5 aceites esenciales para aliviar la congestión y la tos

La tos, la congestión nasal y de garganta pueden ser provocadas por reacciones alérgicas, también resfriados o infecciones virales y bacterianas de las vías respiratorias.

aceites esenciales para tratar la congestión y la tos

La Fitoterapia o medicina basada en hierbas siempre ofrece muchas alternativas a la medicina convencional como lo son los aceites esenciales para tratar la congestión.  Los  jarabes comerciales que pueden producir alteraciones cardiovasculares o nerviosismo, o son muy azucarados y no recomendados para los diabéticos.

Desde la antigüedad las hierbas han sido muy útiles en el control de síntomas respiratorios agudos.

En particular, los aceites aromáticos o esenciales que puedes ser raíces, hojas, flores, semillas o de la resina de sus troncos.

Se han estudiado algunos productos naturales, determinándose sus propiedades para controlar la tos, expectoración y congestión nasal y de garganta.

Estos aceites son llamados también volátiles o etéreos y por lo general proporcionan la esencia de la fragancia de la planta y su sabor específico.

Aceites esenciales para aliviar la congestión

A continuación mencionaremos los 5 aceites esenciales más usados para mejorar tos y la congestión:

1. Aceite de menta

Existen varias especies de plantas de menta e híbridos. La planta oficial se denomina Menta piperita.

La composición puede variar de acuerdo a la especie y tipo en particular. En general, esta compuesta por: mentol entre un 35 a 45 % y mentona entre un 15 y 32 %. Al calentarse se pierde entre el 55 a 75 % de sus componentes esenciales.

Su mecanismo de acción se basa en la relajación del músculo liso de los bronquios, mejorando el broncoespasmo y además favorece  la salida de secreciones pulmonares y bronquiales.

También se han demostrado sus propiedades antisépticas, antivirales y antiinflamatorias. Han sido particularmente útiles en infecciones nasales y respiratorias en forma inhalada.

La dosis recomendada en adultos es de 1 taza cada 8 a 12 horas. Se prepara con agua caliente y se agregan 3 a 5 gotas del aceite esencial. En niños se usa 1 taza cada 24 horas. Hasta ahora no se ha determinado ningún riesgo en el embarazo ni en la lactancia. Puede generar somnolencia por lo que se recomienda evitar el manejo de maquinarias especiales  o conducir vehículos a largas distancias durante el uso de este aceite.

2. Aceite de orégano

Su componente activo principal es el Carvacrol,  entre un 40 a 70 %. También se consiguen: el timol, terpinemo, cimeno, mirceno y algunos flavonoides.

Tiene propiedades antivirales y antimicrobianas. También actúa sobre el epitelio de los bronquios movilizando las secreciones.

Su dosis habitual es de una taza cada 8 horas. En los niños se puede usar, aunque no hay estudios acerca de la dosis ideal.

3. Aceite de eucalipto

El componente activo o esencial es el eucaliptol entre un 45 a 75%, el resto de sus componentes son los flavonoides, taninos y aceites fenólicos.

El eucaliptol tienen un efecto sobre las vías respiratorias. Mejora las secreciones bronquiales y pulmonares, aumentando su movilidad y expulsión. También tiene efecto broncodilatador a través de la relajación del músculo liso bronquial.

Se han estudiado las propiedades antimicrobianas del eucalipto, especialmente a nivel respiratorio, con un gran efecto sobre gérmenes comunes en esa área como el estreptococo. Se ha visto que estimula el sistema inmunológico.

No se recomienda usar el eucalipto por muchos días. Se debe acudir al médico si no hay mejoría en los primeros días de uso.

Junto con el aceite de eucalipto se debe ingerir abundante agua.

El otro componente activo importante del eucalipto es el cineol, el cual tiene importantes efectos antioxidantes.

Se puede comprar el aceite de eucalipto ya fabricado o prepararlo con hojas y flores.

En el caso de tos o infecciones respiratorias, es siempre mejor inhalado, para lo cual se procede a hervir agua y se colocan 2 gotas del aceite.

Se pueden preparar infusiones  con agua caliente, agregándole 1 a 2 gotas de aceite,  y luego se puede endulzar con miel o stevia.

También se usa en forma tópica, mezclando 1 a 2 gotas del aceite de eucalipto con aceite de oliva y aplicar sobre el pecho.

También se pueden mezclar con otros aceites como es el caso de lavanda y la menta, para obtener mayores beneficios broncodilatadores y antisépticos: para ello, se mezclan con agua 7 gotas de aceite de eucalipto, 4 gotas de aceite de lavanda y 4 gotas de aceite de menta, y aspirar el vapor por un tiempo de 5 minutos, al menos 3 veces al día.

4. Aceite de tomillo

Sus componentes esenciales son timol, carvacrol, anetol, borneol y cienol.

Se ha usado por muchos años como antitusígeno y antiséptico, tanto para bacterias, virus y hongos.

No se recomienda durante el embarazo ni la lactancia.

En caso de dolor de garganta, tos y moco se puede inhalar 10 a 15 gotas con agua, también sirve para infecciones de los senos paranasales o infecciones respiratorias bronquiales.

Hay varias formas de prepararlo:

Puede ser en infusión, hirviendo agua y colocando una cucharada pequeña de tomillo, dejar reposar y colar. Se puede tomar cada 8 horas.

En caso de infecciones de la cavidad oral y faringitis se pueden hacer gargarismos con agua y tomillo.

Si se quiere inhalar, puede colocar en un recipiente con agua unas 3 cucharadas de tomillo y efectuar las inhalaciones. Son particularmente recomendables para la sinusitis.

Se ha usado en tos ferina y asma mezclado con otras hierbas con poder antimicrobiano y broncodilatadoras.

5. Aceite de limón

 Es también llamado aceite cítrico.  Se ha usado desde la antigüedad para diferentes enfermedades, obteniendo su aceite esencial mediante procesos muy rudimentarios. Los han usado como antibiótico, antiinflamatorio, entre otros beneficios

Su componente principal es el limoneno. Se fabrica con la piel o corteza del limón. Actualmente recomendado para el dolor de garganta por su efecto antiinflamatorio y antibacteriano.

Pero también se ha propuesto su uso en enfermedades bronquiales y pulmonares de origen infeccioso. Por su capacidad antioxidante refuerza el sistema inmune.

Se puede usar en agua caliente con 5 gotas del aceite esencial para infusiones o inhalar el vapor con agua y 3 gotas del aceite.

El aceite se puede preparar junto con el aceite de oliva para su uso externo.