La proteína en la leche materna que destruye células cancerosas en lactantes

La leche materna es uno de los alimentos más completos y protectores para los lactantes, ofreciendo no solo nutrientes esenciales, sino también mecanismos de defensa natural contra infecciones y enfermedades. En los últimos años, la investigación científica ha revelado un aspecto particularmente fascinante: la presencia de una proteína específica, la alpha-lactalbumin, que puede transformarse en un complejo letal para células cancerosas.

Este complejo, conocido como HAMLET (Human Alpha-lactalbumin Made Lethal to Tumor cells), ha sido estudiado extensamente en la Universidad de Lund, en Suecia, y representa un avance prometedor en la comprensión de cómo la leche materna podría prevenir el desarrollo de cánceres en los primeros años de vida. Aunque el cáncer en lactantes es raro, los mecanismos protectores de HAMLET podrían explicar por qué los bebés amamantados tienen tasas más bajas de ciertas patologías oncológicas y un sistema inmunológico más robusto.

Descubierto accidentalmente en la década de 1990 por investigadores de la Universidad de Lund, HAMLET se forma cuando la alpha-lactalbumin se une a ácidos grasos, como el oleico, presentes en la leche materna. Este complejo entra en las células tumorales, induce su muerte programada (apoptosis) y deja intactas las células sanas, lo que lo convierte en un candidato ideal para terapias anticáncer.

Estudios recientes, incluyendo uno publicado en febrero de 2025 en el South China Morning Post sobre su aplicación en cáncer de vejiga, han ampliado su potencial terapéutico, pero su rol natural en la leche materna sigue siendo clave para la protección infantil.

Este artículo explora en profundidad la alpha-lactalbumin y HAMLET, sus mecanismos de acción, la evidencia científica de la Universidad de Lund y las implicaciones para la salud de los lactantes. Basado en datos confiables y actualizados hasta 2025, el objetivo es informar sobre este descubrimiento sin exagerar sus beneficios, recordando que la lactancia materna es una herramienta complementaria a la vigilancia médica.

La alpha-lactalbumin: Una proteína multifuncional en la leche materna

La alpha-lactalbumin es una de las proteínas principales en la leche materna humana, representando alrededor del 20-25% de las proteínas whey (suero lácteo). Esta proteína globular, con un peso molecular de aproximadamente 14 kDa, es producida por las células mamarias durante la lactancia y juega un rol esencial en la síntesis de lactosa, el principal carbohidrato de la leche. Sin embargo, su importancia va más allá de la nutrición: actúa como un modulador inmunológico, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino del lactante y fortaleciendo la barrera mucosa contra patógenos.

El descubrimiento de su potencial antitumoral ocurrió en la Universidad de Lund en la década de 1990, cuando el equipo liderado por Catharina Svanborg buscaba compuestos bactericidas en la leche materna. Encontraron que una fracción de leche humana mataba células tumorales en laboratorio, y al aislarla, identificaron que la alpha-lactalbumin, al desnaturalizarse parcialmente y unirse a ácidos grasos (principalmente oleico), formaba HAMLET.

Este complejo es único en la leche humana; aunque proteínas similares existen en leche de otros mamíferos, solo en humanos se forma HAMLET de manera natural en concentraciones significativas. Un estudio de 2023 en PMC confirmó que HAMLET representa hasta el 1-2% de las proteínas en la leche materna fresca, y su concentración aumenta durante la lactancia exclusiva, protegiendo al lactante en sus primeros meses de vida.

En lactantes, donde el sistema inmunológico está inmaduro, HAMLET podría actuar como un “escudo” contra células anormales, previniendo la proliferación de tumores incipientes. Aunque el cáncer infantil es infrecuente (menos del 1% de todos los cánceres), tipos como el neuroblastoma o leucemias podrían beneficiarse de esta protección natural. Investigaciones de Lund han demostrado que HAMLET penetra en las células intestinales del lactante, donde ejerce su efecto selectivo, sin afectar la mucosa saludable.

El descubrimiento de HAMLET en la Universidad de Lund

La historia de HAMLET comienza en los laboratorios de la Universidad de Lund, una institución sueca líder en investigación biomédica. En 1995, Catharina Svanborg y su equipo estaban estudiando la leche materna como fuente de péptidos antimicrobianos cuando notaron que una fracción mataba selectivamente células cancerosas de linfoma en cultivo, sin dañar células sanas. Tras años de aislamiento y caracterización, en 2000 publicaron en Proceedings of the National Academy of Sciences que HAMLET era un complejo de alpha-lactalbumin desnaturalizada con ácido oleico.

Desde entonces, Lund ha sido el epicentro de la investigación sobre HAMLET. Estudios en modelos animales y humanos han expandido su aplicación: en 2019, un ensayo en Cancer Research mostró que HAMLET administrado intratumoralmente prolongaba la supervivencia en glioblastomas. En 2024, un estudio en PMC exploró su efecto en la respiración mitocondrial de células cancerosas, confirmando que HAMLET induce muerte celular al alterar el metabolismo energético de las mitocondrias tumorales.

