El barro sapropélico o barro negro es ideal tanto para la mente como para el cuerpo. En este artículo se abordarán algunos de sus beneficios.
El cuerpo humano necesita agua para llevar oxígeno a las células, purificarse y regular su temperatura. El poder curativo del agua la hace absolutamente necesaria para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
En vísperas de la primavera, nos presentamos con un cuerpo débil, perezoso, extremadamente cansado por la carga del invierno.Sin embargo, podemos disfrutar del barro negro o sapropélico, también conocido por sus propiedades milagrosas. ¿En qué consisten?
El llamado barro negro estimula la fertilidad a través de la regulación hormonal, es beneficioso para los dolores artríticos y otras dolencias musculares.
El barro negro garantiza una relajación mental
El barro sapropélico o barro negro es muy efectivo para aliviar el insomnio y tiene, además, efectos antiestrés. Se necesita una simple compresa de barro para que el cuerpo ya disfrute de un estado de relajación. A tu piel también le gustará: estará más hidratada.
Desintoxicación general
También resulta beneficioso para obtener una mejora del estado general. Ayuda mucho en el proceso de desintoxicación general, actuando sobre la piel, el hígado, los riñones, el tubo digestivo, pero también sobre los bronquios.
Estimula la inmunidad
Con frecuencia, el cuerpo está sujeto a muchos cambios, con una intensidad alta, por lo que no logramos equilibrarlo por nosotros mismos y mantener la situación bajo control. De ahí las fluctuaciones por las que pasa el sistema inmunológico. Su resistencia aumenta o disminuye.
Por ello, debemos aportarle el equilibrio que necesita y recurrir al barro negro puede ser de gran ayuda para ese fin. Después de tal cura, se estimula la inmunidad, de modo que aumenta más allá de los valores iniciales, y luego se observará un valor constante hasta por 6 meses.
Otro beneficio es que reinicia las glándulas endocrinas con hipofunción: tiroides, glándulas suprarrenales, glándula pituitaria y ovarios.
