Cómo evitar que el paracetamol se vuelva tóxico para el hígado y los riñones

Un analgésico económico disponible sin receta, el paracetamol, sin embargo, debe tomarse con moderación. De hecho, puede provocar daños en el hígado, a veces mortales, y en los riñones. Conoce nuestro consejo para reducir la toxicidad del paracetamol.

El paracetamol es un ingrediente común en los analgésicos. Su gran accesibilidad hace que los pacientes sujetos a dolor crónico o agudo a menudo tomen dosis demasiado altas. Los migrañosos son, por ejemplo, propensos a los excesos.

Pero el paracetamol, aunque no requiera prescripción médica, hay que tomarlo con precaución porque es perjudicial para el hígado y los riñones.

El principal fármaco que causa problemas hepáticos

Se ha demostrado que la toma de dosis altas de paracetamol, más allá de las recomendaciones (4 g cada 24 horas), puede provocar daño hepático, resultando en ocasiones en una afección hepática tan grave que requiere un trasplante.

Más de 1000 fármacos son tóxicos para el hígado

Este último ayuda en la eliminación de toxinas, lo que lo hace particularmente vulnerable en caso de sobredosis de drogas porque las toxinas se acumulan.

Según el nivel de daño hepático, los pacientes con síntomas leves o moderados pueden recuperar sus funciones hepáticas si se identifica y se suspende la sustancia agresora. Pero algunos pacientes pueden tener daños más graves, lo que lleva a una insuficiencia hepática aguda.

Según un artículo de AACN Advanced Critical Care, aproximadamente el 46% de los casos de insuficiencia hepática aguda en los Estados Unidos están relacionados con el paracetamol

Otras moléculas conducen a problemas hepáticos:

  • antiinflamatorios no esteroideos como ibuprofeno, naproxeno,
  • antibióticos y antivirales como amoxicilina-clavulánico (augmentin), sulfametoxazol-trimetoprima (Bactrim) y nitrofurantoína,
  • antiepilépticos como el ácido valproico y la carbamazepina,
  • estatinas,
  • nuevos anticoagulantes,
  • inhibidores de la bomba de protones,
  • metotrexato (medicamento contra el cáncer),
  • azatioprina (inmunosupresor),
  • sulfasalazina (antiinflamatorio).

Un estudio publicado en el British Journal of Pharmacology indica que existen grandes disparidades entre países europeos con respecto al daño hepático inducido por paracetamol: el riesgo de daño hepático es seis veces superior a la media europea en Irlanda, con un caso por cada 286.000 habitantes en comparación a 1 caso por cada 180 millones de habitantes en Italia, el país menos afectado.

Lo sorprendente de este estudio es que no son necesariamente los países que más paracetamol consumen los más afectados por estas lesiones. Francia es así el país que más paracetamol consume pero el tercer país menos afectado por daños hepáticos por sobredosis de paracetamol. 

En Irlanda, hay una lesión hepática por 20,7 toneladas de paracetamol vendidas, en comparación con una lesión por 1074 toneladas vendidas en Italia.

Las diferencias en la peligrosidad del paracetamol entre países europeos no son marginales y sugieren causas subyacentes. La sobredosis de paracetamol es un grave problema de salud pública y deberíamos empezar a fijarnos en la toxicidad hepática de las dosis normales de paracetamol”, explica el Dr. Sinem Ezgi Gulmez, director científico de la Unidad.

Signos y síntomas de intoxicación por paracetamol

La mayoría de las personas que toman una sobredosis de paracetamol no muestran signos al principio porque los síntomas de toxicidad no aparecen hasta 24 a 48 horas después de tomar una dosis demasiado alta.

La intoxicación por paracetamol generalmente sigue 4 fases que pueden variar según el grado de hepatotoxicidad:

Fase 1, ½ a 24 horas después de la ingestión: los síntomas son leves o inexistentes, pudiendo presentarse malestar general, palidez, náuseas, diarrea y falta de apetito.

Fase 2, 18-72 horas después de la ingestión: se desarrollan síntomas como dolor abdominal en la parte superior, náuseas, vómitos, taquicardia, hipotensión, entre otros.

Fase 3, hepática, 72-96 horas después de la ingestión: se presenta dolor abdominal en la parte superior, náuseas y vómitos, además de ictericia, hipoglucemia y daño hepático significativo. En los casos más graves, puede haber insuficiencia renal o fallo multiorgánico, lo que puede llevar a la muerte.

Fase 4, recuperación, 4 días a 3 semanas después de la ingestión: para aquellos que han sobrevivido a la fase 3, los síntomas y los órganos dañados comienzan a regresar a la normalidad durante este período de recuperación.