Crecimiento tardío: La etapa de la adolescencia cada vez dura más

En la sociedad en la que vivimos, la infancia se está acortando y la adolescencia dura más. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha adaptado a las nuevas realidades sociales y, con el tiempo, ha extendido la pubertad a un período de juventud que tradicionalmente ha alcanzado la edad de 19 años y ahora llega a los 25.

Joven adolescente jugando videojuegos

La edad de la adolescencia

Hasta hace poco los expertos los consideraban como «adolescentes tardíos». Ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define directamente como la pubertad y extiende este período hasta los 25 años.

Y aunque este organismo internacional ha limitado históricamente esta etapa de los 11 a los 19 años, afirmando que la adolescencia temprana incluía de los 12 a los 14 años y la adolescencia tardía de 15 a 19 años, ahora muchos de sus especialistas afirman que esta etapa de la vida dura hasta los 25 años. E incluso hay muchos expertos para quienes la adolescencia puede superar los 30 años.

La adolescencia es un período relativamente nuevo

La adolescencia es un período relativamente nuevo. Nuestros abuelos pasaron de niños a hombres y mujeres sin nada en medio, tenían la necesidad de sobrevivir. Hoy, a la edad de 25 años, muchos aún no se atreven a independizarse.

No es extraño que crean que no tienen prisa por crecer y asumir las responsabilidades de los adultos. Según un informe juvenil en España, el 29,8% de las mujeres y el 41,1% de los hombres entre los 25 y 34 años aún viven en casa de sus padres. Y solo el 25.8% de los jóvenes extranjeros de 25 a 29 años viven con sus padres.

Por qué es difícil conseguir independencia

¿Qué sucede si hay jóvenes de 30 años o más que aún viven con sus padres? Excepto en casos justificados, por ejemplo, que tengan que cuidar de sus papás debido a una enfermedad o envejecimiento y la necesidad de ayuda.

Algunos jóvenes que están pasando por la adolescencia tienen miedo de «volar» desde su nido paterno y volverse independientes, es decir, madurar y asumir la responsabilidad de su edad (el llamado síndrome de Peter Pan). También hay factores externos que también intervienen: como una crisis económica en el país.

También afecta la capacitación necesaria para realizar una profesión que requiere más tiempo y conocimiento para lograrla. La adolescencia es una etapa de cambio, y cada cambio en nuestras vidas significa un desequilibrio emocional mínimo, al cual debemos adaptarnos para superar la nueva situación.

Los jóvenes quieren que los cambios sean rápidos, necesitan respuestas a corto plazo a sus demandas, y las nuevas tecnologías pueden afectar la adolescencia porque ofrecen respuestas inmediatas.

Los padres y la pubertad

Aunque suceda por la misma edad, la pubertad en la adolescencia puede tener ritmos diferentes. Pero hay actitudes de los padres que afectan el retraso de la pubertad, como la sobreprotección, la permisividad en lugar de las restricciones, son conductas que retrasan la transición de la pubertad a la madurez.

Desde pequeños, es importante que los niños sean autónomos y responsables de pequeñas tareas, aunque los mayores también deberán dialogar y negociar con ellos para llevar a cabo acciones y posiciones de comportamiento.

Los padres tienen que ser modelos de transferencia de valores diferentes a los ofrecidos por la sociedad de consumo actual, que influyen en ella para valorar, entre otros, la comodidad y no la renuncia al estándar de vida con los padres. Lo mejor es promover durante la adolescencia una autoestima sana y positiva, basada en «ser», hacer, compartir con otras personas y no «poseer» (imagen personal, bienes materiales, etc.)