Un espino blanco es una buena opción si deseas que tu jardín sea apto para mascotas. Dale una leída a este artículo si quieres saber la forma en que se plantan y cómo beneficiarte de ellos.
El espino blanco o espino albar, es un árbol particularmente robusto y espinoso, por lo tanto, es adecuado como planta para proteger el jardín. Tiene flores blancas y frutos dulces de color rojo. El espino puede ser del tamaño de un arbusto o llegar hasta los 12 metros de altura.
Los beneficios de tener esta planta en tu jardín
Esta planta se adapta a su entorno y tolera prácticamente cualquier suelo. Aunque preferiblemente se debe evitar el suelo amargo. Por otro lado, asegúrate de dejarlo en un lugar soleado, para que pueda dar lugar a una floración exuberante de mayo a junio.
El espino blanco es ideal para un jardín natural que aloja mascotas. Son un verdadero paraíso para las aves: entre las ramas pueden construir sus nidos maravillosamente. De agosto a octubre, también se alimentan de las bayas del espino. Además de las aves, muchas especies diferentes de insectos y pequeños mamíferos también se benefician de la planta.
Cómo plantar un espino blanco
Plantar un seto de espino no es demasiado complicado si prestas atención a algunas cosas. Un consejo importante de antemano: usa guantes cuando se trata del espino blanco. Las espinas de esta planta son muy puntiagudas y no quieres clavarte una.
- Primero consigue tantas plantas de espino blanco como necesites. Como regla general: por cada metro de cobertura que requieras, dependiendo del tamaño del área, se necesitarán aproximadamente cinco plantas pequeñas. Pero no dudes también de preguntar por asesoramiento en tu tienda de jardinería o vivero.
- Si tus plantas ya están en macetas, no necesitarás preparar nada más. Sin embargo, si aún no están plantadas y sus raíces están expuestas, deberás humedecerlas bien antes de plantarlas. Para esto coloca las plantas en una cubeta de agua durante 20 minutos.
- Si ya elegiste el lugar donde estarán plantadas, cava una zanja de unos 60 centímetros de profundidad y 40 centímetros de ancho. Un consejo: puedes poner una cuerda sobre el suelo y estirarla para cavar a lo largo de ella, de modo que la zanja y, por lo tanto, el seto, estén posicionados de forma recta.
- Afloja bien la tierra de la zanja y luego coloca las plantas de espino. Todo esto es mejor y más rápido si trabajas con alguien más. Asegúrate de mantener distancias iguales entre las plantas.
- Rellena la zanja con la tierra previamente excavada y presiónala bien con los pies, pero también con cuidado. Las plantas deben estar en un buen estado.
- Finalmente, riega abundantemente las plantas para que crezcan bien.
Consejo: es mejor sembrar el espino a principios de otoño, por ejemplo, en septiembre.
Cuidados que necesita un espino blanco
El espino blanco es una planta muy robusta y fácil de cuidar. Los arbustos más viejos de este tipo de planta pueden proveerse de agua y nutrientes fácilmente gracias a sus largas raíces. Sin embargo, los setos de espino recién plantados sí necesitan un poco más de atención:
- Riega el espino cuando la parte superior de la tierra que lo rodea se haya secado. No dejes que las plantas se sequen demasiado, de lo contrario serán más susceptibles a enfermedades y plagas.
- Puedes cosechar sus bayas de agosto a octubre y utilizarlas para hacer mermeladas o compota.
- No habrá necesidad de podar el espino, especialmente si el seto tiene un aspecto muy natural. En caso de que crezca demasiado alrededor de otras plantas o sea demasiado grande, no vendría mal una pequeña podada.