Para muchos padres, jugar tosco con sus hijos puede parecer aterrador. Ningún padre quiere hacer algo que pueda dañar a su hijo. A veces, sin embargo, está bien ponerse un poco rudo. Los niños necesitan jugar, y al jugar tosco con tu hijo no solo estás ayudando a satisfacer esa necesidad sino también ayudando en su desarrollo mental.
El juego rudo con tu hijo también ayudará a fortalecer su relación. ¿Hay algo mejor para un niño que poder pasar tiempo de calidad con sus padres? El miedo a las malas prácticas proviene de no saber cómo hacerlo de manera segura, pero al establecer límites y comunicarse con tu hijo durante el juego, puede crear un ambiente seguro para jugar.
Jugar tosco con tu hijo no es algo malo
Jugar rudo no es pelear, es un tipo de juego ruidoso que promueve la interacción física segura entre padres e hijos. Pueden ser peleas de almohadas, juegos imaginativos, tiros, volteretas o cualquier otra cosa que implique interacción física con tu hijo. Sin embargo, muchas escuelas y padres dudan de la idea del juego físico.
En ciertos países las escuelas continúan imponiendo más restricciones sobre el tipo de juego en el que los estudiantes pueden participar durante el recreo. Pero desafortunadamente parece que prohibir juegos como estos está haciendo más daño que bien. De hecho, puede hacer que los niños pierdan todos los beneficios que ofrece el juego interactivo.
5 Sorprendentes beneficios de los juegos toscos
El juego rudo tiene un gran impacto en el desarrollo positivo de los niños. Además del beneficio obvio de la aptitud física, el uso rudo también puede tener beneficios emocionales.
1. Los juegos rudos ayudan a construir una relación más fuerte con su hijo
Anthony T. DeBenedet y Lawrence J. Cohen, autores de «The Art of Roughhousing» (El Arte de Jugar Rudo), explican en una entrevista que «ayuda a los padres y a los niños a sintonizarse entre ellos». A través del juego, los padres y los niños adquieren una idea de las emociones y señales de los demás, lo que puede fomentar un sentido de unidad.
2.Hace a tu hijo más inteligente
DeBenedet y Cohen también comparten que los niños que juegan rudo con sus padres se desempeñan mejor en la escuela y «hacen mejores amigos» que aquellos que no lo hacen. La aceleración y la calma del juego rudo ayuda al niño a desarrollar una inteligencia emocional. Esto puede ser útil para tu hijo cuando hace amigos y construye relaciones en la escuela.
3. Enseña ética y construye la moral de tu hijo
Esta lección proviene principalmente del padre que lidera el juego rudo. Cuando el padre retiene su fuerza superior y muestra control sobre sus acciones, le está enseñando a su hijo a hacer lo mismo. Hay un énfasis en tener contacto físico amoroso durante el juego que los niños necesitan recibir de sus padres.
DeBenedet y Cohen explican que esto es especialmente importante para los niños porque «necesitan aprender que el contacto físico es más importante que el sexo y la violencia» y para las niñas, desarrolla «una sensación de fuerza interior».
4. Los juegos toscos hacen que los niños estén físicamente en forma
Este es obvio. Pero la condición física no se trata solo de la fuerza corporal. Implica aprendizaje motor complejo, concentración, coordinación, control corporal, aptitud cardiovascular y flexibilidad. Por lo tanto, el juego libre ofrecerá diferentes beneficios que, por ejemplo, la clase de gimnasia.
5. Trae mucha diversión
Como especie, los humanos están preparados para el uso rudo, por lo que el cuerpo y la mente están felices cuando dejamos que suceda. Según estudios en neurociencia, cuando se activan los circuitos de juego en los cerebros de los mamíferos, sienten alegría.
Reglas para un juego rudo seguro
Para un buen juego rudo, es importante seguir las reglas y prestar atención a cómo juega con tu hijo. Presta atención a las articulaciones y siempre juega en una superficie suave como una alfombra o tapete.
Deja en claro a tu hijo que no se permiten movimientos como las cerraduras de cabeza, los agujeros para los ojos o los golpes intestinales. Por último, quédate cerca de tu hijo para que puedas verlo y asegurarte de que no se caiga ni se golpee accidentalmente.
También es una buena idea tener tiempos de espera durante los juegos bruscos. Llamar a «congelar» ayudará a tu hijo a acostumbrarse a calmarse y luego a acelerar el respaldo que entrena su cerebro para que no se salga de control.
Algunos otros consejos pueden incluir comenzar a asearse más temprano en el día para darle tiempo a tu hijo a relajarse naturalmente antes de acostarse.