El calor del verano puede ser incómodo para muchas personas, pero si te sientes inusualmente abrumada por la sudoración repentina y la sensación de calor la mayor parte del tiempo, pueden ser signos no sólo de la menopausia, sino de problemas de tiroides.
Los bochornos repentinos pueden ser problemas de tiroides
Tu tiroides en realidad sirve como el termostato de tu cuerpo, regulando la temperatura de tu cuerpo junto con su consumo de energía y niveles de hambre. Entonces, incluso cuando las temperaturas comienzan a subir, el clima puede no ser la única razón por el que te sientes inusualmente calurosa y tienes una gran cantidad de sudor.
Además, cuando tu tiroides no funciona correctamente, estos son solo el comienzo de los síntomas que puedes experimentar. La fatiga persistente y el malhumor también son signos comunes de problemas de tiroides.
Afortunadamente, hay formas de equilibrar tus hormonas de forma natural, como cambiar tu dieta, reducir el estrés y aumentar el consumo de ciertos nutrientes. Además, para las personas que parecen ser particularmente sensibles al calor, hay maneras fáciles de mantenerse fresco durante todo el verano.
Intolerancia a la temperatura y disfunción tiroidea: ¿cuál es la relación?
Entre los muchos papeles importantes en el cuerpo humano, la glándula tiroides controla la temperatura corporal, y normalmente experimentas diferentes reacciones físicas a las temperaturas cálidas y frías, dependiendo de los niveles de hormona tiroidea que tu cuerpo está produciendo.
Esencialmente, la hormona tiroidea (un término colectivo utilizado para describir las muchas hormonas que produce la glándula tiroides) aumenta la tasa de metabolismo y la producción de calor, al tiempo que aumenta el consumo de oxígeno y estimula las enzimas, lo que explica su efecto termogénico en el cuerpo.
Cuando se habla de la salud de tu tiroides, existen dos condiciones principales que puedes experimentar (aunque es posible que haya otros problemas). Con el hipotiroidismo, que es el tipo más común de problema de la tiroides, la tiroides es poco activa. Esto significa que la tiroides no está produciendo suficiente hormona tiroidea, ralentizando el cuerpo (y sus funciones normales).
¿Sientes frío todo el tiempo?
Las personas con hipotiroidismo generalmente tienen una mayor sensibilidad a las temperaturas frías, a menudo sienten frío y pueden tener una piel que se siente fría al tacto. El hipotiroidismo también puede causar fatiga, cabello y piel secos, confusión mental, aumento de peso inexplicable, problemas digestivos y debilidad muscular.
Aunque se conoce comúnmente como hipotiroidismo, la enfermedad de Hashimoto es en realidad un poco diferente porque no es la falta de hormona tiroidea la que causa los síntomas. En cambio, los anticuerpos reaccionan contra las proteínas de la glándula tiroides, causando la destrucción gradual de toda la glándula tiroides.
¿Sientes calor todo el tiempo?
El hipertiroidismo, por otro lado, causa el efecto opuesto al hipotiroidismo porque el cuerpo produce demasiada hormona tiroidea. Los niveles más altos de hormona tiroidea aceleran los procesos de tu cuerpo, lo que puede aumentar los latidos de tu corazón, hacer que sudes y causar bochornos.
Los signos de problemas de tiroides en personas con tiroides hiperactiva suelen tener una piel tibia y húmeda al tacto, y tienden a sudar más y se sienten muy incómodas con el calor. Por lo general, es más común que las personas con hipertiroidismo experimenten «bochornos» tiroideos porque sus cuerpos están a toda marcha.
Pero cualquier cambio en la hormona tiroidea puede provocar intolerancia a la temperatura, por lo que es importante equilibrar estos niveles de hormonas para reaccionar normalmente a las temperaturas cálidas y frías.
Echemos un vistazo más de cerca cómo hacer eso:
Cómo equilibrar las hormonas y evitar los «bochornos» de la tiroides
1. Cambia tu dieta
Para mantener los niveles de la hormona tiroidea, debes concentrarte en consumir una dieta rica en nutrientes con alimentos antiinflamatorios y grasas saludables. Si tiene bochornos debido a un desequilibrio tiroideo, concéntrate en comer alimentos ricos en selenio, como nueces de Brasil, espinacas, carne de res alimentada con pasto, pavo y pollo orgánicos y huevos.
También será útil comer alimentos con alto contenido de vitaminas B, incluidas las proteínas animales orgánicas y el yogur orgánico. Además de ingerir alimentos con alto contenido de estos nutrientes clave, concéntrate en limitar el consumo de carbohidratos y aumentar el consumo de grasas saludables. Esto ayudará a reducir la inflamación y equilibrar tus hormonas de forma natural.
Algunas de las mejores opciones para grasas saludables incluyen salmón silvestre, aceite de coco, nueces y semillas de chía. También deberías intentar cortar los alimentos procesados y envasados que pueden ser muy inflamatorios y alterarte tu equilibrio hormonal.
2. Reduce los niveles de estrés lo antes posible
Probablemente hayas escuchado acerca de cómo el estrés emocional y físico puede ser perjudicial para tu salud, y es cierto. Cuando sufrimos de estrés persistente o nos sentimos sobrecargados de trabajo, nuestros cuerpos están en un constante estado de «lucha o huida» que causa estragos en nuestras glándulas suprarrenales y tiroideas.
Si sientes que tienes un problema de tiroides y sabes que el estrés puede ser al menos parte de la causa, haz un esfuerzo serio para reducir esta tensión mental y física. Prueba algunos calmantes naturales para el estrés, como hacer ejercicio, pasear por la naturaleza, dedicar tiempo para ti mismo, meditar y descansar lo suficiente cada noche.
Prueba L-carnitina: la L-carnitina es un tipo de aminoácido que desempeña un papel central en la producción de energía. La investigación muestra que la l-carnitina puede inhibir la entrada de hormonas tiroideas en los núcleos celulares, lo que puede ser beneficioso para las personas con hipertiroidismo.
Un estudio piloto de 2017 encontró que la l-carnitina y el selenio redujeron significativamente los síntomas de hipertiroidismo y mejoraron la calidad de vida de los pacientes.
3. Mantente fresca
Si eres propensa a los sofocos, especialmente durante los meses más cálidos del verano, haz un esfuerzo por mantenerte fresca bebiendo mucha agua, ingiriendo alimentos hidratantes y evitando la luz solar directa en días muy calurosos.
También debes revisar tus medicamentos, ya que algunos de ellos (incluyendo antibióticos, antidepresivos, antihistamínicos, medicamentos para la presión arterial y colesterol, diuréticos y laxantes) pueden alterar tu capacidad para lidiar con las altas temperaturas.