Lo más relevante para lactantes es un estudio de 2021 en PMC que demostró que HAMLET en leche materna induce apoptosis en células precancerosas intestinales, protegiendo contra inflamación crónica que podría llevar a cáncer colorrectal en etapas tempranas. En febrero de 2025, un avance en South China Morning Post reportó ensayos clínicos donde HAMLET mostró una respuesta completa o parcial en el 88% de casos de cáncer de vejiga temprana, abriendo puertas a su uso en cánceres pediátricos. Aunque no hay ensayos específicos en lactantes por razones éticas, modelos in vitro simulan su efecto protector natural.

Mecanismos de acción de HAMLET contra células cancerosas

HAMLET actúa de manera selectiva: entra en células tumorales a través de receptores de lipoproteínas, se internaliza en la mitocondria y el núcleo, y desencadena apoptosis. Su estructura –alpha-lactalbumin parcialmente desplegada unida a oleato– le permite unirse a lisofosfolípidos en la membrana celular tumoral, alterando su integridad. Un estudio de 2006 en Biochemical and Biophysical Research Communications mostró que HAMLET induce muerte celular en linfomas y carcinomas sin afectar células sanas, debido a diferencias en la composición lipídica de las membranas.

En lactantes, HAMLET podría destruir células anormales en el tracto gastrointestinal, donde el riesgo de cáncer es bajo pero la exposición a patógenos es alta. Un estudio de 2021 en PMC demostró que HAMLET promueve un perfil pro-apoptótico en células tumorales, activando caspasas y reduciendo la expresión de genes anti-apoptóticos. Además, su acción bactericida –matando patógenos como E. coli– previene inflamación que podría llevar a displasia precancerosa. En 2024, un proyecto en Lund investigó Alpha1-Oleate (similar a HAMLET) para muerte celular inducida por interacciones celulares, confirmando su selectividad.

Para cánceres en lactantes, como leucemia o neuroblastoma, HAMLET podría ofrecer protección pasiva a través de la lactancia, aunque la evidencia es indirecta. Un estudio de 2019 en ICEA destacó que alpha-lactalbumin con ácidos grasos destruye tumores malignos in vitro, sugiriendo un rol preventivo en bebés.

Evidencia científica y estudios clave de Lund

La Universidad de Lund ha publicado más de 50 estudios sobre HAMLET desde 2000. Un hito fue el de 2004 en Cancer Research, donde HAMLET mataba células de glioblastoma humano in vivo, prolongando la supervivencia. En 2021, un artículo en PMC confirmó su actividad bactericida y tumoricida sin toxicidad para células sanas.

En 2023, un estudio en PMC exploró el efecto de HAMLET en la respiración mitocondrial, mostrando que altera la función mitocondrial en células cancerosas, induciendo muerte. Para lactantes, un estudio de 2006 en Biochemical and Biophysical Research Communications analizó variaciones en alpha-lactalbumins y confirmó la formación natural de HAMLET en caseína humana.

En 2025, el ensayo en cáncer de vejiga reportó un 88% de respuesta tumoral, sugiriendo aplicaciones pediátricas futuras. Aunque no hay ensayos clínicos en lactantes, modelos in vitro simulan su protección contra células anormales intestinales.

Implicaciones para la salud de los lactantes

En lactantes, HAMLET podría reducir el riesgo de cánceres gastrointestinales tempranos al eliminar células mutadas antes de que proliferen. La lactancia exclusiva por 6 meses, recomendada por la OMS, aumenta la exposición a HAMLET, fortaleciendo la inmunidad. Un estudio de 2021 en Taylor & Francis mostró que HAMLET mata células de carcinoma pulmonar, sugiriendo un espectro amplio.

Beneficios adicionales incluyen protección contra infecciones, que indirectamente previenen cáncer. Sin embargo, factores como la duración de la lactancia y la dieta materna influyen en los niveles de HAMLET. Madres con dietas ricas en oleato (aceite de oliva) podrían aumentar su producción.

Limitaciones y futuras investigaciones

Aunque prometedor, HAMLET no es una cura; su concentración en leche materna varía, y no todos los lactantes desarrollan cáncer. Estudios éticos limitan pruebas directas en bebés. Futuras investigaciones en Lund se centran en formulaciones sintéticas para terapias pediátricas, como en el proyecto Alpha1-Oleate de 2024. La historia de HAMLET, desde su descubrimiento en Lund, subraya su potencial como molécula tumoricida.

Conclusión

La alpha-lactalbumin en la leche materna, al formar HAMLET, representa un mecanismo natural de destrucción de células cancerosas en lactantes, un descubrimiento pionero de la Universidad de Lund. Sus mecanismos –inducción de apoptosis selectiva y modulación inmunológica– ofrecen protección contra tumores incipientes, respaldados por estudios desde 2000 hasta 2025.

Aunque el cáncer infantil es raro, promover la lactancia exclusiva maximiza estos beneficios, complementando la vigilancia médica. Este avance no solo resalta la sabiduría evolutiva de la leche materna, sino que inspira terapias futuras. Madres, lacten con confianza: su leche no solo nutre, sino que protege a sus pequeños de amenazas invisibles.