Comunicarse adecuadamente es un arte. Hay quien dice que es imposible no comunicar, siempre estamos transmitiendo información, aunque sea a través del silencio. Lo que decimos y cómo lo hacemos afecta nuestra vida y la calidad de nuestras relaciones.

La comunicación asertiva consiste en encontrar el perfecto equilibrio entre los extremos de ser pasivos o agresivos al momento de expresar nuestro punto de vista.
Te ha pasado que no estás de acuerdo, pero asientes. Callamos para evitar conflictos, nos decimos a nosotros mismos. El extremo es cuando tu jefe habla con tal énfasis que termina gritando cuando alguien osa contradecirlo. Esas dos variantes, pasividad y agresividad, son dos extremos que se dan la mano y contribuyen a las malas relaciones interpersonales.
En los grupos humanos es normal estar en desacuerdo. De hecho, es deseable porque distintos puntos de vista enriquecen y dinamizan las relaciones. Como manejamos esos desacuerdos hace la diferencia para mantener relaciones armónicas y de calidad.
Yo mejor me callo: La pasividad
Sea que la persona tiene una baja autoestima, es insegura o porque desestima la importancia de comunicar adecuadamente, a veces asume una postura pasiva, dejando que los otros atropellen su derecho a disentir.
Otras veces buscamos agradar a los demás consintiendo lo que no nos gusta y asintiendo cuando queremos decir que no.
Esa actitud genera victimización y hasta resentimientos.
Gana quien grita más: La agresividad.
Es el extremo del irrespeto al otro y a sus derechos. La actitud, el lenguaje hablado y corporal, son amenazantes.
Quien es agresivo no admite puntos intermedios, nadie puede disentir en su presencia y sus críticas son destructivas. Se impone generando miedo. Se cree superior, aunque muchas veces con su agresividad oculta su temor a perder poder. Busca su estabilidad minimizando a los otros.
Qué es la comunicación asertiva
La comunicación asertiva se refiere a la forma como expresamos nuestras opiniones, hacemos valer nuestros puntos de vista y exigimos respeto a nuestros derechos sin irrespetar el derecho de los demás. Una persona asertiva comunica lo que quiere, piensa y siente de una forma clara y oportuna.
Para comunicarse asertivamente es preciso conocer nuestros derechos asertivos.
- Viviré según mis expectativas y no según las tuyas. Tengo derecho a decir que no, sin que sienta culpa.
- Tengo derecho a establecer mis prioridades en la vida y a juzgar mis necesidades sin que otra persona intervenga.
- Exigir y esperar ser tratado con respeto y dignidad. Bajo ninguna circunstancia permitiré que alguien me agreda y violente por expresar mis diferencias.
- Tengo mis propios sentimientos y opiniones. Puedo expresarlos, aunque no estés de acuerdo conmigo y eso no significa que te falto el respeto.
- Puedo pedir lo que quiero y esperar ser complacido, pero tengo presente que tú puedes decirme que no y es tu derecho.
- Puedo cambiar de opinión y rectificar, porque también tengo derecho a equivocarme.
La ventaja de una comunicación asertiva: construir relaciones de calidad
Comunicarse asertivamente favorece la escucha y la empatía en un clima de respeto. Al comunicar lo que sentimos y pensamos, con honestidad y sin atacar al otro, surgen oportunidades para el entendimiento y mejorar las relaciones.
Cuando nadie trata de imponerse, sino entender al otro y luego busca ser entendido, se logra el acuerdo asertivo que construye y mantiene relaciones interpersonales satisfactorias.