que significa jugar al aire libre o interactuar con sus amigos, en resumidas cuentas: son niños infelices.

Ya sabes que criar a un hijo implica protegerlo por encima de todo, pero esta protección debe basarse en los siguientes puntos:

Protégelos de manera que se sientan seguros, no «esclavizados».

La crianza con apego saludable significa reconocer a nuestro hijo y fomentar su buena imagen de sí mismo. Un niño que se siente seguro y reconocido por sus padres tendrá mejor autoestima y no tendrá miedo de crecer y madurar con responsabilidad.

Protege a tus hijos dándoles consejos, pero dejándolos aprender de sus errores

Protege a tus hijos para que no sufran y se mantengan en el camino correcto, pero siempre refuerza su punto de vista personal y déjalos cometer sus errores para que puedan aprender de ellos.

El apego y un vínculo fuerte son invaluables, especialmente durante los primeros años de vida de los niños. Pero cuando los niños cumplen 7 u 8 años, dan un gran salto hacia la madurez. Es entonces cuando comienzan a defender sus derechos y desarrollan un sentido de justicia y moralidad. Durante esta caótica etapa preadolescente, comenzarán a tomar decisiones que pueden sorprenderte.

Escúchalos siempre y enséñales cada día que para ser libres deben ser responsables y que para gozar de ciertos privilegios deben cumplir con ciertas obligaciones.

Es necesario promover un tipo de aprendizaje basado en la experiencia, no en la sobrepaternidad.