Consejos para que tus niños tengan una mejor salud digestiva

Cuando un niño pequeño presenta molestias estomacales, puede ser muy molesto tanto para él como para los padres. Algunas veces un dolor de estómago puede ser causa de un resfriado o alergias. Si se trata de un resfriado solo queda esperar a que pase, pero si son alergias lo mejor es consultar con un médico. Sin embargo, también hay ocasiones en que estas molestias como dolor, hinchazón, gases, o eructos son el resultado de malos hábitos alimenticios y una mala salud digestiva.

Mejorar la salud digestiva en niños

La importancia de una buena digestión en los niños

Una digestión adecuada es importante no solo para prevenir el malestar estomacal, sino también para crear un entorno propicio para la absorción óptima de vitaminas y minerales. La absorción es un factor importante en el proceso digestivo. 

El sistema digestivo realiza tres funciones críticas que mantienen la salud general del cuerpo: digestión, absorción y excreción de desechos. Cuando una función se ve comprometida, afecta negativamente a la otra. Si el cuerpo no puede digerir, no puede absorber; si no puede absorber, no puede excretar. 

Dado que la infancia es una época de rápido crecimiento, es fundamental que el sistema digestivo sea capaz de cumplir su función al máximo.

La mejor manera de prevenir los trastornos estomacales en los niños pequeños es enseñarles buenos hábitos alimenticios desde una edad muy temprana. Estos consejos de alimentación fáciles de implementar inculcarán en tu niño buenos hábitos alimenticios y ayudarán a evitar molestias y dolores de estómago.

1. Enseña a tus hijos a que deben masticar bien sus alimentos

El proceso digestivo comienza en la boca con el acto de masticar. El tiempo que un niño mastica su comida puede determinar la facilidad con que la comida se digiere en el estómago. En todo el sistema digestivo, hay diferentes secciones que secretan diferentes enzimas las cuales ayudan a que los alimentos se descompongan adecuadamente. 

Cuando masticamos, la enzima amilasa se libera a través de las glándulas salivales de la boca. La amilasa es una enzima esencial en la descomposición de los alimentos con almidón en unidades más pequeñas y absorbibles. 

Desafortunadamente, los niños pequeños muy activos a menudo tragan su comida, pasando por alto este importante paso del proceso digestivo que hará que ingresen grandes partículas de comida al estómago. Cuando esto ocurre, un niño es más susceptible a experimentar síntomas de indigestión y afectar su salud digestiva

Enseña a tus hijos a que deben masticar bien su comida, idealmente hasta que cada bocado alcance una consistencia pastosa antes de tragarlo. En el caso de que sean niños muy pequeños, conviértelo en un juego: padres, canten una línea de la canción favorita de su pequeño mientras mastica un bocado, cuando llegue al final, díganle al niño que trague. 

2. Evita los alimentos procesados para promover una mejor salud digestiva

Los alimentos con alto contenido de sal, azúcar y grasas saturadas son más difíciles de digerir que los alimentos integrales y naturales. Las comidas bien equilibradas con abundantes alimentos ricos en fibra, como frutas frescas, verduras y cereales integrales, se moverán fácilmente por el sistema digestivo ya que el cuerpo está equipado para descomponer estos alimentos en unidades digestibles. 

Sin embargo, los alimentos refinados a menudo alteran el equilibrio natural de la digestión ya que requieren más enzimas, más ácido clorhídrico, más bilis, más insulina y más energía para poderse digerir, absorber y excretar. 

Esto no solo agota al cuerpo y puede contribuir a futuros problemas de salud, sino que también ejerce una gran presión sobre el sistema digestivo, lo que da como resultado posibles dolores y molestias.

