Alicia en el País de las maravillas, es una obra que data del año 1.865 y que fue escrita por Charles Lutwidge Dodgson, quien empleó el seudónimo de Lewis Carroll y narra las aventuras de una niña dotada de una amplia imaginación y las aventuras que experimentó, tras caer por un orificio en la tierra, ubicado al lado de un árbol.
Alicia al ingresar a una especie de mundo surrealista, experimenta una serie de situaciones caracterizadas por cambios o transformaciones en el tamaño de su cuerpo y de los objetos que se encontraban a su alrededor. Ésta obra ha ganado tal popularidad y aceptación que se han reproducido gran cantidad de ediciones y la historia se ha recreado en películas de cine.
Sobre el creador de la historia, algunos suponen que padecía del síndrome por la manera exhaustiva en la que describió la forma distorsionada en que la protagonista percibía alguno de los objetos a su alrededor.
De hecho la descripción es tan exacta y similar a los síntomas que a ello debe su nombre.
El síndrome de Alicia en el país de las maravillas
Tal como los ojos de Alicia percibieron ciertos objetos o su tamaño corporal, los individuos que padecen este síndrome llegan a percibir la realidad.
El principal síntoma del síndrome acá referido, es la distorsión de las imágenes que se perciben a través de los sentidos, en este caso aquellas que ingresan a través del ojo y son interpretadas por el cerebro.
El síndrome de Alicia en el país de las maravillas, por ende, se asocia con un trastorno neurológico caracterizado por la distorsión por espacios breves de tiempo de la percepción de imágenes a nivel corporal, así como del tamaño y la distancia en la que se ubican determinados objetos.
Muchos objetos o miembros de quienes lo padecen adquieren un tamaño irreal. Una persona puede percibirse con un tamaño bastante reducido con respecto a la silla en la que está sentado, una pared o a su propia cama. De igual forma, puede percibir a la ventana de su habitación como muy alejada o perder la noción del tiempo.
A pesar de estar asociada con la distorsión de la percepción visual también han logrado observarse en pacientes con este síndrome alteraciones en la apreciación auditiva o táctil. Algunos, tras escuchar un sonido casi imperceptible lo perciben como un gran bullicio.
¿Con cuáles patologías se encuentra asociado el síndrome?
Por lo general, se ha observado su aparición en pacientes que han presentado migrañas, epilepsia, psicosis esquizofrénicas agudas, en cuadros de mononucleosis infecciosa y lesiones cerebrales. Se conocen pocos casos en que ha aparecido el síndrome sin los antecedentes de las patologías antes mencionadas.
¿A quiénes afecta?
Por lo general, suele aparecer en niños y adolescentes y en menor medida en adultos, muchos de ellos con lesiones cerebrales o bajo el consumo de fármacos o drogas.
Al presentar síntomas relacionados con las alucinaciones puede ser difícil de sobrellevar por muchos que llegarán a sentirse preocupados seriamente por un miedo a perder la razón o lucharán por percibir la realidad, tal como se presenta.
Mientras que algunos se adaptan, aceptan lo que les está pasando y lo toman con calma, otros caen en la incertidumbre y de pronto, ante el terror de percibir el tamaño de su cuerpo de forma desproporcionada a como corresponde, correrán hacia el espejo para comprobar que todo conserva su tamaño normal.
Síntomas del síndrome de Alicia:
Se caracterizan por breves períodos en los que se perciben de manera distorsionada objetos, cosas, individuos o el tamaño de la misma persona.
No reside en un problema visual, se trata más bien de una disfunción de la actividad cerebral que se encarga de adecuar las imágenes que ingresan a través del ojo. Se trata de una distorsión o en una equivocada interpretación de las imágenes que son percibidas a través de los sentidos por parte del cerebro.
El individuo que posee el síndrome de Alicia en el país de las maravillas, se caracteriza por padecer Micropsia, que es la disminución del tamaño de los objetos que son percibidos de forma visual debido a desórdenes neurológicos o Macropsia que causa el efecto contrario, y es cuando los objetos adquieren grandes dimensiones que no se ajustan a la realidad.
Los pacientes que padecen este síndrome, pueden experimentar varios episodios por día o por semana y la tendencia es a que se acrecienten durante horas de la noche.
El síndrome no es grave ni genera ningún tipo de consecuencias adversas más que el susto, la sensación de extrañeza, miedo o pánico que la distorsión en la proporción de ciertos objetos provoca.
La buena noticia es que no es para nada maligno. Puede presentarse por días o meses y desaparece por completo. Es decir, es curable en el 100% de los casos.
Sobre el origen del síndrome y los factores que contribuyen a su aparición aun no se tienen grandes certezas sólo que en gran porcentaje surge en presencia de patologías como la migraña o la epilepsia.
Los tratamientos empleados para tratar la sintomatología corresponden a las mismas fórmulas que se recetan en casos de migrañas, epilepsias y psicosis esquizofrénicas. Sin embargo, lo más eficaz es el sueño y el descanso que llega a ser fuente de alivio para los que padecen este síndrome.
Si bien es cierto que no se trata de una enfermedad grave y que es curable al 100%, padecer este síndrome puede causar mella y hasta un poco de terror en ciertos individuos ante la sensación preocupante que la distorsión de la realidad les genera. La persona promedio puede llegar a la conclusión de que simplemente está enloqueciendo.
Muchos relatos extraídos de personas que padecieron el síndrome hacen referencia, a episodios en los que de golpe percibieron a uno de sus miembros bastante alejados de sí mismos, de repente notaron como sus manos adquirieron dimensiones gigantescas realmente absurdas y desproporcionadas. Otros reportaron notar como de pronto sus padres se reducían a tamaños similares a los que puede observar en un juguete.