No es obligatorio cuidar de tus padres al envejecer, es un acto de amor

Es un privilegio ser padre y criar a ese niño y ayudarlo a aprender y descubrir las maravillas de la vida. Asimismo, cuando nuestros padres llegan a los últimos años de sus vidas, puede parecer que se vuelven muy infantiles.

Poder cuidar a tus padres

Puede ser un gran privilegio cuidarlos de la misma manera que nos cuidaron a nosotros cuando llegamos al mundo y éramos tan indefensos.

A medida que nosotros crecemos y forjamos nuestra vida y carácter, ellos siguen envejeciendo, pueden tener demencia relacionada con la edad o Alzheimer en toda regla. Pueden tener una enfermedad debilitante o limitaciones físicas que les impidan hacer las cosas a las que estaban acostumbrados.

«A nuestros padres no les debemos el favor de habernos traído al mundo y habernos educado y cuidado, era su responsabilidad procurar por nosotros, pero cuando los roles se invierten, es nuestro derecho darles el amor y el respeto, ayudándolos cuando más nos necesitan.»

Para algunas personas, es un honor y su responsabilidad procurar por el bienestar de sus padres. Esto les permite vincularse de una manera que de otra manera no lo habrían hecho. Para un hijo es una experiencia fuerte ver a su madre o padre, alguien que una vez había sido tan poderosa y fuerte, ahora tan dependiente de todos sus hijos y de los demás.

Cuando eres joven, es difícil imaginar a tus padres viejos e incapaces de hacer todo.
Una parte de nosotros parece pensar que nuestros padres serán fuertes y vivirán para siempre. Pero, nuestros padres ancianos, si tenemos suerte, pueden darnos la oportunidad de atenderlos con tanta dulzura como nos cuidaron cuando dependíamos al 100% de ellos. Si tienes la oportunidad, espero que lo aprecies por el privilegio que es.

Cuidar de los padres puede volverse increíblemente abrumador, particularmente cuando tenemos trabajo, familia propia y todas las responsabilidades de la vida moderna. Y, sin embargo, ellos son nuestros padres y merecen la mejor atención posible. Merecen envejecer con dignidad y gracia, opinar sobre cómo viven sus últimos años y estar rodeados de aquellas cosas que los hacen felices.