3. Come primero, juega después

A los niños se les debe enseñar a comer sentados a una mesa sin juguetes ni distracciones, incluidos la televisión y los aparatos electrónicos. De esta manera, el niño prestará más atención a las señales de su cuerpo y dejará de comer antes de sentirse demasiado lleno

Comer en exceso puede producir síntomas de indigestión ya que se requerirá que el sistema digestivo trabaje más para descomponer más alimentos. Esto pone un estrés indebido en el proceso digestivo y produce una sensación incómoda de hinchazón, gases e incluso dolor. 

Enseñar a los niños a prestar atención a su comida y a sus cuerpos hará que dejen de comer excesivamente solo por comer. Participa en una conversación agradable durante las comidas para mantener a tus hijos lo suficientemente interesados ​​como para que estén quietos en la mesa, pero lo suficientemente conscientes como para ser cautelosos con las señales de su propio cuerpo y salud digestiva.

4. Bebe menos durante las comidas

El estómago produce dos componentes necesarios para el proceso digestivo: ácido clorhídrico (HCI) y la enzima pepsina. El ácido clorhídrico estimula el proceso de batido que convertirá las partículas de comida en el estómago en un líquido llamado quimo antes de que ingrese al intestino delgado y se absorba en el torrente sanguíneo. 

La pepsina es una enzima necesaria para la descomposición de proteínas. Beber grandes cantidades de agua u otros líquidos mientras comemos puede diluir ambos jugos del estómago y afectar el proceso digestivo. 

Tener niveles bajos de ácido clorhídrico puede causar dolor de estómago en los niños pequeños, ya que el estómago se está esforzando por batir los alimentos. Las partículas grandes de proteína también batallan para ser absorbidas en el torrente sanguíneo, lo que causa incomodidad a un niño pequeño. Enseña a tus niños a tomar pequeños sorbos de líquidos con sus comidas para tener una digestión óptima.

5. Mentes saludables, estómagos saludables

El sistema nervioso entérico, el cual a menudo se conoce como el segundo cerebro, maneja todos los aspectos de la digestión, desde el esófago hasta el estómago, los intestinos y el colon. Al igual que el sistema nervioso central, el sistema nervioso entérico también contiene una red compleja de circuitos neuronales, neurotransmisores y proteínas, regidos por nuestras emociones. 

No es de extrañar que exista una relación directa entre el estrés emocional y la angustia física. Cuando nos sentimos tristes, ansiosos o emocionados, nuestro sistema digestivo no puede digerir, absorber y excretar de manera efectiva, lo que puede provocar molestias abdominales. 

Los niños, como los adultos, también pueden sentir estrés, afectando negativamente su sistema digestivo. Cuando ayudamos a los niños a lidiar con sus emociones de manera positiva, no solo apoyamos su estado mental psicológico, sino que creamos un entorno para que haya digestión óptima.

6. El ejercicio es bueno para la salud digestiva

La alimentación, el ejercicio y la digestión están estrechamente relacionados. Acelerar nuestra respiración y frecuencia cardíaca, ayuda a que nuestros músculos intestinales se contraigan, lo que ayuda a evacuar el intestino de manera rápida, fluida y eficiente. Que haya una frecuencia reducida de los movimientos intestinales pueden provocar malestar estomacal en los niños pequeños. 

Además de los muchos otros beneficios fisiológicos y emocionales del ejercicio, los niños necesitan participar en juegos activos todos los días para promover su proceso digestivo. Corre, salta, o baila, haz lo que sea necesario para que los niños se levanten del sofá durante al menos unos minutos, varias veces al día.

Los buenos hábitos empiezan desde la juventud

Muchos de nuestros hábitos de la infancia permanecen hasta la edad adulta. Enseñar a los niños buenos hábitos alimenticios no solo ayudará a evitar su malestar estomacal, sino que también los encaminará hacia un estilo de vida más saludable

Sin embargo, no dudes en comunicar a un médico sobre cualquier dolor o malestar abdominal prolongado en tus hijos. Lo que puede parecer un caso grave de indigestión podría ser el síntoma de un problema de salud más grave. Confía en tus instintos y haz lo que sea mejor para tu hijo.