Existe un dilema sobre el sol y sus efectos sobre la piel del bebé. Es por eso que siempre debemos tomar medidas preventivas y consultar a un médico. Los expertos dicen que, con medida, el sol es un gran aliado para un niño; empero, en caso de exponerse de forma indiscriminada y sin el debido cuidado, puede convertirse en un enemigo.
¿Por qué el sol es un aliado para los bebés?
Es recomendable no exponer la piel del bebé directamente al sol, ya que puede causar quemaduras. Estas, aunque puedan parecer imperceptibles, causan un terrible malestar y hasta lesiones muy perjudiciales para el niño.
Los expertos sugieren proporcionar al bebé «baños de sol«, que son exposiciones controladas en un momento apropiado, por tiempo calculado y en condiciones adecuadas para su debido aprovechamiento.
La luz solar está lejos de ser un enemigo de la piel de tu pequeño si la exposición ocurre de manera correcta.
Los llamados “baños de sol” han sido, desde el principio de los tiempos, una herramienta para curar y prevenir algunas enfermedades, ya que el sol es una fuente natural de vitamina D que ayuda al organismo a absorber los minerales que favorecen el desarrollo de huesos y dientes.
El sol también ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y contribuye a revitalizar el sistema digestivo. Además, produce efectos positivos sobre el sistema nervioso central y los músculos del cuerpo.
Se sabe que un poco de luz solar diaria puede ayudar a aliviar un resfriado común; además, contribuye en la curación de otras enfermedades, tales como la tuberculosis, el raquitismo y la prevención de la ictericia.
Cómo tomar un “baño de sol” correctamente con tu bebé
No expongas al niño directamente a los rayos ultravioletas. La recepción del sol debe ocurrir en un lugar de la casa en la que no haya corriente de viento, y en el que la luz entre a través de una ventana.
Con ropa
Cuando el bebé reciba el baño de luz solar, debe estar con poca ropa. Lo ideal es cubrir sus genitales, por lo que puedes dejarle el pañal.
Prepare una silla, una mesa o un lugar seguro para que pueda recibir el baño.
Tenga cuidado de los ojos. No dejes que los rayos solares lleguen directamente hasta la vista del bebé. Lo ideal es cubrir los ojos con un paño o una toalla.
El mejor horario
El momento perfecto para el baño de sol de su pequeño es antes de las diez de la mañana y después de las cinco de la tarde. En estos horarios, los rayos no son perjudiciales para la piel. Tiempo de exposición.
Lo recomendable es hacer una rutina de baños que no lleve más de diez minutos por día. Exponer al bebé por más tiempo puede causar irritaciones y complicaciones para la piel. Cinco minutos boca arriba, y cinco minutos boca abajo, son más que suficientes.
La temperatura del ambiente
Si hay un calor excesivo o vientos muy fuertes, no exponga su bebé al sol para evitar que se sofoque o coja un resfriado.
Si se encuentran en la playa, o en lugares donde los rayos del sol son muy fuertes, es esencial proteger a tu pequeño con una sombrilla.