Tipos de grasa localizada y con qué hormonas está relacionada

La grasa localizada es un problema común que enfrentan muchas personas. Aunque el exceso de grasa puede deberse a varios factores, como la dieta y el estilo de vida, también está influenciado por las hormonas en nuestro cuerpo.

En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de grasa líquida y su relación con las hormonas, brindando una comprensión más profunda de cómo funcionan y cómo podemos abordar este desafío.

Grasa abdominal

La grasa abdominal, especialmente la grasa visceral que se acumula alrededor de los órganos internos, está relacionada con el desequilibrio de hormonas como la insulina, el cortisol y los estrógenos.

Los niveles elevados de insulina, a menudo asociados con una dieta alta en azúcar y carbohidratos refinados, pueden contribuir a la acumulación de grasa abdominal.

El estrés crónico también puede aumentar la producción de cortisol, que está vinculado a la grasa abdominal.

Las investigaciones han demostrado que el estrógeno, una hormona sexual femenina, puede influir en la distribución de grasa en el cuerpo.

Grasa en las caderas y los muslos

La grasa localizada en las caderas y los muslos, conocida como grasa subcutánea, está relacionada con las hormonas sexuales femeninas, como los estrógenos y la progesterona.

Durante la pubertad y el embarazo, estas hormonas estimulan el almacenamiento de grasa en estas áreas como reserva de energía para el desarrollo reproductivo. Sin embargo, los desequilibrios hormonales, como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), pueden aumentar la acumulación de grasa en estas áreas.

Las investigaciones han demostrado que el SOP está asociado con niveles hormonales desequilibrados, como un aumento en los niveles de insulina y testosterona. Estos desequilibrios hormonales pueden contribuir al aumento de peso y la acumulación de grasa en las caderas y los muslos.

En casos como estos, es importante trabajar con un profesional de la salud para abordar los desequilibrios hormonales y adoptar un enfoque integral que incluya cambios en la alimentación, ejercicio regular y, en algunos casos, medicamentos recetados.

Grasa en los brazos

La grasa localizada en los brazos puede estar relacionada con el desequilibrio de las hormonas tiroideas.

La tiroides juega un papel crucial en la regulación del metabolismo, y cuando hay una disfunción tiroidea, como el hipotiroidismo, puede ralentizar el metabolismo y contribuir a la acumulación de grasa en diferentes partes del cuerpo, incluidos los brazos.

Las investigaciones han demostrado que el hipotiroidismo está asociado con un aumento de peso y cambios en la composición corporal. Un estudio publicado en la revista Thyroid encontró que las mujeres con hipotiroidismo tenían un mayor porcentaje de grasa corporal en comparación con aquellas sin hipotiroidismo.

Además, el estudio también reveló que el tratamiento adecuado con hormona tiroidea resultó en una disminución significativa en el porcentaje de grasa corporal.

Grasa en el pecho (en hombres)

La grasa localizada en el pecho en los hombres, conocida como ginecomastia, está relacionada con los niveles de estrógeno y testosterona. El desequilibrio hormonal, donde los niveles de estrógeno son relativamente altos en comparación con los niveles de testosterona, puede contribuir al crecimiento excesivo del tejido mamario en los hombres.

Las investigaciones han demostrado que la ginecomastia está asociada con cambios en los niveles hormonales en los hombres.

Un estudio publicado en la revista Endocrine Connections encontró que los hombres con ginecomastia tenían niveles más altos de estrógeno y niveles más bajos de testosterona en comparación con los hombres sin esta condición.

En algunos casos, el tratamiento de la ginecomastia puede implicar abordar los desequilibrios hormonales subyacentes.

Grasa en la espalda

La grasa localizada en la espalda puede estar relacionada con la resistencia a la insulina y el desequilibrio hormonal.

La resistencia a la insulina dificulta que las células utilicen la glucosa como fuente de energía, lo que puede llevar a un mayor almacenamiento de grasa en diferentes partes del cuerpo, incluida la espalda.

Las investigaciones han demostrado que la resistencia a la insulina puede estar asociada con cambios en la distribución de grasa en el cuerpo, incluida la acumulación de grasa en la espalda.

Un estudio publicado en la revista PLOS ONE encontró una asociación significativa entre la resistencia a la insulina y la grasa subcutánea en la espalda en mujeres con sobrepeso y obesidad.

Recomendaciones para mujeres con desequilibrios hormonales

  • Consulte a un médico o especialista en salud hormonal para evaluar y abordar los desequilibrios hormonales específicos que pueda tener.
  • Adopte una dieta equilibrada que incluya alimentos nutritivos y evite el consumo excesivo de azúcares refinados y alimentos procesados.
  • Realice ejercicio regular, incluyendo entrenamiento de fuerza para ayudar a aumentar el metabolismo y reducir la grasa corporal.
  • Incorpora técnicas de manejo del estrés, como la meditación, el yoga o la terapia cognitivo-conductual, para ayudar a regular las hormonas y reducir el estrés crónico.
  • Considere opciones de tratamiento médico si persisten los desequilibrios hormonales, como terapia de reemplazo hormonal o medicamentos recetados según la orientación de un profesional de la salud.

Conclusiones

La grasa localizada en diferentes áreas del cuerpo puede estar relacionada con desequilibrios hormonales.

Comprender cómo las hormonas influyen en la acumulación de grasa puede ayudarnos a abordar este problema de manera más efectiva. Si sospecha que puede tener desequilibrios hormonales, es recomendable buscar la orientación de un médico o especialista en salud hormonal para obtener un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.

Recuerda que un enfoque integral que incluye una alimentación saludable, ejercicio regular y técnicas de manejo del estrés puede ayudar a equilibrar las hormonas y reducir la grasa localizada en el cuerpo.