El miedo es una de las peores sensaciones que sentimos los seres humanos y suele ser una de las más incapacitantes, pues el miedo al rechazo no nos deja actuar sobre cosas del ambiente donde nos desenvolvemos con la fluidez que es requerida, y hace que tengamos de una forma u otra capacidades limitadas y que finalmente vivamos a medias, muy por debajo de las capacidades que tenemos para llevar una vida plena y feliz.
El miedo al rechazo es una sensación que ha tenido ocupado a multitud de estudiosos del comportamiento humano, más en las dos últimas décadas con el resurgimiento de las teorías de la motivación y el auge del coaching motivacional.
La realidad es que este sentimiento nos ha acompañado desde el mismo momento que nacimos: miedo a la oscuridad, miedo a la soledad, miedo al fracaso, miedo a la muerte, y finalmente, miedo al rechazo.
Cuando surge el miedo al rechazo
El miedo al rechazo lo desarrollamos desde experiencias significativas durante la infancia, experiencias que nos han dejado un profundo dolor del que a veces no somos conscientes, proviene exclusivamente del ámbito social y afectivo, y nos habla de nuestra necesidad de ser aceptados e incluidos.
Quizás te suene conocido el hecho de haber sido excluido de algún juego en la infancia, o no haber podido alcanzar ganar el principal de la obra de navidad en el preescolar, o quizás no haber sido invitado en alguna oportunidad a una fiesta de aquella amiga que tanto deseabas, todas estas son situaciones de rechazo, y cada una creó un sentimiento de desasosiego en quien tuvo que sufrirla, el ajuste social es una de las experiencias más difíciles que durante toda nuestra vida nos pone a prueba, y mide nuestro nivel de confianza y autoestima.
Cómo afecta este tipo de miedo
Como todos los miedos, el miedo al rechazo se convierte en una situación limitante y transformadora, que no nos deja aventurarnos a caminar por un mundo social que puede regalarnos tantas diversiones y satisfacciones, el miedo al rechazo tiene un añadido más tiene la capacidad de irnos desolando progresivamente y haciendo presos de una vida solitaria y en constante escape.
Vivir incluye relacionarse con otros en medida de que nos vamos desarrollando, en la infancia, con los compañeros de la escuela, en la universidad con alegres amistades, en el trabajo con compañeros de trabajo, amigos, parejas, hijos y todo depende exclusivamente de nuestra capacidad de batallar con este miedo, que reside exclusivamente dentro de nosotros. Aquí encontrarás algunas maneras de superar el miedo a ser rechazado.
5 maneras de superar el miedo al rechazo
- Haz consciente tu miedo: Como siempre, cada problema en la vida pasa por el hecho de hacerlo consciente para ti, porque cada solución implica tu participación en la solución, Atrápate escapando, date cuenta de cuantas veces has huido de una situación en la que estás prediciendo un rechazo, faltando a una cita amorosa, o quizás inventando excusas para no asistir a una fiesta, incluso faltando el día en que te toca participar como orador en esa reunión de trabajo, Atrápate escapando.
- Pon sobre la mesa tus emociones: Sincérate contigo mismo, enumera los signos físicos que las experiencias sociales te provocan, sudoraciones, taquicardia, temblores, escríbelos, pues estás en proceso de darte cuenta.
- Evalúa las consecuencias reales: ¿Qué pierdes? ¿Qué ganas? ¿Podrás manejar el rechazo?, ¿Morirás?… Y en realidad, ¿qué es lo peor que pudiera pasar? No te dejes engañar por las consecuencias irreales, nadie ha muerto por no haberle caído bien a alguien, nadie ha dejado de respirar por dar su opinión en público, piensa, pues seguramente saldrás caminando en la misma forma que entraste.
- Aventúrate: Enfrenta el miedo, haz de él tu aliado, no esta allí para vencerte, esta allí para retarte a superarlo, si sientes que no es tu enemigo podrás lidiar más fácilmente con el.
- Finalmente, háblate en positivo. No hay nada más poderoso que las palabras, háblate de lo que finalmente vas a obtener de ir luchando paulatinamente con tus miedos, atrévete a vivir, sé tu propio asesor y confidente.
El que teme sufrir ya sufre el temor. Proverbio Chino.
Redacción: Equipo de Vida Lúcida