Las emociones reprimidas tienen estas consecuencias en el cuerpo

Mucho se habla sobre no reprimir las emociones, ya que ellas pueden hablar luego a través de nuestro cuerpo, sin embargo, difícilmente hemos llegado a convencernos de que detrás de muchas dolencias, incluso padecimientos crónicos, podrían estar las emociones que hemos reprimido.

Emociones reprimidas y dolor

Si tienes dolor en un lugar en particular, asegúrate de pensar en tus sentimientos y presta atención a ellos para aliviar tu malestar físico. Este fenómeno se debe a que los problemas psicológicos pueden causar síntomas físicos.

Todas las emociones reprimidas se acumulan y se enconan dentro de nuestro cuerpo, lo que puede conducir a dolencias físicas, en zonas específicas de nuestro cuerpo.

«Lo que no podemos expresar con palabras sale a la luz en forma de dolor físico». Recuerda esta frase porque te ayudará cuando necesites hablar de tus sentimientos y pensamientos.

Descubre cómo las emociones reprimidas pueden afectar tu cuerpo

En las últimas décadas, el término síntoma psicosomático, causa psicosomática, etiología psicógena, etc., ha sido escuchado con mayor frecuencia por la comunidad científica, pero ¿qué entendemos por síntomas psicosomáticos?

Estos síntomas no son menos reales que los síntomas puramente físicos, ni son un producto de la imaginación de la persona que los padece. Los síntomas psicosomáticos, son de carne y hueso, son verdaderos trastornos físicos, mientras que requieren la misma quizás incluso más atención que el resto.

Un claro ejemplo de consecuencias físicas por emociones no expresadas

Estamos enojados con un buen amigo por su comportamiento hacia nosotros, comportamiento que nos provoca fuertes sentimientos de ira y frustración. Sin embargo, debido a nuestro carácter somos incapaces de comunicarle nuestros sentimientos de forma clara y verbal, por lo que cada vez que nos encontramos experimentamos ansiedad, insatisfacción, opresión en el estómago, dolores de cabeza, etc.

Nos preguntamos por el intenso malestar físico y acudimos al médico. Nuestra mente puede haber olvidado las emociones negativas que experimentamos, nuestro cuerpo no. Nos advierte que nos lo recordemos para que podamos protegernos.

Cuello

Este punto en tu cuerpo conecta la mente con el cuerpo. Cuando tienes problemas para mover el cuello, puede deberse a algo más que una mala noche de sueño. De hecho, puede ser una indicación de que tienes una visión limitada y rígida de la vida. El estrés también suele acumularse en la parte superior de la espalda y el cuello, causando una presión muy grande.

Cabeza

Los malestares pueden surgir debido a la tensión de los músculos de los hombros, cuello y mandíbula. Esto puede darse por el estrés, ansiedad y la sensación de que los días te pasan sin notarlo a raíz de un estilo de vida acelerado. La angustia profunda y el miedo pueden llevar incluso a causar náuseas y mareos.

Espalda

La espalda representa el apoyo en la vida, es el sostén del cuerpo, el pilar de la estructura ósea y muscular. Simboliza sobre todo lo que “soportamos” de los dilemas de la vida.

Las emociones se almacenan: acumulamos tensiones en diferentes zonas del cuerpo, especialmente en el hígado, estómago, riñones, hombros y espalda.

Codos

Todas las emociones tienen un motor que las impulsa, y el dolor, o más concretamente, la rigidez en nuestros codos vendría impulsada por una resistencia al cambio. La solución sería salir de nuestra situación de confort personal y probar cosas nuevas, dejarnos llevar y ver lo que nos pueden aportar las variaciones de lo que tenemos como establecido.

Hígado

Cuando el hígado está sobrecargado de las toxinas que generan las malas emociones, especialmente generadas por el enojo, su energía disminuye y queda expuesto a padecimientos diversos, en donde ya se suma además una mala alimentación, que van desde hígado graso, cirrosis hepática, cálculos hepáticos y otros problemas.

¿Cómo dejar de reprimir las emociones?

Para poder conseguir cambios respecto a la represión emocional, es importante seguir algunas pequeñas pautas: una buena forma de empezar es identificar cuáles son tus emociones más frecuentes y más exageradas. Ya sean positivas o negativas, las emociones reprimidas pueden tener consecuencias dañinas.

Esta es una técnica que requiere mucho coraje, pero te permite deshacerte de algo que te atormenta. También te ayuda a dejar atrás las pesadas cargas que has estado llevando hasta ahora.