El aceite de jojoba proviene de la semilla de la planta de jojoba (Simmondsia chinensis). La cera que produce esta planta es una cera líquida que tiene una gran similitud a los aceites naturales (o sebo) que se encuentran en nuestra piel. La planta de jojoba crece en áreas cálidas y áridas de los EE. UU., como el sur de California y Arizona, y algunas partes del norte de México.
Beneficios del aceite de jojoba
De acuerdo a The Jojoba Company, el aceite de jojoba tiene una historia muy rica. Los nativos americanos descubrieron la importancia y versatilidad de la jojoba. A principios del siglo XVIII, los misioneros jesuitas en Baja California los observaron calentando semillas de jojoba para ablandarlas.
Luego usaban una maja y mortero para machacarlas y hacer un ungüento o una sustancia mantecosa. Ellos usaban este ungüento en la piel y el cabello para sanar y acondicionar respectivamente. Los nativos americanos también lo usaban para suavizar y preservar las pieles de los animales.
Las mujeres embarazadas comían semillas de jojoba, con la creencia de que ayudaban durante el parto. Los cazadores y los guerreros masticaban jojoba en sus expediciones para mantener calmada el hambre.
1. Es muy hidratante
Lo que hace que el aceite de jojoba sea tan único es que sirve de forma muy parecida al sebo que nuestra piel produce naturalmente. Esto lo convierte en un hidratante eficaz, ya que puede mantener la hidratación por más tiempo. Investigaciones científicas confirman esto. Un estudio demostró que el uso del aceite de jojoba produce una leve hinchazón, indicativa de retención de humedad en el estrato córneo (capa superior de la piel).
2. Repara el daño solar
¿Pasaste todo el día bajo sol y olvidaste aplicarte tu protector solar? El aceite de jojoba puede ser excelente para reparar tu piel después de que hayas experimentado daño solar.
El cofundador de The Jojoba Company, Vicki Engsall, dijo lo siguiente: “la jojoba tiene formas naturales de protegerse del daño solar… la jojoba en realidad es la única planta en el mundo conocida por producir ésteres de cera líquida. Esta planta protege sus hojas con estas grandes moléculas para evitar que los rayos UV penetren a través de sus hojas«.
Esta es la razón por la cual la jojoba es un ingrediente muy popular en algunos productos naturales de protección solar. Un estudio encontró que cuando la vitamina E y otros antioxidantes que se encuentran en el aceite de jojoba se combinan y pueden ayudar a proteger tu piel del daño solar.
3. El aceite de jojoba reduce la piel grasa
Como se mencionó anteriormente, la jojoba es realmente única porque es muy similar al sebo que nuestra piel produce naturalmente. La teoría de cómo funciona para reducir la piel grasa, es que el aceite de jojoba en realidad puede «engañar» a la piel para que piense que está produciendo suficiente sebo, lo que a su vez ayuda a equilibrar la producción del sebo natural.
«El aceite de jojoba es rico en grasas naturales que imitan a las de la capa externa de la piel«, explica Joshua Zeichner, MD., Director de Investigación Cosmética y Clínica en el Centro Médico Mount Sinai en la ciudad de Nueva York. «Esto significa que puede ayudar a la piel a mantenerse hidratada y curarse a sí misma«.
Cuando se retira el sebo natural de la capa externa de la piel (por ejemplo, si usa un jabón muy fuerte, o durante la época de invierno cuando el ambiente es demasiado seco), las glándulas sebáceas pueden ponerse a toda marcha y tratar de corregir este problema, lo que da como resultado la producción excesiva de sebo. Lo que a su vez conduce a acné y otros problemas. El aceite de jojoba puede restablecer la hidratación de tu piel y equilibrar la producción de los aceites naturales.
4. Aumenta la eficiencia de otros productos
Si deseas aprovechar al máximo los beneficios de tus productos para el cuidado de la piel, ¡el aceite de jojoba puede ayudarte! El uso de aceite de jojoba puede aumentar la penetración de otros ingredientes en la piel, que es algo que puede ser útil para los tratamientos contra el acné, como el peróxido de benzoilo, el ácido salicílico o los retinoides.
