Una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño adecuado son las mejores formas de mantener un nivel de energía adecuado. Pero estas cosas no siempre son posibles, especialmente cuando las exigencias de la vida son altas.
La fatiga generalmente ocurre como una reacción natural del cuerpo al estrés físico o mental. La fatiga puede considerarse normal siempre que la afección desaparezca después de un descanso adecuado.
La fatiga crónica puede ocurrir durante períodos cortos de estrés físico y mental o debido a la falta de sueño durante un período corto, pero desaparece después de un período más prolongado de relajación y sueño.
Conoce la dieta equilibrada para reducir la fatiga crónica.
¿Cuándo la fatiga se vuelve crónica?
La fatiga crónica suele ser grave; persiste durante más de seis meses; no se alivia con el reposo y se agrava con la actividad o el esfuerzo. Trae consigo dificultades cognitivas, mareos, dolores de cabeza, dolores musculares, son comunes en la fatiga crónica.
La depresión y la ansiedad ocurren a menudo, y generalmente se considera que son una consecuencia de la fatiga crónica más que una causa de la afección.
La fatiga crónica a menudo ocurre junto con otras afecciones que causan síntomas similares.
Cómo tratar la fatiga crónica de forma natural
Afortunadamente, hay muchos suplementos que podemos usar para obtener energía adicional y contrarrestar el cansancio y la fatiga.
1. Las vitaminas del complejo B
Vitaminas como la vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina) y B6 (piridoxina) juegan un papel clave en muchas reacciones del cuerpo que producen energía, mientras que otras vitaminas B, como el ácido fólico (B9) y B12, son importantes para la creación de nuevas células, la reparación de células dañadas y el funcionamiento normal del sistema nervioso central.
Por lo tanto, la vitamina (B) B6 (B) (piridoxina) contribuye tanto a la síntesis de neurotransmisores estimulantes del estado de ánimo como a los que tienen un efecto calmante. La vitamina B6 es necesaria para «quemar» proteínas para obtener energía, transportar oxígeno al cuerpo y sintetizar el ADN.
2. Magnesio
El magnesio es un mineral esencial involucrado en cientos de reacciones enzimáticas en humanos y su deficiencia puede estar relacionada con la fatiga crónica. El magnesio tiene un papel predominante en la producción y uso de ATP (trifosfato de adenosina, un intermedio energético).
La ingesta inadecuada de magnesio es un problema común y a menudo subestimado. Los estudios muestran que un porcentaje significativo de personas de todas las edades ingieren menos magnesio de los alimentos y bebidas que la necesidad promedio estimada; que es de 420 mg y 320 mg por día para hombres y mujeres mayores de 30, respectivamente.
3. Melatonina
La melatonina, una hormona natural producida por la glándula pineal, regula el ciclo de sueño-vigilia y es un antioxidante eficaz. Los estudios muestran que la melatonina que se toma poco antes de acostarse reduce significativamente la latencia del sueño (el tiempo desde la cama hasta el sueño) en personas que tienen dificultades para conciliar el sueño.
Plantas útiles en fatiga crónica
Las plantas adaptógenas son de especial interés en la fatiga crónica, debido a su reputación de aumentar la energía, así como a los posibles efectos sobre el eje HPA y al apoyo del funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Algunos adaptógenos considerados prometedores para la fatiga crónica son el ginseng y la ashwagandha.
1. Ginseng
El ginseng es la raíz de varias plantas pertenecientes al género panax. El más conocido es el panax ginseng, una planta perenne originaria de Asia. Otra variedad es el ginseng americano, originario de Norteamérica. Los estudios han demostrado el potencial terapéutico del panax ginseng, informando efectos positivos sobre el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo, el mecanismo subyacente a este efecto puede estar relacionado con sus propiedades antioxidantes.
2. Ashwagandha
Ashwagandha – Withania somnifera, tiene una larga historia de uso en la medicina tradicional india y ha llegado a ser considerada un adaptógeno útil para afecciones que afectan el sistema nervioso central, incluido el estrés, así como en enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson y Alzheimer.
Actualmente, no existe cura para los pacientes con fatiga crónica. Los objetivos deben centrarse en mejorar las manifestaciones clínicas, mantener la capacidad funcional y la calidad de vida, y desarrollar un programa adecuado, dando a cada paciente la máxima percepción de mejoría de salud.